Soundgarden, Superunknown,1994

La historia de Soundgarden, una de las mejores bandas de los últimos 40 años, es una historia complicada, podríamos decir que disco tras disco, Soundgarden trató de hacer su obra más representativa y falló miserablemente. La perfección no existe, sin embargo, la banda trató de hacer ese disco que capturar su momento definitivo y no pudo. Superunknown, su disco más exitoso, publicado el 8 de marzo de 1994, es considerado su mejor disco, pero, en lo personal, siento que dejó muchas cosas sin definir de la mejor manera. Claro que es un disco con canciones sobresalientes. Es notorio el deseo de la banda por hacer un disco acorde a sus orígenes musicales, en eso, toma obvia distancia del Badmotorfinger y del Louder than Love, discos excelentes cada uno en sus propios términos, pero que llevaban a la banda a territorios un tanto confusos, incluso para ellos mismos.

Desde sus inicios Soundgarden había tomado la ruta complicada, se acercaban más al heavy metal y al hard rock  que bandas como los Melvins, los Mudhoney o los Nirvana. No eran tan extraños como los Melvins o los Mudhoneysu sonido era obviamente más pesado y ésto los colocaba en un punto medio entre el grunge y el heavy metal. Sus primeros discos, como el extraordinario Screaming Life tenían bastantes elementos de bandas como Led Zeppelin y algunas cosas de los MC5, para el Ultramega OK, otro disco fabuloso, habían sumado un elemento gótico a su sonido, derivado de escuchar a los Bauhaus y a los Joy Division.

Louder than Love, el primer disco que escuché de los Soundgarden ya mostraba a la banda completamente volcada hacia el heavy metal, con Terry Date, en aquél entonces, productor de Metal Church. Date ayudaría a la banda a robustecer su sonido, acercarlo a la propuesta que los Janes Addiction manejaban en aquél entonces, tal vez Dave Jerden hubiera sido una mejor apuesta, funcionó de maravilla con los Alice In Chains, aunque tal vez de ser así, Date no hubiese trabajado con Mother Love Bone o con Pantera. Para el siguiente disco  el Badmotorfinger, Soundgarden ya había logrado balancear su extraño sonido, muy pesado para el art rock, y demasiado arty para los heavy metaleros.

Superunknown, de 1994, seria la gran entrada de la banda a las ligas mayores, ya lejos de Date, la banda buscaba retomar sus raíces y a la vez acercarse a las masas con un sonido más inmediato. Superunknown sería el Nevermind de la banda. Un disco accesible que no perdía la identidad original de la banda, un disco que unos años antes hubiera catapultado a la banda directo al super estrellato, pero que ahora aparecía en medio de una saturación del llamado sonido grunge, con Nirvana, Pearl Jam y Alice In Chains muy por delante. Let Me Drown es Soundgarden en su expresión más primitiva. La obsesión de la banda con Led Zeppelin puesta totalmente de manifiesto. Decepciona un poco la peculiar guitarra de Kim Thayil  cediendo lugar a la de Chris Cornell. La sección rítmica,maravillosa, sin perder un ápice de poder.

My Wave pudo ser un tema salido del Badmotorfinger, de no ser porque la banda reduce la saturación de sonidos y domestica sus guitarras, el único punto a favor es que el espacio es estupendamente aprovechado por el increíble Matt Cameron, el mejor músico de la banda. Fell On Black Days es una sorpresa, muestra a la banda inclinándose más hacia los sonidos de la banda y a Thayil coqueteando con el legado de George Harrison, en el que se adentrará aún más, más adelante. Mailman me parece extraordinaria, es lo más cercano que la banda llegaría a la suciedad de sus primeros discos. Un agradable regreso a lo más sudoroso del sonido original de Seattle. Lo único reprochable, es que Cornell no se empleara a fondo, como en los viejos tiempos.

El tema que da nombre al disco, no es algo que precisamente me entusiasme, no es de lo más representativo de la banda, aunque algunos así lo quieran pensar. En lo personal me recuerda más al sonido hard rock de los Pearl Jam. Head Down es uno de mis temas favoritos del disco. Parecería que a partir de éste tema, el disco toma una dirección más experimental, o tal vez el productor estuvo ausente. La psicodelia de los años iniciales de la banda vuelve a aparecer, aunque mejor enfocada. Black Hole Sun solo nos muestra al grupo completamente inmerso en el legado del George Harrison, en Dark Horse, de los 70s. Disfrutable más no trascendente.

La banda se acerca al sonido jungle de Bob Diddley en la estremecedora Spoonman, otra referencia podría ser el Magic Bus de los Who, aunque aquí la banda aparece en modo tribal y con líneas fluidas que me recuerdan algunos temas del Louder than Love. No diría que es el mejor tema del disco, pero si uno muy entretenido. Limo Wreck es otra joya, que bien pudo ser parte del sobresaliente Ultramega OK. The Day I Tried to Live es un excelente tema, la banda realmente encontrando un punto medio entre sus raíces y un sonido más maduro. Seguramente el más grande triunfo artístico contenido en éste disco, y tal vez su último gran tema. El punto más alto de la carrera de la banda.

Kickstand no es nada espectacular y solo sirve para recordar a algunos que el hardcore punk alguna vez fue parte integral del sonido de la banda. 4th of July es otro gran tema, pura oscuridad y un sonido reptante, casi post grunge, mostrando el camino de lo que seguiría después de Seattle, cercano a los Truly y tal vez una influencia importante para los Radiohead más adelante. Half es una pieza a cargo principalmente del bajista Ben Shepherd, que una vez más muestra que en éste punto la banda de hallaba obsesionada por George Harrison. El disco cerraría con la inusual She Likes Surprises, una extraña y obvia oda a los Janes Addiction, que sin duda serian uno de los faros que la banda seguiría a finales de los 80s.

Superunknown no es para mi el mejor disco de la banda, pero si me parece un disco de gran calidad. Parece increíble que siendo los Soundgarden una de las mejores bandas salidas de Seattley de las primeras, haya sido ampliamente superada en popularidad por otras que surgieron mucho después. El otro dato curioso es que los Melvins y los Mudhoney, contemporáneos de Soundgarden, se alejaron lo más posible en cuanto pudieron de Seattle, posiblemente los ayudó a eludir la popularidad y a conservar sus carreras impecables como hasta hoy en día. Tal vez Soundgarden seguiría haciendo música extraordinaria de hablar seguido esa ruta, a veces prefiero pensar que el Superunknown es un disco de otra banda, un buen disco, pero no de los Soundgarden.



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