Foo Fighters, Dee Gees: Hail Satin, 2021
Por: Rock N Roll Animal
Ni duda de la crudeza sonora de los Motley Crue a inicios de los 80s. El escenario ya estaba puesto previamente por bandas como los Van Halen y los Quiet Riot, era obvio que los MC carecían de la técnica de estos dos grupos con espectaculares guitarristas como Eddie Van Halen o Randy Rhoads. Mick Mars, el guitarrista de la banda tenía sus raíces firmes en el rock de los 70s. Su escuela habían sido personajes clásicos como Jimi Hendrix, Eric Clapton y Jeff Beck. Seguramente Mars no era el mejor guitarrista pero sus brutales y primitivos riffs de guitarra encajaban bien con el bajo punk de Nikki Sixx y la batería cavernícola de Tommy Lee, el mejor músico de la banda. Así Motley Crue, más cercanos a los New York Dolls que a los Van Halen se lanzaba a la conquista de costa oeste.
Too Fast for Love seria editado en 1981 por la banda de forma independiente ante la negativa de las grandes disqueras a tomar en serio a la banda. No era una buena época para el rock pesado, Van Halen se había ido a Europa al igual que los Twisted Sister, y los Quiet Riot grababan para la Sony en Japón, ya que no había interés en ellos en los EEUU. El rock pesado parecía cosa del pasado, al tiempo que el punk rock empezaba a echar raíces en la costa oeste del país.
La banda poco a poco iría estableciendo una infame reputación en la escena de Sunset Strip. Sexo, drogas y rock n roll era la bandera de la banda que cumplían con esos principios de forma excesiva y los convertían en su principal atractivo, además de un grotesco show antítesis del minimalista punk. Con más actitud que aptitud, su disco poco a poco se fue imponiendo entre el público, así la banda asumía el rol de nuevos patrones de la escena naciente del llamado hair metal que combinaba guitarras metálicas y glam rock Inglés, como no se había visto antes en los EEUU.
Los riffs crudos de Live Wire y las baterías apremiantes dan forma a un estilo de rock sumamente sucio y abrasivo que tomaba varias ideas de bandas como los Judas Priest y su sonido metálico. La influencia de los efusivos himnos juveniles de los Slade también se presentaban cuando la banda buscaba crear himnos musicales contagiosos. Cheap Trick era otra banda que había sido referencia para los MC que buscaban también imprimir generosas dosis de melodía a sus poderosos temas. Así la banda anunciaba la llegada de toda una nueva estética a la escena que prevalecería durante los 80s principalmente en la que más por los escándalos que por la calidad musical, los MC se mantendrían como protagonistas.
Temas como la amenazadora Come on and Dance son decadencia pura, al estilo de unas Runaways en versión masculina. Una mezcla el hard rock estadounidense y el heavy metal inglés. El bajo crujiente de Nikki Sixx mostrándose incluso como precursor del grunge, no muy distante incluso de lo que harían los Nirvana en su clásico underground titulado Bleach. Public Enemy #1 sería un buen ejemplo del rock híbrido de la banda, que por si fuera poco era capaz de integrar al sonido pesado el dinamismo del glam metal. Integrando sonidos más accesibles derivados de bandas como los Sweet y los Cheap Trick y tal vez algo de los Hanoi Rocks que también empezaban en aquél año. Una ejecución llena de fiereza y presentada de forma brutal serían la principal característica de la banda, sin lugar alguno para la sutileza.
La influencia de los Cheap Trick es notoria en temas más melódicos y perversos como Merry Go Round sobre el quebranto mental de un individuo en la natal Seattle de Sixx. Una ejecución que va subiendo en intensidad poco a poco de manera exquisita que denota un tema aún con mucha influencia del rock de los 70s. Mientras que Take Me to the Top, uno de los temas clave de la banda en aquellos años ya mostraba a la banda con cierta habilidad para crear temas memorables y con arreglos destacados, otra vez presente en gran proporción la influencia de las Runaways. Piece of Your Action seria otro tema característico de la banda en sus inicios aunque no deja de ser algo descaradamente tomado del sonido de los Judas Priest y mezclado con los Slade, algo que otras bandas como los Ratt, e incluso grupos más establecidos como los Quiet Riot llegarían a imitar.
Starry Eyes pasaría sin mucha pena ni gloria y sus guitarras son bastante prescindibles a la vez que la melodía no consigue trascender a pesar de sus obvias conexiones a la New Wave of British Heavy Metal. Seria el tema que da nombre al disco uno de los más emblemáticos del disco con su colosal riff de guitarra y sus baterías glam. Un ejemplo claro de que en algún sitio dentro de la locura de la banda había algo de genialidad escondida. Poderosas baterías y feroces guitarras. Ritmos que inician y paran e increíbles ejecuciones de Lee y de Vince Neil, un vocalista bastante limitado que aqui conseguía forjar una identidad propia que le daría rostro memorable a la banda.
Guiños descarados al pop que después se harían más evidentes salen a flote en On with the Show. Aquí la banda consigue configurar un tema trascendente con un poder emocional y dramático realmente arrebatador a pesar de la crudeza de los arreglos de guitarra y batería que parecieran correr a cargo de un grupo de Neandertales. Muchos grupos copiaran más adelante la fórmula de éste tema, la misma banda, otras bandas y creo que hasta Morrissey. Una pandilla de vagos conflictivos y raros más que un grupo musical profesional. Con el tiempo desarrollarían una mejor propuesta musical antes de auto destruirse y resurgir ya fuera de tiempo. La decadencia de la costa oeste nacía en parte aquí. Mi disco favorito de los Motley Crue. Posiblemente para su segundo disco, el clásico Shout at the Devil, la banda subiría su contenido de testosterona a niveles escandalosos, pero nada supera la crudeza y espontaneidad del Too Fast for Love.
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