El COVID y la Vacunación en el Mundo

El Plan Nacional de Vacunación ha fallado miserablemente, cómo muchos otros planes que ha propuesto el actual gobierno, que sigue empeñando en demostrarnos a todos y dejarnos clara, su ineficacia total, está más que claro que la austeridad pregonada por el gobierno, no es otra cosa que una trampa para dejar de invertir en el pueblo, en su salud y en su educación, y solo para prepararse para conservar el poder y no dejarlo ir, hoy no hay vacunas, no hay seguro universal, no hay guarderías, no hay medicinas para el cáncer y no hay ningún indicio de ese sistema de salud nórdico, qué hoy sabemos, fue una mentira, un cruel engaño al pueblo.

No hubo un fondo para la compra de vacunas, por lo tanto es posible que no se hayan comprado, un plan nacional de vacunación, sin vacunas, sólo nos habla de la capacidad de engaño del gobierno, que incluso, negó la posibilidad a los estados de adquirir por si mismos la vacuna, liberando tales permisos, de forma perversa, hasta que la escasa existencia inicial del medicamento, irremediablemente, se había agotado, ahora se dice que el presidente está enfermo, que se contagió de COVID, que triste realidad de país en el que tal aviso sea nuevamente sujeta a la desconfianza, porque eso es precisamente lo que éste gobierno se ha dedicado a sembrar en el pueblo.

La escasez de vacunas se plantea como el gran problema a resolver, una vez que los principales laboratorios que desarrollaron las vacunas, no han podido producir las cantidades suficientes para llevar a cabo un plan efectivo de vacunación en algún país, lo que sin duda generará un conflicto de "nacionalismo de vacunación", en el cuál cada país luchará de forma férrea por llevar vacunas y aplicarlas a su gente con el fin de reactivar a la brevedad posible su economía, exacerbando una nueva forma de desigualdad en el mundo en la que sólo los países con mayores recursos podrán tener acceso a la vacuna para inocular a la mayor parte de su población.

Cuatro países habrán de marcar la pauta en lo que resta del año en el tema de la vacunación, China, con su feroz y brutal disciplina, que privilegió la seguridad nacional antes que las libertades individuales, que primero ocultó al mundo el inicio de la pandemia, y después realizó un confinamiento estricto y masivo, destacando sus avances en el comercio electrónico y digital, cómo su principal instrumento de resiliencia para mantener su economía a flote (no por nada se convertirían en el país que más recibió inversión extranjera directa en el 2020) , después los EEUU, el país más afectado del mundo por la pandemia, guiado de forma nefasta por el ex presidente Donald Trump, y que hoy, cambia de dirección de la mano de Biden, los EEUU tendrán el compromiso de refrendar que no son un país infalible, pero que saben aprender de sus errores y salir adelante más fortalecidos, prueba de ello, como sus emprendedores digitales han avanzado durante la pandemia, y cómo ha avanzado su economía a pesar de la pandemia.

El misterio impenetrable llamado Rusia ocupa un lugar importante en el panorama y no precisamente por su poder económico o por su buen manejo de la pandemia, sino por su fuerte apuesta a la vacuna anti COVID, Sputink V, que se perfila como la que podría estar más disponible en los próximos meses, aquí cabe señalar que tal vacuna aún no ha sido aprobada por la OMS o por la comunidad científica internacional, es una vacuna relativamente barata y no cuenta con el soporte científico de las demás, por lo que será generadora de controversia, a pesar de ya haberse usado en países como Argentina, Hungría, Venezuela y Pakistán, el cuarto país en cuestión será Israel, cuya estrategia de vacunación ha sido asombrosa y que pactó a cambio con Pfizer servir como laboratorio de investigación para la vacuna de éste laboratorio, dando libre acceso a los datos que se generen durante y posterior al plan de vacunación israelí, pudiéndose convertir en el modelo de plan de vacunación para todo el mundo.