Dentro de las Casas Ataúd: El Lado Oscuro del Sueño Hongkonés
Si pensabas que tu "depa" era pequeño. Piénsalo dos veces
En el vibrante y a menudo inalcanzable paisaje urbano de Hong Kong, un fenómeno habitacional inquietante se despliega en las sombras de los rascacielos y las avenidas bulliciosas. Los "coffin homes", conocidos en español como "casas ataúd", representan una cruda realidad para miles de residentes en esta de las ciudades más densamente pobladas del planeta. En un rincón de lujo y contraste, estos diminutos espacios revelan la dura lucha diaria de quienes los habitan.
Imagina un espacio que varía entre 1.5 y 9 metros cuadrados. ¿Cuánto espacio necesitas para vivir? Para muchos en Hong Kong, esta es la realidad de sus hogares. Los coffin homes, a menudo comparados en tamaño con un estacionamiento, ofrecen apenas lo suficiente para una cama y, si hay suerte, un pequeño rincón para una mesa o un estante. Cada centímetro cuenta en estas unidades, donde lo esencial—dormir, comer, y en algunos casos trabajar—se realiza en un entorno claustrofóbico.
Estos pequeños refugios están ubicados principalmente en distritos históricos como Sham Shui Po, Mong Kok y Kwun Tong. Estos barrios, antes industriales y ahora saturados de vida cotidiana, acogen a muchas familias trabajadoras y personas de ingresos bajos. Los edificios aquí, de varias décadas, han sido subdivididos en unidades aún más pequeñas, una medida que, aunque rentable para los propietarios, agrava las condiciones de vida de sus habitantes.
Al entrar en un coffin home, el espacio es tan reducido que la cama parece consumir todo el área, con apenas un resquicio para el movimiento. Las instalaciones básicas, como un mini refrigerador o una cocina eléctrica, son un lujo raro. Las duchas y los baños suelen estar compartidos, ubicados en pasillos comunes y utilizados por varios residentes.
Los ocupantes de estos hogares suelen ser trabajadores de bajos ingresos, ancianos, inmigrantes recientes, e incluso familias enteras. En una ciudad donde el costo promedio de la vivienda se encuentra entre los más altos del mundo, estas pequeñas unidades representan la única alternativa accesible para muchos. La mayoría trabaja en sectores como limpieza, seguridad o ventas, y el alquiler de estos espacios puede consumir hasta la mitad de sus ingresos mensuales.
El origen de los coffin homes se remonta a los años 50, cuando Hong Kong vio un aumento masivo de población debido a la migración desde China continental. En ese entonces, la infraestructura de vivienda no pudo seguir el ritmo del crecimiento poblacional, y las políticas restrictivas y la especulación inmobiliaria exacerbaron el problema. Las décadas siguientes solo agravaron esta situación.
La creación de estos espacios suele implicar una serie de prácticas ilegales. Los propietarios de edificios subdividen apartamentos grandes utilizando paneles de madera o metal, ignorando regulaciones de seguridad y salud. En ocasiones, las unidades se apilan verticalmente, creando estructuras semejantes a literas para maximizar el uso del espacio.
Aunque las condiciones son precarias, los costos de estos lugares no son bajos. Los residentes pagan entre 1,500 y 2,500 dólares de Hong Kong mensuales (aproximadamente 190 a 320 dólares estadounidenses), una suma considerable que puede alcanzar hasta el 50% del salario mensual de un trabajador de bajos ingresos. En comparación, un apartamento de un dormitorio estándar en Hong Kong puede costar más de 15,000 dólares de Hong Kong (cerca de 1,900 dólares estadounidenses) al mes.
La persistencia de los coffin homes plantea un dilema continuo en Hong Kong. Mientras algunos abogan por mejoras en las regulaciones y un aumento en la oferta de viviendas públicas, la demanda sigue superando ampliamente la oferta. Los coffin homes siguen siendo una realidad dolorosa para muchos, un reflejo agudo de la desigualdad en una de las ciudades más ricas del mundo.
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