La Conexión Cuerpo y Mente

La Conexión Cuerpo y Mente

Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina

“El hombre es una entidad indivisible, una unidad integrada por la mente y el cuerpo”.
Mike Mentzer

“Un estoico es un budista con actitud, alguien que le dice -Jódete- al destino.”
Nassim Nicholas Taleb

Mi padre practicaba el futbol con entusiasmo singular, pudo ser jugador profesional pero optó por su profesión como ingeniero, “En aquellos años no había tanto dinero en el deporte”, me dijo alguna vez, “Se ganaba más como ingeniero”, el debe saberlo bien, llegó a ser director en una importante e icónica empresa de la ciudad, el futbol nunca ha sido lo mío, no me parece un deporte en el cual se aplique el intelecto, aunque gente como Juan Villoro hace buenos escritos sobre éste, no niego que haya cierta “teoría” detrás de éste, pero aunque todos quieran dar su opinión sobre cómo funcionaría mejor “x” equipo, no veo mucha “ciencia” en un partido de futbol, simple lógica de hacer que una bola entre en un marco de tres palos, Borges señaló algo como “el futbol es popular porque la ignorancia es popular”, el gusto se rompe en géneros, lo mío siempre fueron deportes más solitarios, correr, levantar pesas, y hablo de levantar pesas ya que trato de separarlo del “bodybuilding”, ciertamente el “bodybuilding” tiene su ciencia, claro, y su lado narcisista del cual siempre he tratado de mantener distancia, me resulta más interesante el lado de los llamados “quick wins” o pequeñas victorias diarias, la posibilidad de cada día y cada semana vencerse a uno mismo, e ir mejorando constantemente, la principal motivación es ser mejor que el día anterior y ser mejor que la semana anterior, verlo reflejado en como vamos agregando más discos a la barra y como nuestra fuerza va aumentando, en realidad no tenía mucha ciencia para mí en un inicio, después vas aprendiendo sobre la importancia de la alimentación, como al reducir los carbohidratos el cuerpo unas la misma grasa corporal como un poderoso combustible, y como las fibras destruidas durante el entrenamiento eran repuestas por el cuerpo con fibras aún más poderosas, alguien a quien admiro y respeto mucho me dijo en una ocasión, “Perdiendo ganas”, y así es la dinámica de la construcción del músculo, irónicamente ésta me fue explicada en alguna ocasión de manera magistral, no por un entusiasta de las pesas como Joe Weider o el legendario campeón Arnold Schwarzenneger, sino por un entusiasta de la efectividad en su memorable libro “Los 7 Hábitos de la Gente Eficaz”, Stephen Covey, en el de manera sencilla Covey creaba una analogía monumental entre el proceso de construcción de un músculo y el procesos de construcción de un hábito, señalando como durante una rutina típica de ejercicio se llevaba al músculo al límite, se rompía gran cantidad de las fibras que lo formaban y como el cuerpo en su fascinante proceso evolutivo reponía esas fibras con unas más fuertes, ocasionando el crecimiento y fortalecimiento del músculo, un proceso similar al de los practicantes de artes marciales que golpean con sus puños día tras día un duro madero o bloque de concreto, creando pequeñas fisuras en sus huesos, el cuerpo en su inmensa sabiduría biológica reparando esas fisuras y volviendo los huesos más y más resistentes hasta conseguir ser capaces de superar en dureza al objeto contra el que se estrellan, bien analizado, podemos entender que de ésta forma se crean hábitos como la paciencia y la disciplina, pero Covey no sería el encargado de crear ese enlace entre el levantamiento de pesas y el intelecto, el encargado de ello sería el enorme Mike Mentzer, a quien tuve suerte de conocer alguna vez en un viaje a Venice Beach, California, Mentzer ya estaba alejado de sus días de gloria y de supremo antagonismo hacia Schwarzenneger, pero seguía entrenando clientes con gran entusiasmo en el legendario Gold's Gym, educándolos en su propio sistema (basado en algunas enseñanzas del excéntrico Arthur Jones, desarrollador de las máquinas de entrenamiento Nautilus) llamado Heavy Duty o HIT (High Intensity Trainig aka Entrenamiento de Alta Intensidad), y aquí conectamos precisamente con otro de mis temas favoritos, “menos es más”, “menos” cuando está bien hecho, minimalismo, intensidad, “lo básico”, la productividad, no es fácil ir de Mentzer a Peter Drucker (notable gurú de la administración y pensador Austriaco, casualmente como Carl Menger, Frederich Ludwig von Mises y Fredrich von Hayek), pero gracias a la capacidad de razonamiento de Mentzer el viaje es más sencillo, conectando inclusive con puntos más alejados como el pensamiento Objetivista de la tremenda Ayn Rand, a quien conocí gracias a los escritos de Mentzer, Mentzer supo dar ese ingrediente “intelectual”, de ciencia, de metodología científica al “bodybuilding”, su estudio del objetivismo de Rand pudo dar profundidad y sustento a sus teorías sobre el ejercicio de levantar pesas, posiblemente Menzter hubiese compaginado a la perfección con otro gran pensador, Nassim Nicholas Taleb, inquietante escritor de “¿Existe La Suerte?”, “El Cisne Negro”, “Antifragil” y “Skin in the Game”, cuyos títulos parecieran hacer más que una casual referencia al desarrollo muscular, Mentzer no dejaba nada a la suerte, usaba el método científico para elaborar y confirmar sus revolucionarias teorías, sabía manejar esas inesperadas variables, que más de uno rechazaría para llegar a inconcebibles conclusiones, obviamente sabía como llevar al cuerpo fuera de esa zona de confort para hacerlo más resistente y adaptable al estímulo estresante, y que más compromiso y congruencia al “atravesar el cuerpo”, siendo prueba viviente de sus teorías sumando siempre el desarrollo del cuerpo con el de la mente, no estaba tan alejado Mentzer de lograr ese estatus de intelectual del levantamiento de pesas”, Taleb hubiese practicado con gusto algunos “deadlifts” junto a él, y no dudo que el gran Mike hubiese sido un participativo conversador con la enorme Ayn Rand, al final se vale adentrarse por si mismo en el mundo del levantamiento de pesas, no sólo para disfrutar un momento alejado del mundo, no sólo para retarse a uno mismo, no sólo para acompañarse a uno mismo, sino también para disfrutar de ese enfoque filosófico, esa acentuación en adquirir el conocimiento mismo, día a día, al final, Mentzer te diría, “hazlo rápido e intenso”, Rand te diría, “el punto es ¿Quién va a detenerte?”, al tiempo que Taleb te recomendaría los pesos libres por sobre las máquinas, además de decirle “Jódete” a tus lamentaciones por tu mala genética.

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