Trump y la Doctrina del Choque: ¿Qué Significa para México?



Sabemos que el estilo de negociación de Donald Trump es rudo y abusivo. Busca sacudir al rival dando un duro y certero golpe. El objetivo es atacar primero y obtener una ventaja obvia. Trump asumirá la presidencia de los EEUU en enero de 2025, sin embargo, la turbulencia ya comenzó. Hace apenas una semana anunció aranceles del 25% a sus socios del T-MEC, México y Canadá. Es un ataque frontal y descarado que se antoja irracional, pero cuya intención es básicamente dar un golpe fuerte en la mesa. Lo ha logrado, ya que ha llamado la atención de los mandatarios de ambos países.

En Canadá, el primer ministro Justin Trudeau se movió a la velocidad del relámpago. De inmediato anunció que endurecerían sus controles migratorios, así como la continuidad en su guerra contra la destrucción de laboratorios de fentanilo. Canadá es un fuerte aliado de los EEUU contra China en la guerra comercial. Por un lado, ha puesto altos aranceles a los autos provenientes de aquel país; por otro, ha comenzado a denunciar una invasión discreta de la mercancía proveniente de China, a través de México. Trudeau no perdió tiempo y se fue este fin de semana a Mar-a-Lago a platicar con Trump. Hay un claro viraje de Trudeau hacia el ala conservadora, ya que hay elecciones a la vista en Canadá.

México, por otra parte, no corrió con la misma suerte, o más bien, no supo reaccionar de manera adecuada. Tras el anuncio de Trump hace una semana, se emitió solamente una carta con carácter diplomático señalando las consecuencias potenciales de un aumento de aranceles. Por otro lado, la presidenta Claudia Sheinbaum se enganchó con Trump anunciando que si los EEUU establecían aranceles contra productos mexicanos, México haría lo mismo contra productos estadounidenses. A la par, el gobierno mexicano señaló que seguiría con su estrategia de contener el flujo de migrantes hacia los EEUU, lo que nos convierte en el "muro de Trump". Asimismo, se anunció que se endurecería la lucha contra el tráfico de drogas, esto al tiempo que el New York Times publicaba una nota sobre nuevas estrategias de reclutamiento en las universidades de ciencias químicas por parte de los cárteles de la droga, con el fin de iniciar la producción de fentanilo a gran escala en México, para competir contra el fentanilo proveniente de China.

El siguiente aparente frente de batalla abierto por Trump es contra los llamados BRICS, un heterogéneo bloque geopolítico formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Trump ha anunciado aranceles de hasta el 100% a productos procedentes de estos países si el bloque busca consolidar una moneda común para hacer frente a la hegemonía del dólar. La verdad es que se antoja imposible que India y China acordaran algo así. Aunque ambos países se muestran aliados en este bloque, la realidad es que India ha jugado siempre de forma pragmática, siendo aliada de Rusia y los EEUU. Por otro lado, se antoja complicado que China se someta a Rusia o viceversa. ¿Brasil y Sudáfrica? Perdidos en laberintos propios.

Parecería un grave error la estrategia de Trump de erosionar la relación con Canadá y México. Hay que recordar que Norteamérica como bloque comercial tiene un poder enorme. Dañar esta relación o romper el bloque solo terminaría debilitando a los mismos EEUU. Por otro lado, las economías de los EEUU y China están entrelazadas de forma tal que, adentrarse en una guerra comercial declarada, terminaría dañando fuertemente a ambas economías. Algo que tal vez la Rusia de Putin esté buscando para sacar provecho. Debilitar el T-MEC, debilitar a los EEUU y enfrentarlo a China es algo que sin duda conviene a Rusia. Desafortunadamente, estas acciones estarían afectando fuertemente a México.

La estrategia de Trump, aunque agresiva, busca oniciar su presidencia afirmando su posición de poder y control en el escenario global. Sin embargo, las repercusiones de estas decisiones pueden ser profundas y duraderas, afectando no solo a los países directamente involucrados, sino también a la economía global en su conjunto. La pregunta que queda en el aire es: ¿está preparados México para enfrentar esta nueva realidad y adaptarse a los cambios que se avecinan?

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