Debate de Candidatos en Monterrey: Un Desglose Crítico y Revelador

Un debate qué dejó una profunda sensación de insatisfacción 

El debate de candidatos en Monterrey dejó mucho que desear. Mariana Rodríguez, la candidata más popular, se mostró irrelevante durante toda la discusión, optando por una estrategia pasiva que no le favoreció. Su falta de preparación y escasa capacidad de reacción quedaron en evidencia cuando Pato Zambrano la desarmó sin mayor esfuerzo. Rodríguez demostró ser más imagen que contenido.

Por su parte, Zambrano, aunque sensato, parece ser solo carisma. Es difícil imaginarlo resolviendo los problemas de la ciudad. Su paso por múltiples partidos sugiere una obsesión por conseguir un puesto político a cualquier costo. Su juego consistió en señalar los errores ajenos, sin reconocer los propios.

Mauricio Cantú, de Morena, parecía tener el potencial para sorprender, pero su desempeño se desinfló rápidamente. Su falta de inteligencia emocional e intelectual quedó expuesta cuando Adalberto Madero lo neutralizó con una simple pregunta. Cantú se despidió del debate sin dejar una marca significativa, limitándose a promocionar a sus superiores en el Palacio. Como resultado, Morena probablemente obtendrá porcentajes de votación de un solo dígito.

Adalberto Madero, un personaje que podría considerarse impresentable en otros tiempos, hizo su regreso en este escenario político que hoy se asemeja a un espectáculo grotesco. Su falta de vergüenza y su estilo estridente no aportaron nada positivo al debate.

No hubo un "mejor candidato". Adrián de la Garza emergió como el "menos peor", lo cual no es precisamente una buena noticia. Aunque cuenta con experiencia, carece de creatividad e innovación, ofreciendo solo promesas de cubrir baches y reparar banquetas.

El panorama que se presentó en este debate cuestiona si Monterrey puede realmente aspirar a ser una ciudad de primer mundo.