Lou Reed, The Blue Mask, 1982

The Blue Mask es el disco número 11 en la carrera solista de Lou Reed. Publicado hace 40 años, un 23 de febrero de 1982. Pudiera afirmar que The Blue Mask es el disco que introduce a Lou Reed en grande en los 80s. The Bells, editado en 1979 fue un disco experimental y fabuloso que mostraba a Reed más osado que nunca, Growing Up In Public de 1980 nos mostraba un Lou Reed transformándose, mutando de un mito envuelto en oscuridad a un personaje dispuesto a asumir su rol dentro de la historia del rock n roll y sin miedo de mostrarse atrevido y a la vez fiel a su legado. Para The Blue Mask, Reed no haría más concesiones, estaba totalmente dispuesto a hacer un disco que dejara asombrados a todos, que demostrara que Lou Reed, la leyenda al frente de los Velvet Undeground estaba vivo y su música era más relevante que nunca (recién reivindicado por el punk rock y la new wave). Así, The Blue Mas se convertiría en uno de sus mejores discos y uno de los que considero de mis favoritos dentro de su discografía.

Para The Blue Mask, Reed se encargó de ensamblar uno de sus mejores grupos de acompañamiento, el experto baterista de estudio Doane Perry, el poderoso bajista Fernando Saunders y el fenomenal guitarrista Robert Quine, veterano de la escena punk de Nueva York y uno de mis guitarristas favoritos de todos los tiempos. Reed había llevado las cosas a lo básico, había tomado una dirección musical un tanto primitiva, esa era la principal intensión, recrear un poco el espíritu de los Velvet Underground e insertarlo brutalmente en una nueva década. El disco sería grabado a toda velocidad, sin muchos ensayos y en pocas tomas ara mantener la frescura y la intensidad. El resultado sería espectacular, un disco que mezclaba las melodías casi etéreas de los Velvet Underground con sus temas más rabiosos casi como trenes a toda velocidad, gracias al abrasivo trabajo de Quine, quien de alguna forma conseguiría inyectar un espíritu intenso nuevamente en Reed, de hecho Quine aceptó participar en el disco bajo la condición de que Reed tocara más la guitarra, logrando que retomara su legendario e incendiario estilo de tocar la guitarra de finales de los 60s, cuando se decía que era uno de los guitarristas más veloces en el mundo del rock.

El disco abre con My House, un tema dedicado a su gran amigo y mentor, Delmore Schwartz, un tema que permite a Reed mostrarnos algunas de sus más emotivas líneas de poesía encima del estupendo trabajo de Saunders, un bajista fuera de serie. Women es un tema que sigue la misma línea del anterior, con un Reed en plan reflexivo hablando sobre su admiración y gusto por las mujeres, dejando atrás su pasado un tanto andrógino que practicaba en los 70s. Es un tema relajado con guitarras cristalinas que permite el lucimiento del trabajo de Perry Saunders una vez más. Para Undeneath The Bottle, la temperatura comienza a elevarse, Reed revisa parte de su pasado en los 70s, repletos de excesos y cuando se hacían apuestas de quien moriría, Keith Richards o él. Un tema en el que Reed escupe líneas un tanto brutales respecto a su sórdida experiencia con el alcohol, un tema estremecedor contado con bastante veneno hacia si mismo por parte de Reed.

Gun es un tema oscuro, casi hermético, Reed jugando con temáticas bastante controvertidas, un viaje hacia la mente de alguien que posee un arma y juega peligrosamente con la idea de que hacer con ella. Un estudio un tanto radical por parte de Lou y sus ingresos en la psicología más oscura y aterradora. Para cuando llegamos a The Blue Mask, tema que da nombre al disco, somos recibidos de forma inmisericorde por una muralla de estremecedor ruido, el espíritu más salvaje de los Velvets se ve invocado aquí por Reed y Quine, el ruido eléctrico de los 60s, inspirado en lamúsica de fuegorenace y de forma espectacular, Perry se planta con un ritmo sólido y poderoso al tiempo que las guitarras rugen rabiosamente, todo esto al tiempo que Reed libera nuevamente un relato horripilante y repulsivo, temática y ambiente que Reed retomaría en su estruendoso Lulu décadas más tarde. The Blue Mask es un tema poderoso repleto de sonidos duros que demostraba que Reed no era un artefacto del pasado, con credenciales suficientes para reclamar su lugar en el mundo de los música extrema (los solos de guitarra improvisados de Quine y Reed que se convierten el algo más allá de la música, evolucionando hacia el sonido puro), y si a eso agregamos su increíble ejecución vocal, no queda ni la menor duda que éste disco conseguía combinar de la mejor forma, lo mejor de toda la carrera de Reed.

Reed retomaría un poco su actitud punk de los 70s para Average Guy, en el cual, Reed trata de romper el mito que lo rodeó en los 70s, se describe como untipo promedio”, y así trata de destruir su reputación como monstruo inaccesible y brutal. Las guitarras aquí también ejecutan guiños al sonido de Reed con los Velvets. Quine, un fan de los Velvets por largo tiempo y guitarrista de los Voidods con Richard Hell, se convertiría en una de las mejores compañías musicales que Reed ha tenido en su carrera. Para Waves of Fear, la intensidad y adrenalina nuevamente llegan a niveles estremecedores, un tema con un bizarro sentido melódico y nuevamente la impresionante interacción casi telepática entre Reed y Quine, decididos a invocar al fantasma de los Velvets, Reed una vez más reflexionando sobre sus viejos demonios como el alcoholismo y regalándonos un tema que eriza la piel por su instrumentación y las voces increíbles a cargo de Reed. Para , uno de los mejores temas de la carrera de Reed, con un trabajo casi imposible de describir a cargo de las guitarras de Quine y Reed que literalmente escupen líneas de fuego y adrenalina pura, literalmente nos trasmiten esas olas de miedo de las que nos anuncia el título.

Otro tema destacable del disco es Day John Kennedy Died, una vez más, una increíble y vivaz reflexión de Reed, su capacidad de narrar de forma detallada la historia es asombrosa. Reed se consolida aquí una vez más como un narrador supremo. Un hombre que supo integrar de manera excelsa las letras elevadas y la música intensa y arrolladora. Reed consigue crear otro tema legendario y estremecedor, parte de un disco lleno de emociones al máximo. Temas al rojo vivo de principio a fin, con Reed demostrando que aún podía crear música fuera de éste mundo como en los 70s. The Blue Mask es uno de los mejores trabajos en la carrera de Reed, un hombre al que muchos pudieron dar por acabado en los 80s y que con The Blue Mask demostró que su carrera continuaba fortaleciéndose cada nueva grabación, y mejor aún, que nos dejaba claro que podía sorprendernos aún de la mejor forma. The Blue Mask es uno de los discos definitivos de los 80s.



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