¿Realmente Hay Conexión? La Ilusión de los ‘Likes’ en Tierra de Zombies Digital



¿Alguna vez has sentido que internet se está convirtiendo en un desierto virtual de interacción real? La obsesión por los "likes" y el número de seguidores ha creado un fenómeno curioso y a la vez inquietante: cuentas con miles de seguidores y decenas de miles de "me gusta", pero ni una sola palabra en los comentarios. Este vacío deja una sensación fría, como si detrás de esas cuentas no hubiera personas, sino un ejército de bots simulando vida.

Hoy, de los más de 4.8 mil millones de usuarios en redes sociales, se estima que entre 5 y 15% son bots en plataformas como Twitter e Instagram, según distintos estudios. Esto significa que millones de cuentas solo están ahí para inflar números, dar "me gusta" automáticos y, en última instancia, crear una falsa percepción de relevancia. Y aunque pueda parecer que estos números reflejan popularidad, la realidad es que en muchas ocasiones es pura ilusión, una escena de "likes" vacíos que en nada reflejan la verdadera influencia de un contenido.

El poder de los "likes" ha seducido a la gran mayoría. Nos han hecho creer que los "me gusta" son la métrica real de éxito del contenido, el pulso de nuestra relevancia en redes. Pero, ¿qué tan genuina es esa aprobación virtual cuando ni un comentario de valor le da vida a esa interacción? Aquí, entre miles de seguidores falsos y reacciones de bots, los creadores de contenido auténtico caminamos en una auténtica tierra de zombies. Como si fuéramos sobrevivientes de un internet que, poco a poco, va perdiendo su alma.

Cada comentario, sea elogio, crítica o incluso un insulto, es un respiro genuino, el verdadero oxígeno de las redes. Cuando alguien responde a nuestro contenido, conecta de manera real. Esto es mucho más valioso que la ilusión de los números, de los seguidores que nunca interactúan. En este escenario, los pocos que aún creamos contenido desde la autenticidad nos encontramos como voces en un eco digital, buscando resonancia en medio de una audiencia adormecida.

Internet alguna vez fue un espacio para la expresión genuina, el debate, la discusión. Hoy, el afán por acumular seguidores y "likes" nos ha sumido en una versión superficial, donde cada publicación se mide en números vacíos. En esta "tierra de zombies", la interacción viva y honesta se convierte en un acto revolucionario: un comentario casi subversivo, una pregunta genuina, una conversación significativa. Son estas pequeñas chispas las que realmente mantienen con vida el internet.

Al final, los "likes" y los seguidores falsos no hacen eco; son ruido sin sustancia, polvo digital que se acumula sin dar vida. Pero los comentarios, esos sí son reales.


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