Microchips al Borde del Apagón: ASML y TSMC en la Encrucijada Global
ASML y TSMC, dos colosos de los microchips, están listos para apagar sus máquinas. Así es, en caso de que China invada Taiwán, estas titánicas empresas desactivarán sus equipos. Un gesto desesperado, sí, pero una jugada maestra en la guerra de los semiconductores que Estados Unidos teme perder.
ASML le ha prometido a Estados Unidos que puede apagar sus máquinas de litografía de ultravioleta extremo (EUV) con un clic. Reuniones secretas con el gobierno holandés y simulaciones de invasiones han sellado este pacto. TSMC, el gigante taiwanés que depende de estas máquinas, crea chips que son el cerebro de la inteligencia artificial y el músculo de los misiles.
Mientras tanto, China, con Xi Jinping al mando, sueña con una Taiwán unificada, aunque no descarta tomarla a la fuerza. Estados Unidos advierte de una invasión en 2027, pero Taiwán, valiente o ciego, no parece inmutarse. Beijing, en su fría estrategia, prefiere estabilizar su economía antes de lanzarse a la guerra.
Imagina esto: máquinas EUV del tamaño de autobuses, cada una costando más de 200 millones de euros, paradas en seco. ASML, único fabricante mundial, ha creado un sistema de apagado remoto para evitar que estas maravillas tecnológicas caigan en manos equivocadas. Por presión de Estados Unidos, los Países Bajos prohíben vender estas máquinas a China, intentando frenar la “guerra mundial de los chips”.
Pero tal vez ya sea tarde. Huawei, astuto y determinado, ha creado smartphones con chips hechos con equipos más antiguos de ASML, usando herramientas de proveedores estadounidenses. Beijing, obsesionada con la autosuficiencia tecnológica, respalda cada paso de Huawei en su cruzada por dominar el mercado de chips.
Estados Unidos, sintiendo el vértigo de esta competencia, ha destinado 39.000 millones de dólares para fomentar la producción de microchips en casa, buscando inmunizarse contra futuras interrupciones. Con el 90% de los chips más avanzados saliendo de Taiwán, el destino de la isla resuena en todo el planeta. El 20 de mayo, Taiwán vio asumir a Lai Ching-te como presidente, un hombre que Beijing llama “instigador de la guerra”.
ASML, con una capitalización bursátil de 370.000 millones de dólares, ha enviado más de 200 máquinas EUV a clientes fuera de China desde 2016, siendo TSMC el mayor receptor. El mantenimiento de estas máquinas es crítico; sin repuestos de ASML, se vuelven inútiles en poco tiempo. ASML ofrece contratos de servicio conjunto a clientes como TSMC, permitiéndoles realizar parte del mantenimiento sin acceder a datos sensibles.
Mark Liu, presidente de TSMC, le dijo a CNN que cualquier invasor de Taiwán se encontraría con fábricas inoperativas. "Nadie puede controlar TSMC por la fuerza", afirmó. En un escenario de invasión, la producción de chips se paralizaría, afectando a la industria tecnológica global y dejando al mundo tambaleándose en la cuerda floja de la incertidumbre.
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