Cuando Lou Reed tuvo su Metal Machine Music



Cuando Lou Reed tuvo su Metal Machine Music

Por: Ghost Writer

Si uno escucha los primeros instantes de Brandenburg Gate, el track número uno de Lulu, uno puede jurar que está ante un muy buen disco de Lou Reed, los coros de James Hetfield no suma ni restan al poder emotivo de este explosivo tema del inolvidable Lou, si, Metallica esta tras Reed en este disco, pero ahí permanece, y eso es lo mejor, eso juega a favor de Reed, si la disquera quiso vender Lulu como un disco de Metallica, fue por pura ambición y amor al dinero, y desde esa óptica, Lulu es obviamente un rotundo fracaso comercial,, si lo vez desde la óptica de que Lulu ES un disco de Lou Reed, este se convierte en un triunfo artístico, el celebrado y legendario Berlin filtrado a través de la Metal Machine Music, eso no es poca cosa.

The View es el mejor ejemplo del choque de ambos artistas, Lou se sube a la ola de electricidad y distorsión de Metallica, y aunque los riffs de Hetfield soportan a la perfección el peso emocional del tema, difícilmente podría decir lo mismo de la batería mediocre de Lars Ulrich y la falta de empatía por parte del resto de la banda, tal vez el difunto Cliff Burton hubiese sido una mejor presencia en estas sesiones, Reed crea un monstruo y permite a Hetfield jugar un poco con él, y es tanto el peso y la voracidad de la bestia que incluso James sale un poco agitado de la acción, sonando más furioso de lo que ha mostrado en años.

Pumping Blood aunque pudiera parecer lo contrario, nuevamente es Lou Reed, tan poético, tan brutal, tan abrasivo y abstracto como siempre, con letras y guitarras furiosas que hieren a la par, creando una tensión imposible que consigue al reventar crear un torrente de pura intensidad siniestra, el poeta de las sucias calles neoyorquinas consigue esa bestialidad sonora buscada por años, no, no es heavy metal, es drama puro y poesía a todo volumen, es tu peor pesadilla con una sobre dosis de decibelios, dudo que Metallica entendieran lo que hacían durante el tema, pero sin duda siguieron a pie de la letra la instrucción del maestro de ceremonias, para Mistress Blood, les es permitido acercarse a territorio conocido, sonado a Thrash Metal sin muchos adornos, La Monte Young convertido en una tormenta de distorsión eléctrica.

Como sabemos, Lou Reed no se trata sólo de frío vanguardismo, también en su corazón había buen rock n roll y calidez, y eso es notorio en Iced Honey una hermosa melodía "Stoniana" que nos trae a la mente de inmediato el Sweet Jane de su época con los legendarios terroristas sonoros The Velvet Underground, mientras que en Cheat On Me, Lou se encarga de llevar a Metallica de la mano por infernales territorios que seguramente la banda californiana jamás imagino visitar, mientras que para Frustration sucede algo curioso, Reed afloja un paso y pareciera que aquí se deja arrollar por la banda, se permite el maltrato y después se pone al tú por tú con la estupenda Dragon.

Un gran disco cierra con un gran tema, y siguiendo la tradición "Lou Reediana", Junior Dad se convierte precisamente en esto, una incursión en el drama letrado y poético en el que pocos se atreven a adentrarse y el que rara vez veremos a alguien como Metallica prestarse a eso, sin embargo, el tema, al igual que en Iced Honey, porque Metallica se olvida por completo de ser Metallica, mientras que Lou se permite ser el mismo en sus épocas más vulnerables, allá por los años del Coney Island Baby, uno de sus mejores discos solistas.

La vida quiso que Lou ya no siguiera con otro disco después de Lulu, como toda su música, fue imposible que las masas lo comprendieran, incluso al final, incluso aún con una de las bandas más populares y exitosas de las últimas décadas, así fue Lou y así es Lulu, un artefacto, que como toda la obra de Reed necesitará de muchos años para que las masas lo entiendan, lo aprecien y lo atesoren, ¿El mejor disco de Lou? No exactamente, pero uno de los mejores.

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