Feliz 2017



Feliz 2017

“Una moneda débil, es señal de una economía débil, una economía débil nos lleva a una nación débil.”
Ross Perot

Por: Erreh Svaia
No, no me equivoqué con la felicitación para el 2017, y es que la verdad se antoja complicado pensar en tener un 2016 muy placentero, el panorama empieza a pintar complicado para el mundo y para los emergentes, incluyamos a México aquí, en Latino América, dónde a pesar del despertar político que se está dando al dejar detrás el mal llamado Socialismo del Siglo XXI, es difícil asegurar que vayamos a ver soluciones a largo plazo, con Brasil, Venezuela y Argentina cómo motores económicos de contiene en estado de reparación y México, Chile y Colombia avanzando a paso muy lento.

Hablemos de un México con un escenario nada halagador, en dónde las apuestas no se han hecho de manera adecuada, la reforma educativa, por mucho la más importante de todas las anunciadas, más que un debate sobre los programas y metodologías para insertar a México en la economía del conocimiento, se ha convertido en una penosa pugna entre sindicatos y las fuerzas del orden, enmarcada más por la violencia por el debate progresista para hacer del futuro de México un futuro preparado y listo para los cambios que se vienen, un panorama complejo para las manufacturas, un panorama negro para la mano de obra barata y una oportunidad para el desarrollo de la creatividad e innovación; Una manera definitiva de darle la vuelta a la lastimosa situación que sufre el país al no ser autosuficientes o productivos, hoy, sigue siendo preocupantes las fluctuaciones de dólar, ya que productos cómo el arroz, el frijol y el maíz no se producen en cantidades suficientes para abastecer el consumo interno, teniendo que recurrir al abasto externo impactado por el dólar caro, cuando cómo país debiéramos estar pensando en exportar para vernos beneficiados con una moneda más competitiva.

Por la otra parte la reforma energética prometió mucho, y hoy nos damos cuenta que la apuesta no fue la correcta, son tiempos distintos en los cuáles el petróleo sigue perdiendo valor, y los inversores empiezan a abandonar el sector en busca de negocios mas redituables, aquí mismo señalamos la imperiosa necesidad de que dicha reforma, lejos de basarse en e petróleo, debiese dar protagonismo a las energías renovables, con el fin de empezar a reducir la dependencia de las finanzas del país en ese sector.

Sumemos a los factores anteriormente descritos, una grave crisis de confianza en e gobierno y el resultado es un 2016 gris, que ni los más optimistas podrían ver con buenos ojos, claro, tampoco podemos cómo muchos, gritar que todo está mal y que el país se enfila a la debacle total, cómo lo hemos señalado muchas veces, México se seguirá moviendo, lamentablemente no a la velocidad requerida, ni a la par del potencial que cómo nación se tiene.

Un dólar a la alza, mas impulsado por la volatilidad económica a nivel mundial, un petróleo que cada vez vale menos, que arrastra consigo a los países que centraron toda su apuesta en él, y una economía mundial que empieza a envejecer, a volverse lenta, con los principales motores, EUA, China, Japón, India y la Unión Europea en un estado bastante complicado, empantanado que parece no mostrar señales de despegar.

Con todo eso, por lo menos en México será difícil desear un feliz año 2016, en la mira, hay que considerar un año muy similar a éste, lo importante es saber que hay bases para un despegues y que es vital mantener la dinámica en aras de ir incrementándola en lugar de perderla, es momento de sumar y de moverse rápido, no de hundir el avance actual, por más mínimo o insatisfactorio que éste se vea, y empezar a pensar muy seriamente lo que viene para el 2017 y 2018.

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