La Rebelión de Argos (…o de Epigmenio…)



La Rebelión de Argos (…o de Epigmenio…)

Por Erreh Svaia
Dispersión Caprina

“Empecé mi vida con una verdad absoluta: que el mundo es mío para darle la forma a imagen de mis valores más altos y no rendirme a estándares menores, sin importar cuanto me lleve o cuanto tenga que luchar.”
Ayn Rand, La Rebelión de Atlas

En las retorcidas historias de Epigmenio Ibarra, la consigna suele ser la misma “¡Vayan por los políticos corruptos!”, las dicen los ciudadanos hartos de promesas incumplidas y de la inseguridad, periodistas amenazados y atrapados en el círculo de la política y el narco, incluso los mismos narcotraficantes que se ven a sí mismos como “emprendedores” y “hombres de negocio” acosados por un gobierno corrupto que no los deja trabajar, la “realidad” es que éstas series alimentan la paranoia nacional y la naturaleza “fatalista” no sólo del mexicano, sino del mismo ser humano, los narcotraficantes son “héroes” nacidos de cuna humilde que salen adelante por pura voluntad, casi santos de no ser porque usan a las mujeres como objetos, y en un delirio mesiánico se encargan de ser juez y parte y decidir quién es bueno y quien es malo, quien sigue viviendo y quien ha de morir, los políticos son una casta de malnacidos, que usan a los narcotraficantes para enriquecerse tras de sus escritorios, casi el 99% de los mexicanos, según las historias de Ibarra vivimos casi en un estado sitio, amenazados por un gobierno casi totalitario, la escala de valores cambia de sentido y quien roba poquito (como Layin), son los buenos, y quienes roban mucho son los malos, si no robas, “trabajas” sembrando, transportando o vendiendo drogas, eres una buena persona, aunque mates, pero si eres uno de la casta política, el infierno sería poco como castigo.

En las fantasías revolucionarias de Epigmenio (que se integran a la reciente ola de “narcopop”, con corridos, series de televisión, asimilación de la cultura del narco), los narcotraficantes son bastante agraciados físicamente, son sumamente valientes, e inteligentes, tienen muchas mujeres, pero se enamoran de todas y cada una de ellas eso sí, son muy trabajadores, y sobre todo son los hijos perfectos de sus “mamis”, a quienes aman con locura y quienes les perdonan todo, hasta ser asesinos de muchos, por otro lado los políticos ni madre tienen, si tienen relaciones extramaritales por lo general son perversas, a sus hijos los amán con todo el corazón, pero no lo suficiente para darles un buen ejemplo de trabajo honrado o de respeto por la vida, mientras en una novela de Ayn Rand como La Rebelión de Atlas, los empresarios y emprendedores son los encargados de salvar el mundo de la garras del Estado y las economías planeadas, en las historias producidas por Epigmenio y Argos, son los criminales los ejemplos de vida a seguir por el mexicano, los que nos inspiran a detestar al gobierno y a los políticos, los que nos enseñan que el crimen “mientras no seas ladrón de cuello blanco” es un trabajo admirable, y deseable, está bien robar trenes, ductos de petróleo, quemar autobuses y gasolineras, porque los que lo hacen, no son políticos, son el “pueblo bueno”, orillado a esto por la mala política que impera en el país.

Es verdad, hay muchos malos políticos en el país, hay mucha corrupción, y peor aún, hay impunidad, porque estoy seguro que en todo el mundo hay malos políticos (y malos votantes que les creen sus mentiras), hay corrupción (y no sólo en el gobierno), el gran problema que tenemos es que nos sobra, y mucha…IMPUNIDAD, si hay malos políticos, mientras éstos paguen por su mala función, por sus malos manejos y sean “muertos políticamente”, la impunidad se acabará y aquellos que son malos tendrán que entrar en el nuevo molde, aquellos que son corruptos, una vez que sean castigados de acuerdo al estado de derecho, servirán de advertencia a los otros muchos, para que dejen de serlo, a los narcotraficantes, mientras sean castigados por sus crímenes contra la salud y asesinatos, habrá señales de que lo que hacen no es un trabajo admirable, que lo que hacen es un crimen contra el país, que no son héroes o emprendedores, que no son mejores que cualquier otro trabajador honrado, mientras paguen como se debe, la actividad se desalentará, y no continuará convirtiéndose en la “fiebre del oro” que sigue llamando con su canto de sirena a mercenarios dispuestos a todo por enriquecerse, la impunidad es nuestro principal talón de Aquiles, no somos un país de santos, pero en un país de reglas, en dónde la virtud es premiada y el vicio castigado, el vicioso busca inclinarse hacia la virtud, o por lo menos caer en el vicio, porque sabe que será castigado, porque sabe que no hay IMPUNIDAD, mientras las haya, Epigmenio seguirá con sus fantasías al servicio de oportunistas, y la realidad seguirá deformándose.

Sabemos que la impunidad es nuestro punto débil, y nuestro cáncer a atacar, amnistías a los políticos corruptos es más de ese Peronismo y PRIísmo que han pervertido a la izquierda en LATAM y en México, amnistía a los narco traficantes pone a nuestro país en una peligrosa senda como la que ha seguido Colombia (de dónde también parece levantarse el culto al narcotraficante estilo Pablo Escobar), con una amnistía a las FARC, a la que poco le queda de guerrilla revolucionaria, y sí mucho de cartel de drogas, hoy las FARC no sólo tienen el perdón, sino hasta conservan sus recursos y tienen la oportunidad de convertirse en un partido político, algo como salido de la mente de Epigmenio que ve al traficante de drogas como un héroe revolucionario que evoca el romanticismo idílico del pueblo (del buen salvaje, al buen revolucionario y al ¿"buen narcotraficante?") y que enfrenta a sus enemigos, los políticos, no resultaría muy extraño que el día de mañana con tantas amnistías, tengamos un candidato “valiente, emprendedor, trabajador” cuyo pasado traficando drogas sea perdonado, y que finalmente tengamos como realidad las retorcidas visiones de Epigmenio, en un país en dónde lo que se necesita es eliminar la IMPUNIDAD, se debe castigar los crímenes, y quien está fuera de la ley, sea cual sea el crimen cometido, es un criminal, y no debe ser perdonado.     

Comments

Popular Posts