Planes Mal Concebidos y Mal Logrados



Planes Mal Concebidos y Mal Logrados

Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina

“No puedes escapar a tu responsabilidad por el mañana, evadiéndola hoy.”
Abraham Lincoln

Dos propuestas o visiones para el país comparten al día de hoy los reflectores, el primero, el llamado Proyecto18, a cargo del coordinador de Morena, Alfonso Romo; la segunda propuesta, la inesperada evaluación de la llamada “Renta Básica Universal”,  cargo de los tres partidos (PAN-PRD-MC) que conforman el llamado Frente Ciudadano por México, ambas propuestas arrojan sus claroscuros, sus pros y sus contras, ambas posiciones anuncian que evaluarán si son viables y si se pueden aún perfeccionar, al día de hoy llama mi atención, en el caso particular de Morena, se presentó éste pasado 20 de Noviembre el llamado “Plan de Nación 2018-2024”, no muy diferente de los planteamientos anteriores por parte de éste partido y de su dirigencia, sorprende aún más lo paradójico de sus partes o comisiones que lo conforman y los responsables de cada uno de ellos, el tema económico y de desarrollo a cargo de Adrián Rodríguez Macedo, operador financiero de Alfonso Romo, llama la atención pensar en un operador de bolsa señalando la senda económica a un plan que de entrada se dice “humanista, en el caso del Desarrollo Social, resulta nefasto pensar que se pone a cargo de un ex –PRIísta, ex miembro del gabinete de Ernesto Zedillo y cercano colaborador de uno de los principales beneficiarios del Salinismo, Ricardo Salinas Pliego, hablamos de Esteban Moctezuma, paradójicamente el encargado del desarrollo del país resulta no ser alguien de “izquierda”, de aquellos que se paran el cuello con la llamada “conciencia social”, resulta casi hilarante pensar que el plan lo diseña alguien proveniente del PRI, de quien ya es sabida su efectividad en el tema de programas de desarrollo social, que más bien han sido clave para la captura de una clientela para usos electorales, a cargo de la llamada Comisión de Política y Gobierno, el desatino reina otra vez, con Claudia Sheinbaum a la cabeza, la llamada “científica no política”, a cargo de la política…una tecnócrata en el más puro sentido Soviético y cuyo mayor acierto curricular ha sido el llevar a cabo el proyecto de Segundo Piso en la CDMX, juzgue usted mismo si se llevó o no con la debida transparencia en todos los puntos, pero ya adentrados en la comedia, la parte del plan correspondiente a Educación, Valores, Cultura y Ciencia recae en manos de la novelista Laura Esquivel, si aquella que cuando diputada tejía “chambritas” y que pidió licencia de su cargo para poder concentrarse en escribir una novela (o sea que todos le pagamos a la señora por escribir), ¿Valores? Posiblemente califique bien en los temas de Cultura, como maestra de teatro, dudo que salga bien librada en tema de Educación, como Licenciada en Educación Preescolar resulta escalofriante pensar en su “modelo educativo” (o quizá a ese nivel de escolaridad promedio nos quieren llevar a todos…), ¿Ciencia? ¿Dónde quedo la “científica”? 

El Frente Ciudadano por México dio de que hablar, y no porque ya se haya pronunciado a la metodología mediante la cual elegirá a su candidato, o ampliando su plataforma electoral, sino por el anuncio de la propuesta de la instauración de una “Renta Básica Universal”, o una especie de sueldo a pagarse a todos y cada uno de los mexicanos sin distinción con la única condición de que formen parte del padrón electoral, como es bien sabido experimentos de éste tipo y han sido llevados en Europa y en Canadá con dispares resultados, Suiza rechazó la propuesta en una votación y se sabe que hasta cierto punto ha funcionado en regiones de Finlandia, ¿Pero en México? Difícil de creerlo, se antoja más sencillo su instauración en un país con menor y más homogénea población, tal vez en eso lleve mano Uruguay, la primer declaración fue llevar a cabo ésta iniciativa a través de los programas sociales o asistencialistas ya existentes, lo cual me pareció un muy grave error, considerando que ya es bien sabido la nula efectividad de éstos programas para sacar a la población de la pobreza, pensar en usarlos suena más a una barbaridad que a cualquier otra cosa, más lo que el Frente ha propuesto es otra cosa, eliminar todos los programas sociales (los 39 que operan hoy en día) y destinar todo el presupuesto en su iniciativa, considerando los 72 mil millones de pesos que el gobierno de Peña gasta en dichos programas y dividiéndolo entre los 120 millones de mexicanos que somos actualmente, dicha renta dejaría mucho que desear, otra iniciativa hablaba de dos salarios mínimos, lo que se aproximaría a los $2,500 pesos pero haría inviable su financiamiento, otro punto clave es el medio, ya que como ya mencioné, usar las vías actuales es casi garantía del fracaso, la simplificación tendría que ser la clave, un depósito bancario en una cuenta personalizada a cada ciudadano con su credencial del padrón electoral, nada más, no más burocracia.

El gran riesgo de ésta propuesta es que se acerca mucho a los “aumentos de sueldo por decreto”, se realizan por razones políticas y no económicas, suponiendo que tan osada propuesta fuera aprobada súbitamente (como en los aumentos por decreto), hay un mayor circulante en el mercado, hay mayor demanda (parte del secreto es como orientar esa demanda a la inversión y no al mero gasto, que podría crear una ilusión de bienestar pasajero), la demanda deriva en escasez y en el posterior encarecimiento de los bienes en el mercado, generando inflación y destruyendo por completo ese ingreso adicional y todas las buenas intenciones que puedan conllevar, y sin el aumento de productividad que pueda soportar y nutrir ese círculo virtuoso que se pretende, mientras no se consiga resolver el acertijo de la productividad, que demanda educación y tecnología, se corre el riesgo de romper un delicado equilibrio, con aumentos por decreto o con rentas básicas universales, me siguen debiendo ambas partes propuestas en temas fundamentales como la educación disruptiva y continua aún después de terminada la escuela, que no se trate sólo de construir aulas, un inglés como segunda lengua oficial que nos permita acceder no sólo a mayor información, sino que también permita acceder a universidades en EEUU y a mayor conocimiento, así como la tecnología de punta que permita llevar y traer todo ese conocimiento y la capacidad de aprovecharlo (con el mayor mercado de consumo mundial como vecino) para el bienestar de todos.

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