¿Cómo saber si se va mal en la política o los negocios?
¿Cómo saber si se va mal en la política o los negocios? Le propongo 15 pruebitas de ácido simples:
1. La de carro. Si no ve a nadie por el espejo retrovisor y por el parabrisas observa a sus competidores alejarse.
2. Sigo volando. Cuando se siente orgullo por el aleteo organizacional sin notar que se pierde altura y que el piso se acerca rápidamente. La tendencia es clave.
3. Consenso engañoso. Se presenta si en un ambiente turbulento reina la armonía de ideas... generalmente las del jefe. Debe ser exactamente al revés, a más turbulencia mayor debate.
4. Candil de la casa, oscuridad en la calle. Cuando el círculo de "yes men" (lambiscones) le dicen al jefazo lo bueno que es, pero los clientes (ciudadanos para el político) piensan distinto. La luz es más importante en la calle; en lo oscurito te bolsean.
5. Se habla bonito, pero se hace poquito. Si las palabras pesan más que las acciones. De lengua me como un taco.
6. Tronar primaria. Se falla aún en las tareas básicas (producto, servicio o entregar una obra en costo y a tiempo). Cualquier construcción cae si fallan los cimientos.
7. Organigrama mata aptitud. Las decisiones las dicta la jerarquía y no la razón.
8. Medición a conveniencia. Se privilegian indicadores cómodos "que siempre han funcionado". En un mundo dinámico, seguramente qué y cómo mide tendrán que cambiar.
9. Castigar al talentoso. Si se le arrincona porque "provoca olas".
10. Repartir por simpatías. Cuando se incentiva al que masajea al ego del jefe y no al que empuja el cambio
innovador.
11. Temor como arma. Si se castiga la "indisciplina" del cuestionador usando el poder organizacional para amedrentar y lograr que se "alinee". Recuerde: uno de los lugares más tranquilos del planeta es un cementerio. Ahí todos están alineados.
12. Pánico al fracaso. Si se castiga al que falla se apachurra la experimentación necesaria para sobrevivir en la era disruptiva. Hay que abrazar el fracaso bueno: temprano, que no arriesgue a la organización y que deje lecciones para el siguiente proyecto.
13. Laguna ética. Cuando se sacrifican principios o valores (morales o corporativos) en pos de resultados cortoplacistas. Aún en aguas tranquilas puede uno ahogarse.
14. Sólo se quedan los "leales". Cuando en el tiempo la gente valiosa/talentosa termina abandonando el barco. La lealtad puede sobrevalorarse. En la disrupción valen más la aptitud y el potencial de cambio.
15. Se ganan centavos y se pierden pesos. Si las nuevas fuentes de ingresos no compensan las caídas de los negocios tradicionales se puede entrar en una espiral de muerte.
Por: Jorge A. Meléndez
1. La de carro. Si no ve a nadie por el espejo retrovisor y por el parabrisas observa a sus competidores alejarse.
2. Sigo volando. Cuando se siente orgullo por el aleteo organizacional sin notar que se pierde altura y que el piso se acerca rápidamente. La tendencia es clave.
3. Consenso engañoso. Se presenta si en un ambiente turbulento reina la armonía de ideas... generalmente las del jefe. Debe ser exactamente al revés, a más turbulencia mayor debate.
4. Candil de la casa, oscuridad en la calle. Cuando el círculo de "yes men" (lambiscones) le dicen al jefazo lo bueno que es, pero los clientes (ciudadanos para el político) piensan distinto. La luz es más importante en la calle; en lo oscurito te bolsean.
5. Se habla bonito, pero se hace poquito. Si las palabras pesan más que las acciones. De lengua me como un taco.
6. Tronar primaria. Se falla aún en las tareas básicas (producto, servicio o entregar una obra en costo y a tiempo). Cualquier construcción cae si fallan los cimientos.
7. Organigrama mata aptitud. Las decisiones las dicta la jerarquía y no la razón.
8. Medición a conveniencia. Se privilegian indicadores cómodos "que siempre han funcionado". En un mundo dinámico, seguramente qué y cómo mide tendrán que cambiar.
9. Castigar al talentoso. Si se le arrincona porque "provoca olas".
10. Repartir por simpatías. Cuando se incentiva al que masajea al ego del jefe y no al que empuja el cambio
innovador.
11. Temor como arma. Si se castiga la "indisciplina" del cuestionador usando el poder organizacional para amedrentar y lograr que se "alinee". Recuerde: uno de los lugares más tranquilos del planeta es un cementerio. Ahí todos están alineados.
12. Pánico al fracaso. Si se castiga al que falla se apachurra la experimentación necesaria para sobrevivir en la era disruptiva. Hay que abrazar el fracaso bueno: temprano, que no arriesgue a la organización y que deje lecciones para el siguiente proyecto.
13. Laguna ética. Cuando se sacrifican principios o valores (morales o corporativos) en pos de resultados cortoplacistas. Aún en aguas tranquilas puede uno ahogarse.
14. Sólo se quedan los "leales". Cuando en el tiempo la gente valiosa/talentosa termina abandonando el barco. La lealtad puede sobrevalorarse. En la disrupción valen más la aptitud y el potencial de cambio.
15. Se ganan centavos y se pierden pesos. Si las nuevas fuentes de ingresos no compensan las caídas de los negocios tradicionales se puede entrar en una espiral de muerte.
Por: Jorge A. Meléndez
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