Jaime vs bronco



Jaime vs bronco

“La historia se repite, primero como tragedia y después cómo farsa.”
Karl Marx

Por: Erreh Svaia
Nos enfilamos ya rumbo a los primeros 100 días de gobierno de Jaime Rodríguez alias "el bronco", período que lejos de confirmar el espíritu de cambio prometido por Rodríguez durante su campaña, deja una muy profunda sensación de insatisfacción y enojo, luego de presenciar una actitud indecisa por parte de su administración, proponiendo y después retractándose en varias de estas propuestas, denotando, inseguridad e ingenuidad, así como una falta de planeación adecuada, y mientras el equipo de Jaime da un paso adelante y otro para atrás, así como desaparecen dependencias, inventan otras para acomodar a parte de su equipo de campaña, el gobierno, por lo menos en estos 90 días no ha mostrado nada positivo en lo absoluto y la popularidad social, que pudo ser uno de sus fuertes, ha ido menguando fuertemente.

Pareciera que el mal que aqueja a Jaime, además de su inexperiencia y falta de visión, es la esquizofrenia, falta de madurez, o exceso de ambición, ya que Jaime, o “el bronco”, parece sigue en campaña, sigue en busca de simpatías, más con palabras que con acciones, preocupado por aparecer en eventos públicos, promocionarse en redes sociales y querer aparecer en la foto para las elecciones presidenciales del 2018, construyendo castillos en el aire que se vendrán abajo si Jaime no demuestra en los próximos 3 años una excelente ejecución de su gabinete.

“El bronco” se ha convertido en una carga muy pesada para Jaime, un personaje más grande qué él mismo, creado por el mercadólogo Guillermo Renteria, en su laboratorio de marketing político, y que Jame simplemente no ha podido interpretar en el día a día, ese personaje, parte El Llanero Solitario y parte Piporro, que Renteria creara inspirado en el populista de derecha, Vicente Fox, y en el mito del “México Bronco” (con todo y películas y libros mostrándolo exageradamente cómo un personaje justiciero) del que se habla ante las injusticias del gobierno, funcionó mientras se trataba de prometer a diestra y siniestra, de responder ofensas y de maldecir políticos, pero como es bien sabido, los súper héroes, en primer lugar, no existen, y en segundo no serían buenos gobernantes; Jaime es un mal actor, fuera de campaña se ve acartonado y sumamente errático, y en el diario se pone en evidencia, se compromete y se retracta, se ha olvidado de “la raza”, no ha mostrado ese lado ciudadano, comportándose cómo un mal político común y corriente, y peor aún, no ha dado señales de cumplir su mayor promesa, la de castigar a los responsables del muy corrupto gobierno anterior.

Hoy el principal deber de Jaime, sería el de asesinar a su personaje, deshacerse del “bronco” y dedicarse a gobernar de una manera contundente, clara, seria y responsable, ya que al día de hoy, que lo que se requieren son acciones de verdad, “el bronco” está más que destinado a convertirse en una mala caricatura del personaje creado para una campaña, Jaime, hoy más que nunca debe olvidarse de campañas, de promociones y de chistes baratos,  bajo riesgo de convertirse el próximo Vicente Fox, un político caricaturesco que prometió mucho, que se promocionó como el gran cambio, y al final, le falto tamaño para cumplir con sus promesas, convirtiéndose y convirtiendo al país en títeres del destino.
Es deber ciudadano también asumir responsabilidad y exigir a Jaime se olvide de personajes fantasiosos ponga los pies en la tierra y deje los súper héroes para los niños, es tiempo de adultos series que demuestren que pueden con el puesto, y que dejen de fantasear con sueños y obsesiones de grandeza, primero lo primero.

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