Kerry King, From Hell I Rise

Es claro que Kerry King no trató de recrear el sonido de los Slayer, sin embargo, hay algo de la legendaria banda en éste disco. 

Tener a Kerry King y a Paul Bostaph en un mismo disco significa que el sonido de Slayer estará presente de un modo u otro. From Hell I Rise evoca sin duda a Slayer, pero no suena como un disco clásico de la legendaria banda. A diferencia de King, Bostaph no formó parte de la alineación clásica, y tras la pérdida de Jeff Hanneman, el principal artífice del sonido Slayer, King asumió la responsabilidad, aunque con ciertos desafíos.

El resultado es un álbum que recuerda a al Slayer post Hanneman, luchando por mantener su identidad. Sin embargo, si nos olvidamos de Slayer por un momento, From Hell I Rise no es un mal disco en absoluto. Kerry King sigue siendo un guitarrista extraordinario, con solos que escupen rabia y fuego. Paul Bostaph, por su parte, es un baterista formidable.

La presencia de otros músicos excepcionales, especialmente la del vocalista Mark Osegueda de los formidables Death Angel, añade una dimensión única. Osegueda, con su estilo brutal y distintivo, logra alejarse del sonido de Tom Araya, pero demuestra ser igual de potente. Sus interpretaciones son memorables sin compararlas a las de Araya en los clásicos Reign in Blood, South of Heaven y Seasons in the Abyss.

Para aquellos que han disfrutado de los discos de Slayer posteriores a la muerte de Hanneman, From Hell I Rise será una joya. Para los que nos volvimos locos con Reign In Blood y Seasons In The Abyss, este álbum será un buen disco, aunque no a la par de lo mejor Slayer, lo cual no es necesariamente negativo.

La combinación de King, Bostaph y Osegueda garantiza un disco espectacularmente brutal. From Hell I Rise es un ascenso poderoso, una afirmación de que el espíritu de Slayer sigue vivo, aunque transformado. La música aquí no solo resuena con la furia y la intensidad que los fanáticos esperan, sino que también lleva consigo una evolución que merece ser escuchada.