Winger, Seven, 2023

 


Seven No Es Un Disco Indispensable, Pero Algo Se Podría Rescatar

Por: Rock N Roll Animal

Kip Winger es un veterano en el mundo de la música, incluso más allá de su banda formada a finales de los 80s. Según Kip se enamoró de la música clásica luego de escucharla en sus clases de ballet. Hijo de padres músicos, Winger se inició en el mundo de la música hasta llegar a convertirse en un cotizado músico en los 80s (luego de ser rechazado en una audición para la banda de Alan Parsons), formando parte de la banda de Alice Cooper en su etapa dentro del heavy metal, junto al guitarrista Kane Roberts, y después como músico de estudio y compositor para los proyectos del productor Beau Hill. El pedigrí musical de su banda Winger es impresionante. La experiencia musical de Rod Morgenstein, Reb Beach y Paul Taylor es una de las más importantes dentro del mundo del hard rock. Imposible negar su superioridad musical contra sus contemporáneos como Bon Jovi, Poison o Warrant. El primer disco de la banda en 1988 fue bastante exitoso, aunque ya en los 90s, su segundo disco, en el cual incluían parte de sus inquietudes “progresivas”, fue ignorado por las masas. La banda se salía en definitiva de los cánones prevalecientes en el llamado “hair metal” de la época. Si, Winger estaba más cercano a bandas como Living Colour, Mr. Big, Badlands o King´s X. Seven es el disco número 7 de la banda (¿Sorpresa?), un disco que no debería estar ocurriendo, considerando que el grunge acabó por completo con el genero en los 90s, y el mercado para el hard rock hoy en día es prácticamente inexistente. Kip Winger insiste en que su banda es la versión “hard rock” de los Dream Theather, ciertamente Morgenstein, Beach y Taylor son músicos de buen nivel, pero difiero en declararlos la “gran esperanza” del rock progresivo. Proud Desperado es un tema bastante apropiado para describir la situación de la banda, sin una audiencia para este tipo de música. El trabajo de Beach y de Taylor pudiera ser lo mejor a apreciar a lo largo de la grabación, con interesantes cambios en los ritmos que obviamente no serían muy atractivos para una audiencia acostumbrada al rock comercial. Tears of Blood podría sonar a algo así un tema nuevo de los Deep Purple, quienes se han beneficiado mucho de la producción de Bob Ezrin en años recientes. Tal vez sería buena idea que Winger le llamaran a Ezrin, quien hizo sonar bien a los Bonham, y que no están muy lejanos del sonido de Winger. Resurrect Me tiene un interesante trabajo rítmico de Kip y de Rod, además de que la voz de Kip se acomoda perfecta para el tema. Stick The Knife in and Twist podría ser lo mejor del disco, aunque es un tema que se pierde en demasiados temas lentos y flojos. Lo más curioso es que Winger comienza a sonar como una versión menos melódica pero más densa que Whitesnake, y si Whitesnake y Deep Purple se las han arreglado para sobrevivir hoy en día, no me queda duda que Winger podría seguirlos muy de cerca en búsqueda de un nicho que les permita seguir existiendo. Tal vez Bob Ezrin podría salvar a los Winger de la extinción, eso si deciden rehabilitarse de su adicción por las baladas.


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