El Declive de los Dead Malls: ¿El Fin de los Centros Comerciales o una Oportunidad de Renacimiento Urbano?



En las últimas décadas, un nuevo término ha captado la atención: "dead mall" o "centro comercial muerto". Estos espacios, que alguna vez fueron el corazón vibrante de la cultura de consumo, ahora yacen en ruinas, reflejando el colapso de una era en el comercio minorista. Originados en Estados Unidos en los años 90s, los "dead malls" han ido ganando terreno globalmente, revelando profundas transformaciones en nuestros hábitos de compra y en la economía urbana.

El comercio electrónico ha alterado para siempre la forma en que compramos. Gigantes como Amazon y otras plataformas en línea ofrecen una comodidad y variedad que las tiendas físicas simplemente no pueden igualar. En 2020, las ventas en línea en Estados Unidos alcanzaron los $861.12 mil millones, un salto del 44% respecto al año anterior, según eMarketer. Este cambio ha dejado a muchos centros comerciales luchando por atraer visitantes.

La migración hacia áreas urbanas y el impacto de la recesión económica de 2008 han dejado a los centros comerciales suburbanos sin clientes fieles. Muchas cadenas de tiendas, que solían ser los pilares de estos centros, han cerrado, arrastrando a los pequeños comercios en una espiral descendente. Un informe de Credit Suisse proyecta que entre el 20% y el 25% de los centros comerciales en Estados Unidos cerrarán entre 2017 y 2024, dejando un panorama lleno de espacios vacíos y oportunidades perdidas.

Entre los ejemplos más notorios está el New South China Mall en Dongguan, China. Este centro comercial, el más grande del mundo en 2005, permaneció en gran parte vacío durante años, con una tasa de ocupación de solo el 1%. En Estados Unidos, el Rolling Acres Mall en Akron, Ohio, abrió con éxito en 1975, pero comenzó a declinar en los años 90s y cerró en 2008, convirtiéndose en un símbolo del declive de los centros comerciales hasta su demolición en 2019.

Las condiciones de estos centros abandonados son a menudo desoladoras. El deterioro físico, el moho y las goteras son comunes. Estos lugares a veces se convierten en refugio para personas sin hogar o en focos de actividad delictiva, mientras que sus grandes estacionamientos vacíos agravan problemas ambientales, como la escorrentía de aguas pluviales y la liberación de refrigerantes dañinos.

A pesar de los desafíos, algunos "dead malls" están encontrando una nueva vida. Espacios como el Arcade Providence en Rhode Island se han transformado en complejos residenciales con tiendas en la planta baja. Otros centros se reinventan como campus educativos, como el Highland Mall en Austin, Texas, que ahora alberga un centro de educación comunitaria. Incluso algunos se están convirtiendo en centros culturales o deportivos, demostrando que la creatividad puede devolverles el pulso.

El futuro de los centros comerciales está en plena evolución. La pandemia aceleró la transición hacia experiencias más locales y al aire libre, y el comercio electrónico sigue en expansión. Los centros comerciales que sobrevivan probablemente se transformarán en "destinos de estilo de vida", integrando residencias, oficinas, hoteles y espacios verdes junto con las tiendas. La clave será ofrecer experiencias que no se pueden replicar en línea, combinando compras con entretenimiento y servicios.

El impacto económico de los centros comerciales es profundo. Estos lugares han sido grandes generadores de empleo y fuentes de ingresos fiscales. La Asociación Internacional de Centros Comerciales estima que emplean a más de 12 millones de personas en Estados Unidos y generan más de $400 mil millones en ingresos fiscales anuales. La pérdida de estos empleos y la reducción de ingresos fiscales pueden tener efectos devastadores en las comunidades locales.

Frente a este desafío, los urbanistas ven una oportunidad para revitalizar los paisajes suburbanos. La reurbanización de los "dead malls" puede incluir espacios verdes, mejoras en el transporte público y un diseño urbano más accesible para los peatones. Este cambio puede llevar a comunidades más sostenibles y habitables, reimaginando cómo interactuamos con el entorno urbano.

La industria minorista está adaptando sus estrategias. Muchas marcas están integrando sus operaciones en línea y físicas para ofrecer una experiencia de compra fluida. Los centros comerciales al aire libre y los distritos comerciales de "calle principal" están resurgiendo, ofreciendo una mezcla de tiendas, restaurantes y entretenimiento que promueve una experiencia de compra más integrada con el entorno urbano.

La tecnología también está desempeñando un papel crucial en la evolución de los centros comerciales que permanecen abiertos. La implementación de aplicaciones de navegación, sistemas de pago sin contacto y experiencias de realidad aumentada está redefiniendo la experiencia del cliente, ayudando a los centros comerciales a competir con el comercio electrónico y ofrecer algo único y valioso.

Aunque el fenómeno de los "dead malls" comenzó en Estados Unidos, su impacto es global. En Europa y otros lugares, los centros comerciales enfrentan desafíos similares. Sin embargo, en algunos países en desarrollo, la construcción de nuevos centros comerciales continúa, aunque con un enfoque más adaptado a las necesidades actuales.


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