Crystal Castles- Amnesty (I) (2016)
Crystal
Castles- Amnesty (I) (2016)
Por: Ghost Writer
Quede enganchado del sonido de los Crystal Castles
desde la primera vez que los escuché allá por el 2008, su primer disco
capturaba a la perfección eso tormentosos años, en que la “Matrix” fallaba y
otra vez, el velo que creíamos era nuestra realidad se venía abajo de ahí en
adelante, la banda canadiense siguió en ascenso mientras que el mundo seguía en
una espiral descendente, hoy pareciera que los caminos de los CC y del mundo se
vuelven a encontrar, mientras que el mundo parece hallar una breve y frágil salida
de la crisis global los CC de igual forma encuentran la luz luego de la salida
de su icónica vocalista Alice Glass, en su lugar, se suma la enigmática Edith
Frances, quien opone menos resistencia que Glass y pareciera disfrutar se
arrastrada por la marea electrónica de Ethan Kath y los duros golpes de batería
de Christopher Chartrand, en un Amnesty (I) que captura a la perfección el
espíritu del momento.
En el primer tema, el trabajo de Kath es omnipresente,
apenas una estrujante muestra de la desolación sonora que la magia digital de
Kath es capaz de crear, mientras que para Fleece, no sólo el ataque de abrasivo
de Kath está presente, a éste se le suma la en ocasiones plana y e otras
expansiva voz de Frances, quien no parece tener ningún problema en manejar esta
compleja dualidad, posteriormente pasan a Char que retoma de una forma exitosa
la dolorosa nostalgia que hizo famosa a esta banda hace años, acercándose a los
fabulosos Ladytron que tanto me gusta escuchar, Kath limpia sus sonidos y
Frances se vuelve etérea y transmite esa tristeza que es imposible no
reconocerla como algo que todos hemos sentido en la soledad bajo la lluvia en
un frío día.
Pero los masivos pilares de sonido no se hacen esperar
y llegan justo frente a nosotros, para Enth el sonido se convierte en un arma
de destrucción masiva, las baterías se anclan furiosamente frente a nuestros
pies, mientras Kath se encarga de liberar electrizante descargas de sonido, al
tiempo que Frances deja su esencia humana y se convierte en energía pura de una
manera que seguramente llenaría de envidia a Bjork, con un caos de proporciones
cósmicas que por momentos salen de control por completo, pero la banda recupera
la forma para Chloroform, otro tema bastante inquietante que consigue
introducirse en nuestra cabeza y no salir de ahí, consiguiendo un disco plagado
de distorsión, nostalgia, electricidad, osadía y un poco de abstracción, Kath
consigue sacar adelante el proyecto después de una grave crisis, presentándonos
un nuevo personaje que promete sumar a la banda y hacernos pensar que por un
momento, aunque sea breve y frágil, ha regresado la calma.
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