Ebo Taylor-Appia Kwa Bridge

Si me preguntan, seré muy honesto con ustedes, el único músico africano que considero capaz de ponerse al tú por tú en cuanto a intensidad con el legendario Fela Kuti, es Ebo Taylor, a diferencia de Kuti, oriundo de Nigeria, Ebo nació en Ghana, otra de esas naciones africanas con una enorme tradición musical en el oeste del admirable continente negro, guitarrista, compositor y cantante, Taylor ha tenido una sobresaliente carrera musical, en ocasiones opacada por la inestable situación política y social en aquel continente, Taylor en ocasiones ha encontrado más apoyo fuera de su país natal que ahí mismo, lo cual no es para sorprendernos, ya saben, nadie es profeta en su tierra, y Taylor ha vagado por el mundo llevando su música y encontrando músicos con inquietudes similares, viendo crecer su popularidad a través de la re edición de su música y la oportunidad de grabar nuevas composiciones con músicos que comparten su visión, y precisamente este Appia Kwa Bridge cae en esta categoría, con un Taylor yéndose directamente Alemania, Berlín específicamente (ciudad de gran historia musical) para grabar este material, encontrándose en otras tierras almas gemelas como mi muy admirado Tony Allen, considerado el mejor baterista del mundo y alma y corazón de la carrera de Fela Kuti, como director musical de los diversos conjuntos de Fela.

Taylor siempre ha sonado con una confianza superior en si mismo, capaz de liderar sendas bandas y componer piezas complejas, con ritmos múltiples y arreglos de primer nivel,  Ayesama abre este disco, con la guitarra de Taylor en alta forma, teclados que nos traen a la mente la música de Fela Kuti y sendos arreglos de metales expandiendo el sonido, Taylor para esta ocasión se hace acompañar de la célebre Afrobeat Academy, que en años recientes ha establecido una armoniosa unión con Taylor al grado de sonar como un conjunto compacto y flexible, aportando prodigiosos arreglos de metales, percusiones infecciosas al por mayor, un contundente bajo que marca el ritmo de manera prodigiosa, que permite el total lucimiento de las composiciones de Taylor y de su guitarra de líneas fluidas y serpenteantes.

Abonsam es una pieza que muestra uno de los grandes amores de Taylor, el Highlife, esa mutación de jazz adoptada por África diseñada para el lucimiento de grandes bandas, con un Fela Kuti como uno de sus grandes practicantes y con un Ebo que se pone al frente del conjunto para llevarlo a través de estos intoxicantes arreglos instrumentales, con esta pieza en particular destacando sendos coros bien ejecutados y de sonido masivo, Nsu Na Kwan es una pieza que también tiene lo suyo, poseedora de una cadencia única, unas guitarras “echadas hacia atrás”, en ocasiones sacando a flote el pedal wah, en el cual Ebo muestra ser un maestro conteniéndose y agregándolo en dosis controladas a la pieza.

Assom Dwee es otra pieza de Highlife poderoso, en la cual el genial Tony Allen participa apoyando a Taylor en la batería, apuntalando fuertemente la pieza y dando respaldo a los arreglos de metal y a las incansables líneas de guitarra de Taylor, mientras que Kruman Dey muestra una poderosa influencia de funk, la guitarra nuevamente se poya en el wah, aunque en un estilo notablemente africano, así como un baño de ecos del órgano Hammond también acompañan esta pieza,  en una pieza de naturaleza intensa que el mismo Fela se sentiría orgullosa de ella, un Taylor que no dudo más de uno ya considerará como el actual amo y señor del Afro beat, pues quine más, el señor esta completamente en lo suyo, con un sonido firme, con composiciones vibrantes y llenas de colorido y acompañados de sobresalientes músicos que en verdad aportan calidad a estas composiciones, mientras que Appia Kwa Bridge es otra pieza sobresaliente con teclados distorsionados, es Barrima, pieza que cierra el disco, un parte aguas en el disco, cerrándolo con una nota reflexiva, un blues del África negra, que suena a dolor y en dónde no solo los dedos de Taylor se deslizan dolorosamente por las cuerdas de su guitarra, sino que su voz consigue puntos muy altos de suma emotividad, como esos cantos esperanzadores de libertad que Marley sabía evocar muy bien, mejor inclusive que sus ritmos reggae, Ebo eleva una plegaria de una manera sumamente emotiva, que deja claro su estatus como el sumo maestro del afro beat actual, y algo tan hermoso que esperemos no se convierta en su canto de cisne, esperemos tener Ebo para rato.

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