La Decisión del PRI, Dedazos y Consecuencias
La
Decisión del PRI, Dedazos y Consecuencias
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
“Lo más importante en
la comunicación es escuchar lo que no se dice.”
Peter Drucker
Escribí
parte de esto hace un par de meses, tratando de entender los caminos que le
quedan al PRI rumbo a la siguiente elección, y como estaría ideando su
estrategia para la batalla electoral del próximo año, hoy el llamado
"nuevo PRI" que alguna vez anunció el presidente Enrique Peña ha
resultado bastante dañado en temas de claridad y transparencia, sin embargo,
darlo por muerto como sucedió en el año 2000, nuevamente sería un grave error
táctico, considerando que en las elecciones del 2017, aún y con sus peores
vicios al descubierto pudo ganar la elección del EDOMEX y sigue disputando
Coahuila (se ve complicado la decisión vaya a ser cambiada), aún y con la
mayoría de su equipo de gobernadores en algún proceso penal contra ellos; los
principales: Humberto Moreira, Javier Duarte y Rodrigo Medina (entre muchos otros…)
cargando con la sombra de una administración manchada de corrupción, uno podría
pensar que el PRI debería enfilarse hacia una debacle, pero se necesitaría ser
muy positivo o muy ingenuo para pensar esto, ya que el PRI ésta todo menos derrotado,
con su maquinaria clientelar más que lista que nunca para dar guerra (además de
la disciplina interna, la red clientelar es una de las principales armas del
PRI desde sus inicios), por demás preocupante que se piense que casos recientes
como las fotografías de Enrique Peña con el cantante Julión Álvarez,
investigado por lavado de dinero o las acusaciones contra el ex director de
Pemex, Emilio Lozoya por sobornos recibidos puedan realmente causar algún daño
al partido de Peña, más aún que en la más reciente Asamblea de Partido, el PRI
nuevamente parece estar reinventándose para seguir igual, transformándose para
ser la opción más "cómoda y segura " en un México ante un entorno
global volátil, presentándose ante los demás partidos como una opción "experimentada"
contra el PAN carente de capacidad de terminar con la inseguridad, o empujar
una verdadera agenda inteligente de reducción de impuestos (no se trata sólo de
bajar el ISR y voilá, mágicamente todo
estaremos mejor!), la emergente MoReNa, con su ultra derechismo disfrazado de
izquierda envuelta en escándalos de corrupción y opacidad, o el ahora descolorido
PRD (lo más cercano que se ha acercado la izquierda a la socialdemocracia), que
parece tener agenda para todo, menos para gobernar; esa seguridad o ese confort
que muchos mexicanos buscan ante la difícil decisión entre el PAN o MoReNa, es
precisamente la brecha que el PRI buscará explotar el próximo año y para ello,
permanece en el aire cual será la estrategia definida a seguir.
Nos guste o
no, el PRI sigue siendo el enemigo a vencer (pensar de otra manera es alistarse
para una nueva derrota de la oposición como en el EDOMEX), el voto duro de la
burocracia, sindicatos amañados (la tradición del Tata Cárdenas), sigue siendo
el arma favorita, ese voto duro que sigue beneficiándose de la complicidad
"institucional" que incluye ahora a las universidades, minorías
beneficiados de los erráticos programas sociales, taxistas y ambulantes y demás
personajes que forman la vasta red clientelar de éste partido (además de
partidos satélites como el PVEM, el PANAL y el PES), esa será sin duda el arma
a evaluar y de lo que dependerá la estrategia a seguir por parte del hoy
partido oficial, si nos apegáramos al proceso pudiéramos hablar de que Miguel
Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y el mejor evaluado en las
encuestas internas del partido, sería el candidato idóneo para la línea dura
del PRI, pero aún y que el panorama hasta aquí parece ser claro, el PRI deberá
considerar la posibilidad de una coalición opositora que en otras ocasiones ha
resultado altamente efectiva al competir contra ellos, la “dureza” del PRI
pudiera ser clave para el repudio de muchos votantes aún indecisos y que no
tienen ninguna obligación con el partido, Chong exaltaría la esencia del PRI,
pero limitaría sus alcances, la sombre del “nuevo PRI” seguiría presente, “el
sistema” pudiera ser nulificado y la formación de un Frente Amplio Democrático
de derechas e izquierdas, con un candidato genuino y realmente alejado de la
política tradicional pudiera sacar provecho de la tendencia nacional y mundial
en la que hemos visto no el triunfo de “outsiders”, sino la derrota del sistema
mismo, capitalizada por un “recién llegado”, ajeno al sistema.
Una opción
igualmente de línea dura, sería la designación de José Narro, personaje más
asociado a la izquierda y que representaría una posible antítesis a la escuela
del “viejo PRI” representada por el líder de MoReNa, Andrés López; Narro
significaría una “reversa” al “nuevo PRI” y una suerte de regreso al PRI “de
izquierda” que muchos parecen anhelar y que siente perdió su dirección (en
picada) en el giro político y económico diseñado como salida a la debacle de
los años 70s y principio de los 80s, lo de Narro tendría un efecto más
psicológico que funcional, ya que no olvidemos que el “viejo PRI”, no es tan
bueno como muchos quisieran pensar (o falsamente recordar, al estilo del Make
America Great Again de Donald Trump, idolatrando un pasado que no existió) ahí
están Diaz Ordaz (burocrático, autoritario), Echeverría (populista e
ineficiente) y José López Portillo (inepto, corrupto y nepotista), el “viejo
PRI”, es tan malo como el “nuevo”, lo de Narro sería una jugada de pizarrón,
que en la práctica no pudiera ser tan atractivo como parece, aunque sin duda
tomaría algo de vuelo con la tendencia “indefensión” de las juventudes que
buscan una figura patriarcal para brindar protección (Sanders en los EEUU,
Corbyn en el RU, Mélenchon en Francia y Andrés López en México), esa podría ser
la única ventaja real y palpable de Narro.
Narro sería
probablemente la elección favorita de uno de los personajes de mayor relevancia
dentro del PRI, el llamado capi di tutti
capi, Manlio Fabio Beltrones, quien recientemente manifestó su preocupación
en caso de que el PRI no se incline por la izquierda y decida tomar un giro
hacia la derecha, Beltrones debiese recordar que ese giro hacia “la derecha” se
dio en el PRI luego del desastroso estado en que su nacionalismo revolucionario
de izquierda dejó al país a principios de los 80s, empujando la necesidad de
ese “giro a la derecha”, con la venta de cientos de empresas del estado en
quiebra y de la retirada de barreras proteccionistas que volvieron obsoleta a
la industria nacional, aunque conociendo a Beltrones, lo que le preocupa no es
ese “cambio a la derecha”, que pareciera anticipar un movimiento arriesgado en
el partido, si no la perdida de continuidad con los candados impuestos
previamente a los militantes interesados en una candidatura, hasta hace unos
días, esos candados servían para mantener la disciplina entre los militantes,
los cuales convencidos de tras invertir ciertos años en el partido podían
aspirar a un puesto político, hoy se verán confundidos ante la apertura de
dichos candados permitiendo la postulación de un candidato ajeno al partido, lo
cual en un momento dado le serviría al PRI para buscar un candidato no asociado
con la mala fama actual que sufren, y ajeno a un sistema que ya hemos
mencionado, es visto como decadente, de esa manera el PRI podría encontrar una
fórmula para competir con otras fórmulas ganadoras, como la de los “ajenos” al
sistema, o la de los candidatos “independientes” respaldados por una partido
político, y en éste caso, el candidato potencial sería el hoy Secretario de Hacienda,
José Antonio Meade, lo interesante de ésta elección, sería que ésta se
convertiría en un parteaguas dentro del partido, considerando la no militancia
de Meade con el PRI, y su participación en administraciones PANistas, Meade
sería un personaje capaz de “suavizar” el feedback
negativo contra el PRI (Meade no se ha visto envuelto en escándalos de
corrupción durante su carrera), podría resultar útil para nulificar una débil candidatura
dentro del PAN, ya que podría atraer votos de panistas inconformes con su candidato
para el 2018, aunque la decisión de optar por Meade podría tener una
repercusión similar a la actual “encuesta” para jefatura de gobierno de MoReNa,
un efecto divisor en sus bases al verse alterado el orden anterior que requería
una militancia mínima de 10 años para quedar habilitado a una candidatura
presidencial, tal designación podría significar un nuevo cisma dentro del
partido siempre caracterizado en sus momentos más fuertes por la disciplina,
aquí sería difícil anticipar si las bases duras del PRI estarían al 100% tras
de una candidatura de Meade.
La cuarta
opción de Peña (no nos hagamos, al igual que Andrés López habrá “dedazo” para
designar al candidato), sería Aurelio Nuño, actual titular de la Secretaría de
Educación, una decisión que resultaría precipitada considerando la juventud de
Nuño, y una antítesis total a un Narro, por otro lado, significaría una opción
poco adecuada considerando que Nuño es visto como un personaje semejante a
Peña, y la baja popularidad de Peña sería una sombra sobra la candidatura de
Nuño, esto a pesar de haber empujado la importante reforma educativa,
considerando los niveles de aprobación de Peña, se antoja difícil que Peña pudiera
ganar hoy una presidencia, e imponer a Nuño como su sucesor, sería lo más
cercano a que Peña repitiera su candidatura, cerrando la posible decisión de
PRI, entre lo interno y lo externo, entre lo tradicional y lo extraordinario,
entre lo conservador y lo liberal (un fenómeno que se está dando en varios
estratos políticos en el mundo, y en los partidos nacionales), en la cual Peña
tendrá que decidir posiblemente entre Chong y Meade, entre la tradición y la
apertura, un difícil proceso que les va a costar a lo interno y que pudiera
someter a mucha presión a la legendaria disciplina del partido, si me preguntan
a mí, Meade sería la mejor opción, pero implicaría el posible debilitamiento
del partido a posteriori, algo que evitó Andrés López (conservador a fin de
cuentas) al elegir a un candidato sumamente fiel a él para la jefatura de la CDMX, en lugar de buscar esa
apertura y mayor alcance a través de un personaje como Ricardo Monreal.
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