El Difícil Balance
El Difícil Balance
Dicen que al diablo le gusta aparecerse en los cruces de
caminos, cuando el hombre se encuentra ante una fuerte disyuntiva y este trata
de arrastrarlo a su perdición, alarmantemente hay que alzar la voz en estos
días, ya que México se encuentra ante una importante disyuntiva, Febrero nos
pone en la balanza una serie de variables que es necesario analizar para tratar
de descifrar o predecir el futuro, por un lado, pareciera que al exterior el
país va tomando fuerza dentro del cambiante grupo de países emergentes, en el
interior hay descontento y desconfianza, ¿Que terminara pesando más?
Por un lado el gobierno se vanagloria de la recientemente
anunciada mejora en la calificación crediticia de México por la importante
calificadora Moodys, lo cual indica que hay una fuerte confianza en la
capacidad de México para enfrentar a sus responsabilidades crediticias,
derivado de la buena impresión que México le da al mundo a través de las
reformas aprobadas el año pasado, una buena señal para inversionistas que se sentirán
más seguros de ingresar su dinero en el país, por otro lado es de sobra sabido
el sub ejercicio en el gasto público presentado el año pasado, razón que
presionara fuertemente al gobierno a invertir en obras, lo cual deberá impulsar
dos importantes indicadores del estado de la economía: el sector de la
construcción y el empleo.
En el lado negativo de la balanza aparecen un mayor número
de variables a tomar en cuenta, si bien, señalamos la confianza de
inversionistas externos en el país, nos preguntamos ¿Porque ha decrecido el
índice de confianza del consumidor? ¿Porque el consumidor prefiere guardarse su
dinero en lugar de gastarlo? ¿Cómo balancear esa confianza externa con la
tremenda desconfianza al interior del país? ¿Cómo transmitir ese positivismo al
propio pueblo, como medida de reactivar la economía interna, vamos, el año
pasado fue el peor año en la historia de Wal-Mart México (y en Enero sigue la caìda), el llamado gigante de
la Antad, un evento que señala una clara afectación en el consumo y en la
economía del pueblo, que cuando muestra afectación en el mundo del alimento y
el vestido, principales fortalezas de Wal-Mart, es por demás obvio que el daño
en la economía es profundo y para tomarse en cuenta.
El tema de Moodys pareciera abrir la puerta a la inversión
extranjera, pero ¿Cómo florecerá esta ante el gravísimo clima actual de
inseguridad, disperso en el país, y focalizado en estados como Tamaulipas,
Oaxaca, Michoacán y Guerrero? ¿Estarán tomando en cuenta esto las
calificadoras? ¿O se estarán ocultando estos datos al exterior? ¿Es seguro que
México puede responder a sus compromisos, pero México podrá proteger a los
inversionistas y a sus activos?
La gran apuesta que hizo México y que parece rendirle frutos
es a las reformas, ¿Pero podrán estas cristalizarse a través de leyes
secundarias bien establecidas, o simplemente se quedaran en buenos deseos sin
mucha manera de operarse? La CNTE hizo
que la reforma educativa perdiera color, la gran apuesta por la educación se
fue por el caño, mientras que la reforma energética pareciera seguir levantando
ámpula en la izquierda y su añejo nacionalismo y paranoia, dicen que la
apertura a la inversión extranjera dejara expuesto a Pemex a que las riquezas
nacionales sean robadas, pero decía Napoleón Hill que más riqueza se puede extraer
de la mente de las personas que del subsuelo de la tierra, ¿Por qué no le hemos
apostado fuertemente a la educación? ¿Por qué no empezamos a apostarle al
tesoro más grande que puede tener un pueblo, su inteligencia?
La otra gran apuesta, mediocre en su planteamiento claro, es
que creceremos a la par que EUA crezca y salga del bache de años anteriores,
tal y como en el futbol, terminamos ateniéndonos a los resultados de otros, sin
poder tomar control de nuestro destino, como barco a la deriva, esperando que
soplen buenos vientos ¿Y si no? ¿Hay un plan b? Seguro que en la balanza los
temas positivos dan visión de un buen futuro, pero tenemos que empezar a
corregir todo lo malo que ha ido degradando al país, el gobierno tiene que
trabajar arduamente en recuperar la confianza dl pueblo, o atenerse a que el
país se pierda por completo en una filosofía de no creer en nada, ni en el
pueblo mismo.
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