Clics Modernos: Charly García y el Ritmo de lo Inesperado



Parece imposible hablar de la música en español sin mencionar a Clics Modernos. En 1983, Charly García lanzó este disco que no solo definió un sonido, sino que capturó el latido de una Argentina herida por la dictadura militar, mientras miraba de frente a una Nueva York vibrante con la New Wave. Este álbum marcó un antes y un después en el rock argentino y en la vida de quienes lo escucharon. Pero ¿qué tiene Clics Modernos que lo convierte en una obra tan poderosa?

La dictadura militar en Argentina estaba cayendo. La represión, el miedo y la censura empezaban a desmoronarse, pero las cicatrices seguían abiertas. Clics Modernos llegó justo cuando Argentina respiraba por primera vez en años. Las desapariciones, las violaciones a los derechos humanos y la reciente derrota en la Guerra de Malvinas pesaban en el aire. Este disco no fue solo música, fue una ventana para una generación que intentaba procesar el dolor y buscar luz en medio del caos.

Charly necesitaba escapar de esa realidad sofocante. Se trasladó a Nueva York, ciudad que vivía el auge de la New Wave, un fenómeno musical que fusionaba el punk, la electrónica y el pop. El sonido fresco y moderno de las calles neoyorquinas se impregnó en su mente, y García supo que tenía que llevar esa energía a su tierra. La clave estaba en encontrar un equilibrio: fusionar lo vanguardista con lo local, y así lo hizo, creando algo que no solo sonaba como el futuro, sino que lo predecía.

Desde el primer día de grabación, García lo tenía claro: Clics Modernos no debía parecerse a nada de lo que había hecho antes. El objetivo era simple pero ambicioso: crear algo moderno, crudo y auténtico. Se alejó de los grandes arreglos orquestales y optó por lo minimalista. Jugó con polirritmos, esos patrones rítmicos que hacían que las canciones parecieran fluir de manera impredecible pero hipnótica. Todo estaba alineado con su visión de crear un sonido que fuera único y universal.

Para capturar esa energía, García se unió a Joe Blaney, ingeniero de sonido de bandas como The Clash. Grabaron en Electric Lady Studios, y la combinación fue explosiva. Charly jugaba con cajas de ritmos como el LinnDrum, sintetizadores y sonidos electrónicos que marcaban la pauta del futuro. La creación de las canciones fue tan fluida que parecían estar listas antes de siquiera tocarlas. García estaba en un momento creativo único, componiendo con una facilidad asombrosa.

El título del disco, Clics Modernos, era un adelanto del concepto: la modernidad comprimida en un solo clic. Charly veía al mundo moverse rápido, a un ritmo que parecía imposible de seguir, y esa energía quedó plasmada en el disco. Los sintetizadores, las guitarras con efectos y las cajas de ritmos construyeron una atmósfera que retrataba la alienación, la deshumanización, pero también la esperanza de lo nuevo. Temas como “Nos Siguen Pegando Abajo” capturan ese conflicto interno: la velocidad de lo moderno chocando con las estructuras antiguas que aún dominaban.

Aunque el disco suena fresco, hay algo más profundo detrás de cada acorde. Charly no podía escapar del dolor que lo rodeaba. Las letras, la música, todo tiene un trasfondo melancólico. Temas como “Los Dinosaurios” son una clara referencia a los desaparecidos durante la dictadura, un dolor que se sentía en cada rincón del país. Ese contraste entre lo vibrante del sonido y lo oscuro de las letras creó una tensión que define el disco.

Pedro Aznar, exbajista de Serú Girán, sumó su talento para darle aún más profundidad al disco. Aunque no estuvo presente en todo el proceso, su aporte en canciones como “Dos Cero Uno (Transas)” fue esencial. Su bajo no solo sostiene la estructura de las canciones, sino que añade una capa emocional que resuena con la tristeza que Charly buscaba transmitir.

Blaney fue mucho más que un ingeniero de sonido; fue el puente entre la visión de Charly y la realidad sonora del disco. Su experiencia con bandas de punk y New Wave fue clave para darle forma al sonido crudo y directo que necesitaba Clics Modernos. Su aporte técnico hizo que cada detalle sonara como debía, creando un disco impecable pero visceral.

Desde el momento en que salió al mercado, Clics Modernos sacudió el panorama musical. La Argentina que despertaba a la democracia encontró en este disco un reflejo de su propia transformación. A nivel musical, fue una revolución. García había usado herramientas que apenas se conocían en el país, como los sintetizadores y las cajas de ritmos, y abrió un nuevo horizonte para el rock nacional. Una nueva generación de músicos se inspiró en él para romper los moldes y experimentar.

La crítica no tardó en reaccionar. Charly había hecho algo que pocos se atrevían: romper con lo conocido para crear algo completamente nuevo. Los críticos aplaudieron su valentía, su capacidad para reinventarse. El público, aunque inicialmente desconcertado por lo experimental del disco, lo abrazó con entusiasmo. Las canciones se volvieron himnos, y Clics Modernos rápidamente ocupó un lugar en la historia del rock en español.

Con el tiempo, Clics Modernos ha crecido en estatura. Lo que en su momento fue considerado un experimento sonoro, hoy es visto como una obra maestra. Este disco adelantado a su tiempo no solo capturó el momento histórico de Argentina, sino que sigue influyendo a nuevas generaciones de músicos. El legado de Charly y su visión innovadora continúan resonando, no solo en Argentina, sino en toda Latinoamérica.

Clics Modernos no solo cambió la música en Argentina, sino que su influencia llegó a todo el continente. Músicos de diversos países encontraron en él una nueva forma de hacer pop, de mezclar lo local con lo global. Charly demostró que era posible llevar lo moderno a la esencia de la cultura latinoamericana, y esa idea resonó en toda la región.

La portada del disco, con Charly saltando frente a un grafiti que dice “MODERN CLIX”, es una declaración visual que refuerza la música del álbum. El diseño, a cargo de Hilda Lizarazu, fue tan importante como la música misma, estableciendo una estética que complementaba el sonido y lo hacía inolvidable.

Hoy, Clics Modernos sigue siendo tan relevante como lo fue en 1983. Charly capturó el espíritu de una época, pero lo hizo con tal genialidad que el disco ha logrado trascender el tiempo. Cada acorde, cada palabra, sigue resonando, impactando a quienes lo escuchan por primera vez y reviviendo emociones en quienes ya lo conocen. Una obra maestra que jamás pierde vigencia.


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