Aronofsky Roba el Show: Caught Stealing, el Regreso Salvaje a un Nueva York Sin Piedad
Hay directores de cine que pierden el filo con los a帽os. Darren Aronofsky no es uno de ellos. Desde Requiem for a Dream, un film que sigue siendo un pu帽etazo en la cara m谩s de veinte a帽os despu茅s, qued贸 claro que no le interesa la comodidad. Aquella pel铆cula fue la prueba de que el cine pod铆a ser brutal y hermoso al mismo tiempo, un viaje alucin贸geno hacia el infierno cotidiano de las adicciones. A帽os despu茅s llegaron The Wrestler y Mother!, dos obras que no s贸lo consolidaron su reputaci贸n, sino que tambi茅n confirmaron que el tipo sabe c贸mo tocar fibras emocionales y existenciales que pocos cineastas se atreven a explorar.
Pienso mucho en The Wrestler 煤ltimamente, sobre todo tras la muerte de Sabu, el luchador extremo que falleci贸 apenas unos d铆as despu茅s de pelear, ya con 60 a帽os encima. La cinta de Aronofsky no s贸lo retrata la ca铆da del gladiador moderno, tambi茅n anticipa esa l铆nea difusa entre el espect谩culo y la destrucci贸n personal. Cada vez que la veo, siento que Randy “The Ram” Robinson no es un personaje, sino un espejo que cualquiera puede reconocer cuando ya no queda nada m谩s que seguir peleando contra el tiempo. The Wrestler es una de mis pel铆culas favoritas de todos los tiempos.
Luego est谩 Mother!, ese delirio b铆blico disfrazado de pesadilla dom茅stica. Un espect谩culo ca贸tico donde las met谩foras corren como cuchillos afilados en todas direcciones, y que para m铆 es la c煤spide de Aronofsky como autor y provocador. Y claro, imposible no mencionar Black Swan, con Natalie Portman en una de las interpretaciones m谩s viscerales que ha dado el cine reciente. Esa pel铆cula no tiene nada que ver con el cisne negro de Nassim Taleb, pero s铆 con la idea de que perfecci贸n y locura son gemelas siamesas.
M谩s recientemente, The Whale demostr贸 que Aronofsky no ha perdido la punter铆a para explorar lo m谩s fr谩gil de la condici贸n humana. Brendan Fraser se convirti贸 en un dios de la actuaci贸n, levantando no s贸lo un 脫scar, sino una resurrecci贸n personal que parec铆a impensable. Y sin embargo, lo que me interesa ahora no es mirar hacia atr谩s, sino hacia la extra帽a criatura que se viene: Caught Stealing.
El t铆tulo me dispar贸 de inmediato un recuerdo: Been Caught Stealing de Jane’s Addiction, ese himno sucio y descarado que en 1990 marc贸 un cambio de 茅poca. Un riff, un perro ladrando y la sensaci贸n de que el rock alternativo acababa de prender fuego a lo que quedaba de los 80s. Pero la pel铆cula de Aronofsky, aunque ambientada en esa misma d茅cada, no tiene nada que ver con la canci贸n de Perry Farrell y compa帽铆a. Aqu铆 lo que tenemos es otra cosa: Austin Butler y Zo毛 Kravitz metidos en una historia de mafias, b茅isbol fallido y Nueva York en su faceta m谩s 谩spera.
Curiosamente, llegu茅 a esta pel铆cula por una broma dom茅stica. Hablando con mi hija menor —fan de Miraculous: Tales of Ladybug & Cat Noir— le dije que, si alg煤n d铆a existiera una versi贸n en carne y hueso, seguro Zo毛 Kravitz ser铆a Ladybug y Austin Butler, Cat Noir. Lo gracioso es que meses despu茅s apareci贸 el tr谩iler de Caught Stealing con exactamente esa dupla. Ella qued贸 asombrada, yo tambi茅n. La broma privada se convirti贸 en profec铆a involuntaria.
Lo que hace diferente a Caught Stealing es que no es un retorno a lo oscuro y psicol贸gico de Aronofsky, sino un salto hacia algo m谩s cercano al homenaje. Aqu铆 late Nueva York, la ciudad donde creci贸, y late tambi茅n la influencia de Martin Scorsese y su cine de truhanes. Hay ecos de Mean Streets, de Goodfellas, pero filtrados con el v茅rtigo de Guy Ritchie y la crudeza de una banda sonora punk que te sacude en cada esquina. Butler interpreta a un exaspirante a beisbolista que se mete en problemas por hacerle un favor a un amigo, y termina atrapado en un torbellino de mafiosos: rusos, jud铆os ortodoxos y toda una fauna que parece sacada de un c贸mic urbano.
No falta violencia, claro. Ni cad谩veres. Pero ser铆a ingenuo pensar que Aronofsky busca la comedia f谩cil. Si algo queda claro es que Caught Stealing es su forma de volver a casa, de reconciliarse con su Nueva York natal y de probar que todav铆a puede sorprendernos, incluso despu茅s de haber filmado la desesperaci贸n, la redenci贸n y la locura como pocos. Quiz谩, en el fondo, lo que est谩 haciendo es lo mismo que Jane’s Addiction en los noventa: recordarnos que a veces hay que robar un poco para recuperar lo que siempre nos perteneci贸.



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