Red Hot Chili Peppers, Freaky Styley, 1986

 Por: Rock N Roll Animal



Imagino que vender a una banda como los Red Hot Chili Peppers en los 80s era poco menos que una misión imposible. La band en aquél momento actuaba cómo exquisitos practicantes de poderoso funk, el cual en los 80s era un género desconocido por las audiencias blancas o en el mundo del rock. En aquél entonces la banda aún no se acercaba al mundo del rock, salvo por algunos momentos en que adoptaba una actitud punk.

Luego de un penoso disco debut producido por el ex Gang of Four, Andy Gill, la banda de Los Angeles tomaban distancia del post punk y se adentraban fuerte en el mundo de personajes como Sly Stone, los Meters, Parliament y los Funkadelic, algo no antes visto en un grupo de músicos blancos, hasta la llegada de los Janes Addiction. Ver cuatro músicos blancos practicando funk resultaría totalmente contra intuitivo en aquellos años.

Los RHCP no sólo asumirían el riesgo de ser un band de funk en los 80s, también adoptarían al legendario George Clinton como su productor (Aunque la primer opción había sido el ex mánager de los Sex Pistols, Malcolm McLaren).Esto aseguraría la congruencia de su propuesta y aunque los haría personajes bastante marginales en aquella época, les permitiría producir el mejor disco de funk de su carrera. Ya después vendrían otras derivaciones de su sonido. En los 80s,los RHCP podían presumir de su autenticidad al ser una real banda blanca de funk.

Empezando por Jungle Man, una fantasía basada en el poderoso y salvaje bajo de Flea, la banda mostraba un sonido único en los 80s. La guitarra de Hillel Slovak se encargaba de mantener el ritmo duro y sucio en Hollywood, que no era otra cosa que una versión del clásico Africa de los enormes The Meters, banda de funk que inspiraría temas como el Walk This Way de los Aerosmith en los 70s. Aquí Flea y Slovak se enfrentan en un exquisito duelo instrumental al tiempo que Cliff Martínez se encargan de mantener el intenso ritmo. 

Importante señalar aquí la participación de grandes figuras como Fred Wesley y Maceo Parker en varios temas del disco. El brutal bajo de Flea, que en los 90s se convertiría en la inspiración de muchos bajistas que buscaban en el funk la inspiración para un sonido "moderno", dinámico y menos común. En American Ghost Dance incluso hay oportunidad para el lucimiento de Anthony Kiedis, cuyo estilo aún se halla en esto muy primitiva y alejada del potente líder de la banda en que se transformaría más adelante. 

If You Want Me to Stay es un brillante versión de un tema original de los Sly & the Family Stone. La banda inspirada cómo nunca antes, mostrando verdadera veneración a éste clásico de la música negra. Impensable que unos chicos ex punk rockers estuvieran haciendo ésta música en los 80s, si de increíbles en los RHCP en su época en el underground Californiano. Todo un triunfo del loco crisol del influencias que se gestaban en el increíble underground de los 80s en los EEUU. 

Para Nevermind la banda acelera el ritmo y conecta en espíritu con la vieja banda de punk funk Defunkt,  que seguramente fueron una gran influencia en el sonido inicial de los RHCP. El atlético estilo de tocar de Flea y empezaba a dejar su huella en la música de la época. Para la canción que daría título al disco, el enérgico trabajo de Flea y del ex baterista del Captain Beefheart, Cliff Ramírez resulta imposible de ignorar, la base perfecta para el asombro trabajo de guitarra de Slovak, otro innovador de primer nivel en su instrumento. 

Blackeyed Blonde funciona de una manera extraña como brújula para indicar con cierta exactitud hacia dónde se dirigirá la banda en futuras grabaciones. Un ejercicio potente de funk aunque ya con inclinaciones más modernas y cercanas al rock. Aunque aquí la banda no deja de sonar tan única,  tan vibrante como muchas de las bandas que habían rock no comercial en los 80s. Pocos podrán pensar que en unos años más los RHCP estarían vendiendo millones de discos. Muy pocos. 

Battleship es un estallido punk rock de regreso a sus raíces, a las cuales volverán de vez en cuando más adelante. Catholic School Girls Rule es otro tema influido por el sonido de bandas como Black Flag, los Germs o los Fear. Llama poderosamente la atención la forma en que la banda equilibra de alguna forma su pasado punk rock y su presente como banda de funk. Evalúan y analizan cuál será su siguiente paso. Debió ser toda una revolución ver a Clinton en la consola de mezcla tras éste tipo de temas. De ahí saldrían piezas ultra modernas que dejarían a más de uno con la boca abierta como en Sex Rap.

Freaky Styley en definitiva es uno de los mejores discos de la banda, también seguramente es uno de los discos menos conocidos de ellos, hoy en día, el grupo aún a años luz del éxito enorme que alcanzarían en los 90s. Aquí apenas estaba la banda conformando parte de su sonido y poniendo a prueba los límites de su propuesta. Curiosamente en la otra costa de los EEUU, una revolución interracial similar se llevaba a cabo con un joven y desconocido productor a cargo del trabajo de otros chicos blancos que se adueñaban a su manera de la cultura negra, así Rick Rubin producía el Licensed to Ill de los Beastie Boys. Así, la música de los 90s empezaba a germinar a finales de los 80s, una gran revolución musical que surgiría con una fuerza que tomaría desprevenidos a muchos.



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