El Discurso Sobre la “Corrupción” Usado a Conveniencia




El Discurso Sobre la “Corrupción” Usado a Conveniencia

Por: Ghost Writer  

El fantasma de la corrupción sigue siendo ese enemigo usado por el discurso populista con el fin de abusar de los derechos civiles, destruir las instituciones autónomas, polarizar a la población y atentar de paso contra la algunas veces frágil democracia, el discurso sobre la corrupción, sigue siendo mero oportunismo considerando que se maneja como un absoluto, quienes han gobernado anteriormente obviamente han cometido errores y quienes aún no gobiernan en teoría aún no los cometen (aunque sabemos que a fin de cuentas los "nuevos" son los mismos que los "viejos"), así que caer en ese engaño de pensar que los nuevos no cometerán lo errores de los viejos resulta de una ingenuidad enorme, más cuando se habla en base a un discurso superficial de cambiar viejos por nuevos, y el sistema de impunidad se mantiene , o peor aún, se deteriora cuando los "nuevos" sólo persiguen a los "viejos", pero no a los nuevos, entonces ya no hablamos de acabar con la corrupción, de acabar con la impunidad, ni siquiera de hacer justicia, sólo de una revancha política.

Se habla mucho de la corrupción, pero rara vez se habla de la impunidad, la causa principal de que exista y permanezca la corrupción, anteriormente señalé que es difícil pensar que un ser humano no pudiera caer en acciones corruptas sin el debido sistema de vigilancia y de castigo, la corrupción no se puede acabar por decreto y menos por la buena voluntad o los buenos deseos, se termina con mayor vigilancia y castigos ejemplares, con trabajo duro para el que está en la cárcel y no con privilegios, desafortunadamente la política nacional y oficialista ha reducido la lógica a un tema simplista de "lucha contra la corrupción" que invoca a los sentimientos y evade a la razón, por ello, el discurso se vuelve polarizante, divide y enoja, y se transforma en un linchamiento contra los enemigos del régimen, se convierte en una restauración del “kompromat” ruso en el que los detenidos son usados para delatar a otros implicados, pero nadie es procesado, sólo son chantajeados, y obligados a volverse sumisos o trabajar para el régimen, al final, caemos en el nefasto "capitalismo de cuates'', en "el régimen de la sumisión o la complicidad”, en el que hasta el ladrón más nocivo es perdonado a cambio de que robe para el régimen, o que delate  a sus cómplices para obligarlos a robar para e régimen.

Hoy en día hay claros ejemplos del uso nefasto del término "corrupción" para beneficio de un régimen autoritario, podemos voltear a ver a China, Rusia o a Corea del Norte, en dónde el gobierno autoritario usa acusaciones de corrupción contra los disidentes, o contra cualquier otro personaje contrario o crítico al gobierno, inventando cargos para procesar o evitar que ciertos personajes no puedan registrarse como candidatos, aunque rara vez el régimen irá contra sus miembros, a menos que éstos miembros rompan la "disciplina" o la sumisión, en pocas palabras, dejen de ser cómplices, para esto, obviamente se requieren leyes a modo y la desaparición del Estado de derecho y del poder judicial autónomo, así como la desaparición de otras instituciones autónomas que se dedican a vigilar el debido comportamiento por parte del gobierno, es por ello, que para que el populista y su movimiento puedan abusar del poder, requieren primero destruir todo aquello que vaya en contra, y el discurso de la "lucha contra la corrupción" es una excelente herramienta para destruir al estado de derecho y a la libertad de libre pensamiento, claro que la corrupción debe ser castigada, el discurso no debe de acabar con la corrupción, sino acabar con la impunidad, pero la impunidad no es un discurso que le guste usar al populista, ya que eso podría implicar que la ley incluso podría ir contra él si es necesario.

Ser engañados por un régimen populista que usa la corrupción como una cubierta para la extorsión y la revancha política, es el resultado de caer en discursos simplistas de polarización, de malos contra buenos, de héroes contra villanos y de negarse a ver que por lo general hay intereses personales detrás de cada acción, y que la “justicia” se maneja de forma discrecional, casi siempre en contra de quienes cuestionan al régimen, no es sorpresa ver que el autoritario Partido Comunista en China realice continuas “purgas” de sus miembros, aparentemente acusándolos de ser corruptos, cuando la realidad es que éstas personas se han atrevido a cuestionar o a dar contra las órdenes de los mandos superiores, así, la corrupción se convierte en el arma “incuestionable” para deshacerse de personajes incómodos, ya que su naturaleza “absoluta”, casi dogmática, lo vuelve un tabú que ni la sociedad está en ocasione dispuesta a mencionar o a denunciar y se convierte en un vacío que el autoritarismo está más que dispuesto a utilizar.


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