Trump y su Juego de Monopoly: ¿Una Estrategia de Poder?
Desde que Donald Trump anunci贸 su regreso a la arena pol铆tica, la sensaci贸n generalizada es que su estilo no ha cambiado ni un 谩pice. A煤n no ha asumido oficialmente el poder en los Estados Unidos, y ya parece estar jugando su propio "Monopoly" geopol铆tico. Pero, ¿realmente es un juego o hay algo m谩s detr谩s de sus movimientos?
Imagina a un ni帽o en una mesa de juego, atrapado en una partida de Monopoly, moviendo piezas sin pensar demasiado. Eso es lo que parece hacer Trump con el escenario internacional. Entre amenazas de tarifas a productos de M茅xico y Canad谩, y su ins贸lita propuesta de incorporar Groenlandia a la Uni贸n Americana, el ex presidente se ha lanzado a un juego donde las reglas parecen no existir. "Vengan, canadienses", dice, como si el pa铆s vecino fuera una ficha m谩s en su tablero. La propuesta de "comprar" Groenlandia no es menos surrealista, ya que en lugar de negociar acuerdos diplom谩ticos, elige la v铆a de la imposici贸n, como si todo fuera una transacci贸n inmobiliaria m谩s.
Pero no es solo una broma aislada. Lo que vemos es una t谩ctica perfectamente calculada para sembrar caos, para mantener el foco en 茅l, mientras la opini贸n p煤blica y los medios caen en su trampa. Su discurso es provocador, como un truco bien ensayado. La misma estrategia que us贸 cuando jugaba con la imagen del presidente de Rusia, Vladimir Putin, ahora se aplica en su propia cancha: Estados Unidos.
La amenaza de Trump sobre el Canal de Panam谩, aunque m谩s dif铆cil de ejecutar, no es menos ruidosa. Es un claro ejemplo de c贸mo su ret贸rica de confrontaci贸n genera titulares. ¿Y qu茅 decir del Golfo de M茅xico? Proponer cambiarle el nombre a “Golfo de Am茅rica” no solo desaf铆a las normas geogr谩ficas, sino que pone en juego la soberan铆a de naciones enteras. En su mundo, todo es negociable, todo puede cambiarse.
Pero detr谩s de esas afirmaciones rimbombantes hay algo m谩s: un dominio absoluto de las redes sociales. Trump y su amigo Elon Musk han perfeccionado un modelo en el que la confusi贸n y el espect谩culo son la moneda de cambio. Si algo sabemos es que no se trata de un simple capricho, sino de una estrategia calculada para seguir siendo el centro de atenci贸n. Musk compr贸 Twitter (ahora conocida como X) y se lanz贸 a una guerra digital, no solo con los rivales pol铆ticos de Trump, sino tambi茅n con la narrativa misma.
La toxicidad de X se ha convertido en un escenario donde las ideas extremistas tienen espacio para florecer. Y Trump, consciente de su poder medi谩tico, sigue alimentando este fuego con un discurso que genera polarizaci贸n y furia. La estrategia de amplificar mensajes divisivos le ha dado resultados a ambos, pero ¿realmente sabemos a d贸nde nos llevar谩 este circo?
Y aunque parezca un espect谩culo absurdo, el p煤blico sigue observando, aplaudiendo, compartiendo. En la era de la atenci贸n constante, lo 煤nico que parece importar es que Trump est茅 en boca de todos. En su mundo, ser recordado es la 煤nica victoria que realmente importa. Mientras tanto, el caos es la v铆a para asegurarse de que, pase lo que pase, las luces sigan brillando sobre 茅l.
El mensaje est谩 claro: Trump no busca un cambio radical, sino mantenerse en el centro del escenario, siempre desafiando las expectativas. Es un maestro de la provocaci贸n, un artista del ruido. Y con X amplificando cada movimiento, su juego nunca pierde velocidad. Si bien sus propuestas pueden parecer disparatadas, la verdad es que el verdadero poder de Trump radica en la atenci贸n que genera. En este tablero, no importa si gana o pierde, lo que importa es que todos est谩n mirando.
¿Es este el regreso de un l铆der o el 煤ltimo acto de un showman en busca de relevancia? De cualquier manera, Trump est谩 consiguiendo exactamente lo que quiere: que sigamos jugando su juego.
Su poder no radica solo en las pol铆ticas que propone, sino en c贸mo logra mover las piezas para mantenernos siempre al borde de la incredulidad. Despu茅s de todo, en este escenario, lo 煤nico que realmente importa es que, al final del d铆a, siempre se hable de 茅l y que sus palabras, por m谩s falsas que estas sean, resuenen hasta ser confundidas con la verdad.



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