La Carne está en chino
La Carne
está en chino
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
“La gente es básicamente
carne roja, lo son.”
Max Cannon
A medida que
la clase media en China crece gracias a la integración de clases bajas a ésta,
empiezan a sufrir la transformación de muchas de las características de su
anterior posición, el consumo de cerdo, una de las base a alimenticias del
monstruo asiático por ser un producto económico y de calidad proteica empieza a
pasar a segundo plano al tiempo que el poder adquisitivo de las clases medias y
bajas chinas empieza a crecer, el desplazamiento de una economía basada en las
manufacturas (en las que prevalecen los bajos sueldos) hacia una orientada a la
innovación y a la creación de valor (que hace que países como Italia tengan un
PIB similar al de Rusia, a pesar de las diferencias en población y en
territorio) empieza a dejar fuertes dividendos sociales en éste país al grado
de que las costumbres alimenticias también empiezan a transformarse (además de
requerimientos sociales), el chino común empieza a buscar otras formas de
alimentarse y empieza a adquirir una nueva conciencia alimenticia, las
aspiraciones sociales evolucionan una vez que las necesidades más básicas han
sido cubiertas, hoy el chino aspira a una vida más saludable y cómoda, el
consumo de cerdo empieza a disminuir, el consumo de verduras se empieza a
incrementar con fines de aspirar a una alimentación más completa y de menos
contenido calórico, además de que el consumo de otro tipo de carnes empieza a
crecer, ya incluso el autoritario líder chino Xi Jinping y el despótico
presidente norteamericano Donald Trump han reactivado un acuerdo mediante el
cual la carne de res norteamericana podrá empezar a ser exportada e introducida
al inmenso mercado chino, situación nada simple ya que hablamos de un mercado
enorme y en ascenso, una demanda que muy seguramente se traducirá en un alza de
precios en el mercado de la carne de res, el monstruo cárnico estadounidense
Tyson Foods ya anunció el inicio de operaciones y el envío de sus primeros
embarques para conquistar aquel mercado, lo cual se convierte en un seguro
detonante del precio de mercado de la res.
Ahora bien,
aunque podamos pensar que esto sucede a miles de kilómetros de nosotros, sería
inocente pensar que esto no resultará de impacto en nuestro día a día, lo cual
es lejano a la verdad ya que la sobre demanda de carne de res en el mercado
norteamericano a su vez traerá una escalada de precios que los productos
mexicanos de res tratarán de aprovechar de dos maneras, la primera buscando
satisfacer la demanda del mercado norteamericano, la segunda exportando
directamente a China, lo cual nos llevará a una fuerte disminución en oferta
nacional de res que sin duda implicará una subida de precios, buenas noticias
para el exportador de carne de res mexicano, malas noticias para el consumidor
nacional, considerando la delicadeza en el proceso de reposición de los inventarios
de ganado, el cual requiere tiempos similares a los humanos de gestación
produciendo solamente una cría, muy en desventaja contra los ciclos
reproductivos y camadas producidas en animales como el cerdo o el pollo, por lo
que un posible desbarató fuerte y aumento considerable en los precios de la
carne de res podría presentarse en un futuro no muy lejano.
Para países
como México, Argentina y Brasil la oportunidad se presenta como una oportunidad
de oro, sobre todo para industria de la res en Argentina, afectada alguna vez
por la fiebre aftosa, y que ahora pudiera tener la oportunidad de recuperar
parte de sus glorias pasadas como potencia cárnica, al igual que Brasil cuya
enorme industria del cerdo se vio recientemente afectada luego de que el
gigante cárnico JBS se viera involucrado en un escándalo de carne de mala
calidad y en avanzado estado de descomposición e introducido en mercados
internacionales, para México aunque el panorama no se vea tan positivo para el
consumidor promedio que tendrá que pagar más por una carne que se convierte
casi en un lujo, la salida se vislumbra en la posible caída en los precios de
la carne de cerdo (cuya industria en los EEUU está casi parcialmente en manos
de los chinos, dueños de Smithfield, el monstruo estadounidense de la carne de
cerdo, o en México en que capital chino está invertido en el productor más
grande de cerdo, Granjas Carroll) ante la demanda trasladada a la res, la cual
pudiera a la vez aliviar la presión que recientemente se ha sentido en algunos
alimentos como el aguacate cuya demanda a nivel internacional ha implicado un
fuerte desajuste en la dieta de la población.
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