Andrea Belfi-Wege

Andrea Belfi es una compositora italiana de vanguardia, su fuerte es el rollo electro-acústico, perteneciente a esa interesantísima escena italiana de la cual es también parte importante el brillante Giuseppe Ielasi (Pepe para los amigos…), Wege es su más reciente producción editada y que contiene 4 temas, podríamos decir que las fortaleza principales de las composiciones de Belfi son las percusiones y el “drone”, los cuales crea a través del manejo de feedback, creando una suerte de música mística y minimalista a la vez, curiosamente los discos más recientes que he escuchado, tienden a recordarme mucho la música de Alice Coltrane, aquella mujer, esposa del ENORME John Coltrane, que creo música tan mística, como relevante y que ha servido de influencia a un sin fin de bandas insospechadas, como los mismos Sunn O))).

Andrea no se complica mucho la existencia, nombrando cada uno de los temas con las primeras 4 letras del abecedario, así que A inicia el disco (que novedad, primero la A) con una mezcla de feedback y las percusiones entrelazándose, cual disco solista de Chris Corsano, me recordó bastante el The Young Cricketer (ya ven que Corsano usaba sus tambores para crear todo tipo de sonidos estirándolos o raspándolos), o en momentos a Jon Muller (quien suele hacer cosas verdaderamente extrañas con la batería), y es que precisamente, Belfi es una baterista, que busca nuevas posibilidades expresivas, a través de su instrumento y a través de sus recursos disponibles, otro punto importante aquí, a demás de la percusión oriental, es el uso del sintetizador, con esos interminables bucles, que de seguro a una velocidad más rápida nos darían un resultado cercano a los que hemos escuchado en discos de Omar Souleyman.

A nos lleva de sonidos bastante minimales a momentos en verdad sublimes, que en verdad resultan sorprendentes, sabiendo que gran parte de él origen de ellos es la batería de Belfi, también cabe señalar que Belfi añade enquistas vocales, apenas audibles a la mezcla, dándonos un resultado que alcanza lo etéreo y se pierde en lo espectral, mientras que B es una pieza un tanto más vigorosa, iniciando con el bombo de la batería de Belfi y demás percusiones exóticas, un vibráfono y lo que parecieran palmadas, B es definitivamente más fluida y menos abstracta que A, pareciera que Belfi quisiera abrirse por completo y dejarnos sentir todo el sonido, pero ejerce la auto restricción y crea en su lugar una interesante rigidez, que en momentos rompe un poco incluyendo la rugosa textura del violín, y algo de guitarra slide.

C es un fatuo ejercicio de textura, en el cual podemos sentir lo granuloso del sonido, Belfi dando un mayor peso a las percusiones e incluyendo voces poco expresivas, para dar un extraño equilibrio a la pieza, a la vez que podemos escuchar un sonido como de serrucho, muy probablemente proveniente de su batería.

Andrea nos pone las cosas más sencillas para D, el final del disco, que pareciera arrancar con una grabación de campo o field recording, al que gradualmente va sumándose la batería de Andrea, un ritmo que por un momento pareciera simple va desdoblándose y haciéndose acompañar de otros instrumentos y de la guitarra del siempre prolífico Machinefabriek aka Rutger Zuydervelt, para quien no le conozcan, un reconocido músico de vanguardia.

D es disfrutable de principio a fin, con sus ecos y estructuras dimensionales que parecieran danzar frente a nosotros, cerrando de manera notable este disco, dejándonos bien en claro que Andrea Belfi ha sabido superarse a si misma y “romper” de alguna manera el cascarón y presentarse ante nosotros como algo mucho más que una percusionista, sino como una compositora de vanguardia en todo su derecho.


Comments

Popular Posts