Apag贸n en Europa: 12 horas de caos, 72 horas de conspiraciones y un debate nuclear que no podemos ignorar
Ayer muchos hablamos sobre un apag贸n masivo que afect贸 buena parte de la Pen铆nsula Ib茅rica. Los pa铆ses m谩s impactados por el siniestro fueron Espa帽a, Portugal, Francia, B茅lgica, Andorra y otras naciones cercanas. Lo sorprendente es que, cuando comenz贸 el apag贸n, se hablaba de que la energ铆a no volver铆a en al menos 72 horas. Sin embargo, el suministro comenz贸 a restablecerse en apenas 12 horas.
Lo m谩s grave de este tipo de fallas, sobre todo en pa铆ses con estructuras verticales, es que no solo se va la luz: el agua tampoco sube a los pisos altos porque las bombas el茅ctricas dejan de funcionar. A eso hay que sumar que son sociedades altamente digitalizadas, donde casi no se maneja dinero en efectivo. Sin electricidad, no hay pagos, no hay cobros, el comercio se detiene, el transporte se paraliza. Un aut茅ntico caos casi apocal铆ptico.
Lo que m谩s llama mi atenci贸n, al leer y escuchar las noticias, es c贸mo todo se polariza hoy en d铆a. Autom谩ticamente se activa la naturaleza tribal y se forman dos bandos opuestos. Por un lado, quienes afirman que s贸lo fue un fallo t茅cnico: una sobrecarga, un desbalance entre oferta y demanda que colaps贸 el sistema. Y por el otro, quienes activan la maquinaria de las teor铆as conspirativas: que fue un ciberataque, que estuvo Rusia detr谩s, o el Estado Isl谩mico, o incluso la ETA. Todo vale en el lado m谩s salvaje de la imaginaci贸n colectiva.
Y claro, despu茅s de eso viene el inevitable juego de box pol铆tico. En Espa帽a, donde gobierna la izquierda estatista con Pedro S谩nchez al frente, la oposici贸n conservadora no tard贸 en lanzar acusaciones: que si coloc贸 a una persona af铆n en la empresa estatal encargada de la electricidad, que si hay corrupci贸n, que si es una muestra m谩s de ineficiencia. Y comienza el eterno estira y afloja entre izquierda y derecha, d谩ndose de golpes bajo la mesa.
La derecha argumenta que el problema es estructural: que solo hay una empresa encargada de toda la red el茅ctrica, que est谩 controlada por el Estado, y que eso impide eficiencia. Proponen abrir el mercado a m煤ltiples empresas privadas para evitar monopolios y garantizar un mejor servicio atraves de la competencia. La izquierda, por su parte, se defiende como puede.
Pero esto no se queda ah铆. La discusi贸n se lleva a otro nivel: el energ茅tico. Ahora el foco est谩 en las energ铆as limpias. La derecha acusa que el verdadero culpable es la dependencia de fuentes como la solar o la e贸lica, porque son impredecibles, dependen del clima, y eso complica mantener el sistema en equilibrio. Con combustibles f贸siles —dicen—, al menos se puede controlar la producci贸n y asegurar la oferta. La izquierda, en cambio, defiende estas fuentes como el futuro inevitable y necesario.
Y as铆, un apag贸n se convierte en un campo de batalla ideol贸gico. Nadie busca soluciones, todos buscan culpables. Cada quien aprovecha la situaci贸n para reforzar su narrativa, ganar puntos, desviar atenci贸n. Es lamentable, pero es lo que hay. Y no solo en Espa帽a. Pasa en todo el mundo.
Lo curioso es que esto ocurra en el llamado "primer mundo", donde se supone que los sistemas deber铆an ser m谩s estables. Que se hablara de un corte de 72 horas, y al final se resolviera en 12, deja muchas preguntas en el aire. En pa铆ses como M茅xico, cuando yo era ni帽o, los apagones eran cosa de todos los d铆as. Recuerdo a mi madre apur谩ndome a terminar la tarea antes de que se fuera la luz. Si me tardaba, me rega帽aba, sacaba una l谩mpara o un quinqu茅 de petr贸leo, y a煤n as铆 me hac铆a terminarla.
Hoy, sin luz, mis hijas no saben qu茅 hacer. Sin internet, sin tablets, sin televisi贸n... se quedan paralizadas. Cuando les cuento que en mi infancia no ten铆amos nada de eso, se quedan en shock. “¿Y c贸mo viv铆as?”, me preguntan. Y la verdad es que viv铆amos. Jug谩bamos en la calle, sal铆amos en bicicleta, habl谩bamos cara a cara con los amigos y vecinos.
Un dato que me pareci贸 revelador: el primer pa铆s en restablecer el servicio fue Francia. ¿C贸mo lo logr贸 hacerlo tan r谩pido? Gracias a la energ铆a nuclear. Una fuente de energ铆a cada vez m谩s prohibida y mal vista en Europa, especialmente despu茅s de accidentes como Chern贸bil o Fukushima. Pero ah铆 est谩: Francia la sigue usando, y gracias a ella pudo incluso apoyar a Espa帽a y Portugal en la recuperaci贸n del sistema.
Buscando obtener algo realmente positivo de la situaci贸n, me pregunto si 茅ste es el momento de replantearnos el modelo energ茅tico actual depender de combustibles f贸siles tiene sus ventajas y desventajas, al igual que las llamadas energ铆as limpias ¿y la tan satanizada opci贸n nuclear? ¿Podemos aprender de los errores y volver a hacer uso de ella? A medida que el mundo depende m谩s de la tecnolog铆a y la digitalizaci贸n avanza, nuestra dependencia en la energ铆a aumenta y no hemos encontrado a煤n esa fuente inagotable y amigable qu茅 pudiera resolver nuestro requerimiento de manera segura y confiable. Eso y que nuestra naturaleza tribal pareciera exponenciarse de forma peligrosa hoy en d铆a, debido a la velocidad y alcance de internet y las redes.



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