Las Reformas que se Necesitan
Las Reformas que se Necesitan
Por:
Erreh Svaia
“Nuestro
gobierno ha declarado que está llevando a cabo grandes reformas, en realidad,
ninguna reforma real ha comenzado y nadie hasta el momento ha declarado algún
programa coherente.”
Aleksandr
Solzhenitsyn
Según la Real Academia de la Lengua Española, “reformar”
significa: “1.- Volver a formar, rehacer, 2.- Modificar algo, por lo general
con la intención de mejorarlo.”
No se puede negar el impacto de algunas de las
reformas impulsadas por el gobierno de Enrique Peña, en primer lugar aplaudir
el consenso logrado para llegar a ellas algo inédito en la reciente historia
política del país, por un lado la reforma fiscal, que aunque ya hemos señalado,
ha castigado a la clase media (lo correcto debió ser una generalización del
IVA) y mermado el consumo, ha brindado estabilidad al país en un momento que se
antoja de complejidad y volatilidad, cómo en el resto de las reformas destaca
su falta de profundidad y su programación inadecuada, pudiéramos culpar al
PRI, sí, pero no al de Peña Nieto, sino
al que empantanó éstas reformas junto al PRD durante el sexenio de Felipe
Calderón, pudiéramos culpar a Calderón por su incapacidad de hacer política,
también pudiéramos culpar a Panista Vicente Fox por su negativa o ineptitud
para gobernar, pero de nada vale ya buscar culpables, la medicina llegó tarde y
resultó amarga, pero llegó, en el caso de la reforma energética, los tiempos
fueron también poco aptos, la oportunidad de capitalizar el boom petrolero estaba
lejos cuando está fue promulgada, la reforma educativa, luego del fuerte
rechazo por sectores magisteriales parece haber quedado sin pies ni cabeza,
víctima de la presión de grupos de poder minoritarios y de la falta de visión
de sus impulsores.
Pero sin duda, después de la reforma educativa, poco o
nada se ha hablado de las reformas que al día de hoy tanto le urgen al país,
que si bien parece no ser el momento adecuado para impulsarlas por el poco
capital políticos con el que cuenta Peña al día de hoy, poder avanzar en este
rubro es vital para el bienestar de los años por venir, la profundidad en la
reforma fiscal que debiera ampliar la base de contribuyentes es necesaria para
no convertir una buena medida en algo catastrófico a largo plazo, pero las más
importantes reformas aún no contempladas en este momento debiesen ser la
correspondientes a la transparencia y rendición de cuentas, y la
correspondiente a combatir los monopolios, reformas que sin duda ayudarían a
combatir fuertemente a los grandes lastres que bloquean a nuestra economía como
la corrupción y la competitividad.
Rendición de cuentas y transparencia, reforma
necesaria como complemento de nuestra democracia, con el fin de auditar y
evaluar el desempeño de nuestros gobernantes, sujetarlo a objetivos reales y
cuantificables con el fin de regresarles el carácter de administradores y
servidores públicos antes que de políticos, enfocar su ejecución a objetivos,
al cumplimiento y a la transparencia de su desenvolvimiento, reformas con leyes
antimonopolio que ayudaran a crear un entorno adecuado para la competencia el
emprendedurismo, la creación de empresas y a la vez la creación de empleos, que
a su vez serviría para atajar otra parte de la corrupción imperante en el
sistema.
Por último y no menos importante está el tema de la
seguridad de los ciudadanos, una garantía no negociable de cada mexicano y que
el gobierno aún no ha podido comprometerse a resolver, cómo esperar el
crecimiento económico sin un ambiente propicio y seguro para éste y sin la
correcta protección de la integridad de cada uno de los mexicanos.
Peña tiene dos años en los que difícilmente podría
impulsar un programa así, el poco tiempo de vida de sus reformas y la poca
profundidad de éstas (y su definitivo mal tiempo de aplicación) le ha dejado en
la quiebra política, tanto a él como a su partido, por lo que se antoja
difícil, sino imposible enderezar el barco, y menos, dejar la mesa puesta para
el siguiente presidente que probablemente no será del PRI, se vienen dos años
complicados en los que Peña y el PRI probablemente concentren sus esfuerzos en
salvar bastiones de poder como el estado de México que las permita subsistir un
sexenio más para replantear una estrategia para regresar en el 2024, así es la
política en México, primero el poder y la supervivencia de la clase política y
después todo lo demás, para lo demás, para mejorar las cosas modificándolas, no
parece haber mucha intención ya.
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