Ecos del Pasado: Un Viaje Narrativo



Ahora que la casa de mis padres ha quedado vac铆a, camino por sus pasillos y entro en cada habitaci贸n. Es un lugar lleno de historias, muchas de las cuales solo yo conozco. Estas historias, ahora, las puedo compartir como desee. Pero no se preocupen, no inventar茅 nada que no haya sucedido all铆.

Mi paso por la casa de mis padres marc贸 el inicio de mi fascinaci贸n por las historias. Crec铆 rodeado de ellas. La televisi贸n era mi ventana al mundo, y mi cuarto estaba repleto de c贸mics y libros. Algunas historias las le铆a, otras las recreaba con soldaditos de pl谩stico o figuras de acci贸n. Despu茅s de la escuela, com铆a, hac铆a la tarea y ve铆a un poco la televisi贸n. Luego, la casa era toda m铆a hasta que mis padres regresaban al atardecer.

Aprend铆 a leer con los c贸mics. Stan Lee escribi贸 algunas de las primeras palabras que descifr茅. Me encantaban las historias de Spider-Man, los Fantastic Four y los Avengers. Marvel era mi universo, DC lo descubr铆 mucho despu茅s. Pero las historias no solo estaban en los c贸mics. Tambi茅n las encontr茅 en la enciclopedia, donde conoc铆 relatos sobre la naturaleza, expediciones y viajes a la luna. Ah铆 supe de Darwin, Shackleton y Yuri Gagarin.

Me encantaba inventar historias para mis soldaditos de pl谩stico. Pod铆a crear epopeyas que duraban d铆as, semanas y meses. Aprend铆 de los mejores, especialmente de Stan Lee, quien para m铆 era el maestro de los narradores. Pero tambi茅n me inspir茅 en George A. Romero y John Carpenter. S铆, tambi茅n me gustaban esas historias donde el mal, ya fuera un grupo de zombis o un loco con fuerza descomunal, pon铆a todo patas arriba.

Hace poco record茅 que tambi茅n hab铆a historias en la radio. Me encantaban los programas nocturnos de terror, donde se contaban leyendas locales. Las radionovelas, especialmente Kaliman, alimentaban mi imaginaci贸n de una manera incre铆ble. Esas historias tomaban forma y color en mi mente, creando mundos enteros.

Las historias eran parte integral de esa casa. Ah铆 las le铆, las escuch茅 y las aprend铆. Se volvieron parte de mi ADN. No es extra帽o que hoy me apasione escribir historias. Crec铆 con ellas. Ahora disfruto leyendo a Stephen King, Chuck Palahniuk y Thomas Pynchon. Por eso me gustan tanto las pel铆culas, la m煤sica, el bodybuilding y la lucha libre; todo se trata de contar historias.

A煤n conservo las m谩scaras de Blue Demon y El Santo en la casa. 驴C贸mo no recordar sus historias? Tambi茅n tengo las mancuernas con las que empec茅 a levantar pesas. Cada objeto en esa casa tiene una historia que contar, un recuerdo que evocar.

Lo que aprend铆 en esa casa fue a crear historias. No era el mejor dibujante, pero ten铆a buenas historias. Y lo m谩s incre铆ble es que esas historias me ayudaron a superar momentos dif铆ciles. En una casa disfuncional, las historias fueron mi refugio, mi claridad mental. Siempre las historias.

Las historias me ense帽aron a so帽ar, a imaginar mundos m谩s all谩 de las cuatro paredes de mi habitaci贸n. Me ense帽aron a ser valiente, a enfrentar mis miedos como lo har铆a un superh茅roe. Me ense帽aron a ser emp谩tico, a entender que cada persona tiene su propia historia, su propio viaje.

En esa casa, aprend铆 que las historias tienen poder. Pueden inspirar, pueden sanar, pueden cambiar vidas. Y eso es lo que intento hacer hoy, contar historias que inspiren, que sanen, que cambien vidas. Porque, como dijo una vez el gran Stan Lee, "Con gran poder, viene una gran responsabilidad".

Las historias de esa casa no solo me entretuvieron, me formaron. Me ense帽aron a ver el mundo de una manera diferente, a encontrar magia en lo cotidiano. Me ense帽aron a ser un narrador, a encontrar la belleza en las peque帽as cosas, a dar voz a lo que otros no pueden expresar.

Y as铆, mientras camino por esos pasillos vac铆os, siento una gratitud profunda. Gratitud por las historias, por las lecciones, por los recuerdos. Gratitud por esa casa que, aunque ahora est茅 vac铆a, siempre estar谩 llena de vida en mi coraz贸n.

Porque, al final del d铆a, todos somos una colecci贸n de historias. Y la casa de mis padres, con sus pasillos y habitaciones, sus c贸mics y enciclopedias, sus radionovelas y figuras de acci贸n, es la biblioteca de mi vida. Un lugar donde cada historia, cada recuerdo, tiene un lugar especial.


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