Chickenfoot, III, 2011




Sammy Hagar tiene magnetismo para atraer a grandes guitarristas, lo largo de su carrera a estado junto al legendario Ronnie Montrose, junto al gran Eddie Van Halen, y en Chickenfoot al lado de Joe Satriani, una posición que muchos deben envidiarle y que habla del singular talento de Hagar para trabajar con estos genios, aunque seguramente él sabe que no es nada fácil, de las primeras dos bandas salió en términos complicados, a pesar de ello, Hagar se ha vuelto resiliente, y al dejar Montrose, emprendió una exitosa carrera solista,después no dudó en unirse a los Van Halen para llevarlos a un nivel de popularidad más allá de la que tenían con David Lee Roth, y luego de su partida de VH, Hagar encontró un nuevo proyecto junto a Joe Satriani y a Chad Smith, a eso se le llama atraer talento.

Chickenfoot no es precisamente el super grupo que muchos esperarían, llama la atención la difícil asociación creada por éstos músicos, con Hagar llevando a su amigo, el también ex Van Halen consigo y reuniéndolo con Satriani, un genio de la guitarra moderno y maestro de muchos de los grandes guitarristas del momento, por si fuera poco, trayendo a Smith de los Red Hot Chilli Peppers, qué se puede pensar de la mitad de la gran sección rítmica de éste exitoso grupo músical? Obvio, conjugar éstos talentos en un contexto de hard rock no es cosa fácil, tal vez la base sean más lo Montrose que los Van Halen, aún así, resulta compleja la tarea de poner a Satriani y a Smith dentro de éste contexto, aún así, funciona, hasta feito punto, y la lucha por lograrlo es patente en los discos de la banda.

Chickenfoot III es probablemente el disco mejor logrado por la banda, aunque definitivamente dista mucho de los logros artísticos de sus anteriores bandas, Chickenfoot se puede definir principalmente la actitud de sus participantes, con un Hagar en su mejor forma desde la época de los Montrose, potente y usándose a fondo, con Satriani altamente técnico y preciso, aunque al igual que Smith suenan fuera de lugar, al tiempo que Michael Anthony se queda corto tratando de seguirle el paso a Smith, tal vez la aportación más importante de Anthony son sus coros, tan peculiares y característicos de los VH y que aquí se suma a la capacidad vocal de Smith, ya demostrada en los coros de los temas de los RHCP.

Last Temptation es un tema perfecto para poner de manifesto el músculo que Smith mete a su instrumento y los sofisticados riffs y líneas de guitarra de Satriani que no alcanzan a hacer mancuerna perfecta con la intensidad que Hagar inyecta aquí, aunque para Alright Alright, la banda consigue sonar más explosivos y con un Hagar extrayendo bastante influencia del tremendo Roger Daltrey de los Who, con un Michael Anthony que incluso hace buen uso de su bajo y de esos coros que recuerdan a los VH, destacable aquí también el estruendoso solo de JS, uno podría pensar aquí que la banda está siendo bastante derivativa de los VH, pero tendríamos que reflexionar en qué Hagar fue parte de los orígenes de ese sonido junto a Ronnie Montrose.

Different Devil es un punto débil, considerando las habilidades técnicas del grupo, pero una pieza hecha para lucirse en la radio, con la banda pisando el acelerador al máximo en Up Next, con Satriani saliendo de su zona de confort con durísimos riffs y un Chad Smith totalmente en su elemento, mostrando así la complicada pero entretenida dinámica de éstos músicos, que nuevamente se emplean a fondo en Lighten Up, que consigue por fin dar muestras de una identidad propia conjurada por parte del grupo de forma consistente, aunque ésto no consiguen mantenerlo en la muy blanda Come Clóset, en que la banda parece hacer un guiño a Smith y sus RHCP, aunque cabe mencionar aquí que Satriani encuentra hábilmente aquí espacio para su exquisito estilo en la guitarra, e incluso Hagar y Anthony alcanzan a imprimirle una buena dosis de emotividad vocal al tema, que desafortunadamente es el mejor momento de Satriani en el disco.

Three and a Half Letters aparece como un dramático comentario social, algo resulta bastante fuera de lugar considerando el espíritu en general del disco, a pesar del tremendo tour de forcé de Hagar y de Satriani, una vez más, a pesar del despliegue técnico y emocional, la banda pierde foco de forma escándalosa, y vuelve a fallar en Dubai Blues, que tampoco logra llegar a ningún lado, y en éste punto, No Change parece llegar bastante tarde, aunque alcanza a salvar el disco de un final bastante mediocre, algo difícil de creer considerando la historia de cada uno de los integrantes de éste grupo, cuyo enrome talento parece ser la principal barrera para llevar un sobresaliente disco de hard rock, algunos planes se ven mejor en papel que en la realidad.



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