JK Flesh-Posthuman

Knuckledragger es pura justicia divina, que les quede claro la importancia de Justin Broadrick dentro de la música contemporánea, el gran impacto de este cuate que nos trajera cosas como Napalm Death, Godflesh, Jesu, Pale Sketcher, White Static Demon Techno Animal, entre otras, y que esta vez regresa con la mejor música que ha hecho en años, si consideramos que Jesu se estaba convirtiendo en algo un tanto aburrido, y que tanto WSD, como Pale Sketcher eran trabajos muy personales, casi íntimos sin mucha repercusión, pues bien, retomando su pseudónimo de JK Flesh, una obvia referencia a su pasado en Godflesh, Broadrick regresa a los ritmos de hip hop inyectados hasta la médula (saludos a Bjork!)con testosterona pura, dureza a más no poder y esas guitarras, que aunque no llegan a los extremos de los Godflesh, si resultan más efectivas que la densidad onírica de Jesu, pues bien señores amantes del dubstep de alto octanaje (me incluyo) que desde este inicio les quede claro que Justin siempre estuvo ahí, ahora bien, algunos de ustedes recordarán ese remix (o más bien over dub) que hicieran los Carcass del tema Isobel de la ya mencionada Bjork, pues bien, por bizarro que pareciera este primer tema pareciera la misma Bjork devolviéndoles el favor y re mezclando lo que pareciera ser una pieza de los Carcass.

Idle Hands sin duda es la manera definitiva de despertar de este disco, Broadrick amenaza y después cumple, con uno de esos ritmos de la vieja escuela de hip hop que tanto disfruta, obviamente llevado al más extremo de los extremos, combinada con esa incendiaria electrónica en la que se adentró  (tal vez ) demás con Pale Sketcher, pero esta vez, esta se vez el secreto esta en los ritmos y que ritmos! mucho más contundentes, entre hip hop brutal y e intensos sonidos industriales, las vocales rabiosas de los Godflesh se manifiestan nuevamente, Broadrick se pone la máscara de distorsión nuevamente y saca su lado animal, dejándonos muy en claro que Broadrick ha encontrado un nuevo y portentoso vehículo para canalizar su furia, guitarras que no cortan, “muelen” dolorosamente la piel y marchan al son que Broadrick y sus máquinas indican, saltos portentosos al vacío con un despliegue electrónico admirable, Broadrick se muestra convencido de retomar esa dureza de sus años anteriores, de proponer nuevamente y ya no de seguir alguna tendencia ajena, si, nada aquí llega a los extremos de Godflesh, por lo menos no de los primeros, pero Broadrick suena más sabio, más compacto, más convencido de sus capacidades y con la experiencia que le dejaron mucho, muchos experimentos desde la segunda etapa, menos pesada pero más experimental de los Godflesh.

Punchdrunk es pura brutalidad y cochambre de alcantarilla, guitarras que crujen, que chillan y que se retuercen, Broadrick las estruja, las castiga con saña al tiempo que a nosotros nos vapulea con esos ritmos despiadados, Punchdrunk es pura violencia y pura malevolencia al más puro y diabólico estilo de los primeros Black Sabbath, que Broadrick debe conocer muuuuy bien, una suciedad y una maldad que en verdad hacía tiempo que no escuchaba, algo debió molestar mucho, bastante al buen Justin Ya que ha recuperado de alguna manera su mojo, el cual el juraba haberlo perdido en una Brian Wilson style crisis, señores, yo les aseguro que el tipo esta curado, y que ahora descarga esa furia confinada en su interior por años, que ahora parece hacer explosión y despedazar todo a su alrededor, esto es sucio, brutal, violento, despiadado y demoniaco llevado a su máxima expresión, y lo digo con un gozo inmenso, que grato es escuchar a Broadrick en tan genial forma, como hace mucho no lo escuchábamos.

Devoured saca a flote el drone, el minimalismo y la electrónica abrasiva, tan característicos en Broadrick, esos ritmos que van y vienen, ese sampleo incómodo, diseñado para molestar y sacudir, líneas de sintetizador que se inflaman de manera alarmante, y Justin en el centro del huracán en pleno control de su vehiculo de alta destrucción, Posthuman es tal vez la aceptación de Broadrick de un proceso de sometimiento a la máquina, si bien Godflesh parecía el soundtrack de esas escenas de batalla entre humanos y robots en las películas de Terminator, pues bien, luego de Godlflesh y del Apocalipsis, en el mundo de Broadrick, las máquinas triunfaron, Jesu fue su último lamento humano y Pale Sketcher fue su renacimiento como entre electrónico, aunque si bien, White Static Demon prometía un nuevo inicio primitivo y bestial, queda claro gracias a JK Flesh que esta máquina humana, aunque conserva la piel, se ha convertido más allá de lo humano, tal vez por ello Justin se rehúsa a revelar lo humano en este proyecto,  e inclusive, yendo más allá, en algunas piezas ni siquiera voz incluye, pero créanme que como en la pieza que da título al disco, esta ni se necesita, Broadrick es ahora una maquina bien aceitada y programada para destruir, una suerte de combinación de engranes e instrucciones que se mueven y se ejecutan con suma precisión, no me sorprendería que bajo su piel, Broadrick lleve el mismo tipo de aleación de acero que nos mostraba Schwarzenegger cuando le destruían la “piel” exterior, atrévanse a ponerse en contra de Broadrick.

Comments

  1. Anonymous5/11/2012

    exceletnte disquito nuevo del justin, buena recomendación, gracias!

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