Del Rey Sol al Mesías Tropical



Del Rey Sol al Mesías Tropical

Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina

“La división real no es entre conservadores y revolucionarios, es entre autoritarios y liberales.”
George Orwell

“El estado soy yo”, frase atribuida al rey francés Luis XIV, llamado el “Rey Sol”, supuestamente lanzada en desafío al Parlamento, en lo que se considera como un símbolo de la autocracia (gobierno de una persona que se niega a someterse a ningún tipo de limitación) más radical, un reflejo inequívoco de un gobernante encarnando al estado y considerando su voluntad como designio supremo, recuerda un poco aquella frase del ex presidente Luis Echeverría que decía que: “la economía se maneja desde los pinos”, frase utilizada luego de despedir al entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público, Hugo B. Margaín (quien a su vez respondería con otra frase: “La deuda externa y deuda interna tienen un límite, y ya llegamos a él”), Margaín era un modesto funcionario heredado de la administración del anterior presidente Gustavo Díaz Ordaz, pero habría de ostentar honrosamente un PIB histórico en 1972 del 8.23%, con un 5.56% de inflación, irrepetible hasta la fecha, nada mal para un modesto académico sin títulos de economía o posgrados en universidades extranjeras, número que en éstos días sería envidia hasta de China o de la India, eso no le importó a Echeverría, su decisión autoritaria fue la de centralizar la economía y dar inicio a la llamada “economía mixta”, también apodada la “docena trágica”, el período populista (comprendido en los periodos presidenciales de 1970 a 1982) que seguiría al llamado “desarrollo estabilizador” y que generaría algunas de las crisis económicas más fuertes en el país, al despido de Margaín seguiría otra decisión autocrática más, reemplazarlo con su amigo de la infancia, José López Portillo (de algún renombre en círculos “intelectuales” de aquella época) con el fin de enfilarlo a convertirse en su sucesor, decisiones económicas tomadas por motivos políticos, y el inicio de una grave cadena de errores que desembocaría en fuertes, Echeverría le llamaría la etapa de la Justicia Social, y declaraba un supuesto ataque frontal a la “injusta distribución de la riqueza”, la inflación como indicador pasaba a ser ignorado, en su lugar, por decreto se realizaron ajustes a los salarios de los trabajadores en porcentajes superiores a la inflación, se realizó la indiscriminada expropiación de empresas usando fondos públicos, lo que desembocó en un descontrolado déficit presupuestal, la deuda crece, al aumentar el circulante a consecuencia de los aumentos de salarios y dadivas económicas a varios sectores de la sociedad, la demanda se ve incrementada, se desencadena una alza de precios y la inflación, descuidada comienza a elevarse exponencialmente (suena a Venezuela no?), capitales comienzan a dejar el país y el gobierno sube las tasas de interés para buscar frenar la salida, los ricos se beneficia de esto y los pobres se vuelven más pobres, la pérdida de poder adquisitivo es obvia consecuencia, la brecha social que se pretendía disminuir crece, durante el sexenio de López Portillo el dólar duplica su valor en pesos (de $12.50 a $25 en seis años), las reservas económicas quedan en cero y ya para 1982 la devaluación del peso llega a un 470%, llegando hasta los $149 pesos por dólar, es entonces cuando López Portillo reconoce el fracaso de la “decena trágica” y del “nacionalismo revolucionario”, su sucesor, Miguel de La Madrid es elegido con el fin de dar un giro al gobierno y orientarlo nuevamente hacia una economía de mercado.

En algún momento, el hoy nuevamente aspirante a la presidencia de la república, Andrés López 8el más inepto de los Castro Boys, al que no le alcanzó el talento político para subirse a la ola rosa que encumbró a Chávez, Lula, Correa, los Ortega, los Kirchner o Evo Morales), hizo otro guiño excesivo que me recordó la frase de Luis XIV, “el movimiento soy yo”, dictaría López ante sus seguidores del Frente Amplio Progresista (PRD, PT y MC, en aquel entonces Convergencia), “Deben estar atentos a los que el movimiento (o sea él mismo) resuelva”, culminó López, en un alarde de autoritarismo, y ya dando señales de ese centralismo en su persona, ¿culto a la personalidad?, Lázaro Cárdenas podría ser un antecesor de ello, el presidente que se inspiró en el Estalinismo para gobernar, que creó al PRI como partido hegemónico, que hizo del populismo un instrumento de su autoritaria política, que mediante el corporativismo hizo cómplice a los líderes sindicales de su gobierno, que creo monopolio de estado que volverían obsoleta a la larga al sector energético del país, que como Stalin reescribió su propia historia para convertirse en una figura de culto para las futuras generaciones, para una izquierda nacionalista y retrógrada adicta al petróleo para satisfacer sus necesidades, que cerrando sus fronteras veía una herramienta de crecimiento, y que otorgaba al todo poderoso estado la única facultad de crear riqueza y crecimiento (¿Keynes?), López ve a su partido como su comité personal de campaña, él es el presiente nacional de éste, es quien da peso a las decisiones (aunque Alfonso Romo sea cuestionado por el enfoque capitalista del último proyecto de nación de éste partido, Romo se escuda aludiendo que es la decisión de López y todos tienen que callar), y es el candidato a la presidencia inamovible por éste partido (¿o secta?) aún antes de que el partido cobrara vida hace unos años, usando a candidatos títeres de poco brillo, que más que buscar ganar elecciones se achican para dar más exposición al “amado líder”, ahora hasta se publica un estatuto dentro del partido en el que se prohíbe a los aspirantes a candidatos del partido realizar críticas a la dirección del partido o a otros aspirantes del mismo, bajo pena de quedar cancelado su registro dentro del mismo, y así, la auto crítica que tanto le ha faltado a la izquierda retrógrada nacional, una vez más sale arrojada por la ventana, una burla ya de hablar de los métodos de elección interna y de la supuesta encuesta para elegir candidato presidencial, un teatro por demás demagógico que parece más una burda broma a la democracia, ¿Alguien tiene alguna duda de quién será el candidato presidencial de Morena?
El culto al “mesías tropical”, como lo designara el historiador Enrique Krauze, sigue manifestándose de forma grotesca, las consignas de su partido, rancios refritos de consignas comunistas Cubanas, ¡Morena va! (¡Cuba va!), “Si me dicen populista que me apunten en la lista” (“Si Fidel es Comunista que me apunten en la lista” decían sus seguidores tratando de ocultar las inclinaciones comunistas de Castro en sus primeros días, lecciones de ambigüedad que todos sus Castro Boys aplicarían más tarde), hasta la declaratoria de que Fidel era un gigante de la talla de Mandela, sin mencionar que se perpetuó por casi 50 años en el poder (Mandela dejaría la presidencia de Sudáfrica puntualmente el último día del periodo marcado por la constitución de su país), y ahora la no menos grotesca escaramuza protagonizada por su esposa, quien cual moderna “Eva Perón” salta al estrado al lado de sus esposo para cantarle “El Necio”, tema del compositor Silvio Rodríguez, inspirado en ni más ni menos que en Fidel Castro, presumiblemente el tema favorito de López, para un documental del “useful idiot” Epigmenio Ibarra, nuestro Oliver Stone nacionalizado (en obvio guiño al internacional “useful idiot” Stone quien ya ha hecho documentales a autoritarios como Chávez y Putin), con éste último gesto, pretendiendo ser lo que no son, López y su pareja se acercan a su verdadera naturaleza, la de la pareja populista, como algo que pudiera ser parecido al tándem de los Kirchner en Argentina o a los Ortega en Nicaragua, el culto a la personalidad tan peligroso del Peronismo, traducido en México al PRIísmo de Cárdenas que tanto admira y del que fue parte López, un Peronismo y un PRIísmo que se disfrazan de izquierda, pero que en realidad emanan el fascismo, no hay que olvidar la admiración de Perón por Mussolini, y de Plutarco Elías Calles, uno de los fundadores de las semillas de lo que sería el PRI, sorprendido alguna vez leyendo el Mein Kampf, no la novela del escritor noruego Karl Ove Knausgard, sino la controversial obra de Adolf Hitler.

Mientras en Bolivia, otro de los Castro Boys, Evo Morales usa a sus copartidarios para modificar nuevamente su tan “respetada” constitución con el fin de buscar un cuarto período presidencial, en México, López en su Proyecto de Nación propone modificar artículos de la constitución con el fin de tener como presidente, en claro gesto autocrático (inspirado tal vez, en una de las figuras que verdaderamente la ha influido, pero que rara vez menciona por obvias razones, el autoritario gobernador de Tabasco en las épocas en que Cárdenas era presiente, Tomás Garrido Canabal), sólo él la facultad de elegir al fiscal general de la nación, en un gesto de hipocresía que nos remite a las quejas y señalamientos hechos hace un par de semanas, por parte de su partido (o comité de campaña personal), contra el presiente Peña, acusándolo precisamente de eso que propone López en su proyecto, de buscar la directa denominación del Fiscal, por si fuera poco, sugiriendo en ocasiones a la esposa de uno de sus más cercanos asesores, John Ackerman (un personaje con una facilidad para insultar más al mexicano que el mismo Donald Trump), vaya gesto autocrático, y vaya falta de imparcialidad ¿Pretenderá regresarnos a la “docena trágica”? Ya sabemos los resultados de las decisiones económicas tomadas por razones políticas, y esto también se extiende a temas de procuración de justicia.            

Comments

Popular Posts