Obituary, Dying of Everything, 2023

 


Por: Rolando JV

En el caso de la legendaria banda de death metal de Florida, cada uno de sus fans deben tener su disco favorito. Slowly We Rot es el disco que más veces he escuchado de la banda. El disco de debut de 1989 sigue siendo mi favorito, aunque me queda claro que para 1992, la banda había creado con el The End Complete, el que podría ser la obra maestra definitiva de su carrera. Recuerdo que, en aquellos años, el Cause of Death era el favorito de muchos, pero yo prefería la crudeza de Slowly We Rot. Hemos platicado muchas veces que los primeros años de los 90s fueron una época de gran auge para el death metal. El género había salido a la superficie y adquirido gran notoriedad gracias a los esfuerzos de bandas como Morbid Angel, Cannibal Corpse y Deicide. A partir de ahí los gustos de muchos comenzaron a cambiar y a transformarse. Al día de hoy, podría afirmar que los Cannibal Corpse son la gran banda de death metal, que no sólo ayudó en su momento a volver inmensamente popular al género, sino que, al día de hoy, sigue publicando discos bastante relevantes, manteniendo viva la llama del death metal. En su momento recuerdo a las grandes bandas del estado de Florida (Cannibal Corpse de moverían de Buffalo, NY a Florida) como Death, Massacre, Nocturnus, Terrorizer, Morbid Angel, Malevolent Creation y Deicide. Pero recuerdo con especial apreciación a los Obituary, una banda que estaban totalmente decididos a hacer las cosas diferentes en aquella escena que corría peligro de volverse demasiado homogénea. En primer lugar, estaban las vocales de John Tardy, un hombre capaz de generar los sonidos guturales más brutales de la historia. A Tardy le fascinaba tanto el sonido de su voz, que en ocasiones simplemente se olvidaba de escribir letras y se avocaba a gritar y gruñir de forma espectacular, convirtiendo su voz en un instrumento más de devastación, al unísono de la banda. Mike Patton, el vocalista de Mr. Bungle, Faith No More y Tomahawk, un estupendo artista de la voz, confesaría tener una enorme admiración hacia John Tardy, por la manera en que usaba su voz más allá de las letras, como un instrumento de destrucción masiva. Después estaba el increíble trabajo de Donald Tardy, hermano de John. Un baterista fuera de serie que buscaba añadir elementos novedosos en el concepto del death metal. Pienso que Obituary eran de esas bandas que se diferenciaban, gracias a sus temas extremadamente lentos, Donald era precisamente el que se encargaba de hacer que esos temas funcionaran como un campo de distorsión, en que el tiempo y el espacio mutaban de forma asombrosa. No menos importante, la presencia del guitarrista Trevor Peres, quien traía de vuelta el sonido denso de las guitarras de bandas como Hellhammer y Celtic Frost, ambas gigantescas referencias en el mundo del death metal y el black metal. En parte la influencia de Obituary y las guitarras de Trevor Peres, serían una gran influencia en bandas como los reyes del grindcore, Napalm Death, que abrazarían con entusiasmo, en esa época, las guitarras inspiradas en el legendario grupo de Tom Warrior. Dying of Everything es el disco número 11 de los Obituary, Primer disco post pandemia que deja claro que la banda no se acobardó en este período de tiempo tan complejo, y que, por el contrario, siguieron trabajando en lo que mejor saben hacer. Crear música. Aunque discos posteriores a The End Complete, van de lo mediocre, a lo rescatable, no cabe duda que Dying of Everything es de lo mejor que Obituary a publicado en décadas. Un disco que claramente incluye los elementos clásicos de la banda, pero más allá de sonar nostálgicos, los impulsan a sonar relevantes una vez más. Hay un entusiasmo implícito en cada tema, que precisamente nos hace prestar atención y apreciar de forma intensa cada uno de los temas. Está claro que Obituary quería regresar, pero no sólo para hacer presencia, sino para destacar. Barely Alive es un golpe muy duro al rostro. Los hermanos Tardy funcionando a la par como un selecto equipo de demolición. Un tema que hace referencia a la crudeza del Slowly We Rot y a la inmortal influencia de los Slayer. En Kenny Andrews, el miembro más nuevo de la banda, Obituary ha encontrado a un guitarrista que navega con facilidad las turbias y violentas aguas de influencia dejada por genios como Kerry King y James Murphy. The Wrong Time es parte de las innovaciones del disco, con la banda desplegando parte de su sonido clásico, pero ejecutado de forma aún más furiosa e inteligente. Without a Conscience destaca con sus ritmos singulares. War es lenta y poderosa. Dying of Everything es simplemente de lo mejor del disco, un tema totalmente estelar y que resulta un auténtico proyectil sonoro imposible de ignorar o de detener. El trabajo de Donald queda bien presentado en temas como Weaponize The Hate, obviamente acompañado en la sección rítmica por Terry Butler, un valioso veterano de la escena, que solía ser parte de los legendarios Death. Torn Apart continua con la tendencia de sonar relevantes y brutales una vez más. Obituary suenan totalmente revitalizados y Dying of Everything es un disco de un muy alto nivel que se agrega de forma satisfactoria al catálogo de una auténtica leyenda del death metal que se niega a ser parte del pasado, y que demuestran que aún en su cuarta década, pueden crear la música más rabiosa de su historia. Si, John Tardy sigue siendo uno de los mejores vocalistas del mundo del death metal, y Obituary uno de los mejores representantes del género.




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