La Pizzería de la Paranoia: Un Viaje al Corazón del Pánico Satánico



Vaya recuerdos que me trajo la película a la mente.

Recuerdo vívidamente un fragmento de mi infancia, uno que se niega a desvanecerse. Tenía entre 5 y 6 años y nos encontrábamos en McAllen, Texas. En un centro comercial de aquel entonces, mi padre me dejó solo en un restaurante que parecía sacado de otro mundo. Su decoración, un mosaico de los 70s y los 80s, estaba llena de curvas psicodélicas y colores cálidos como marrones, naranjas y verdes oliva. Era un lugar que, aunque no estaba saturado de neones, tenía un encanto peculiar. Esa tarde, probé mi primera pizza, servida en una triangular rebanada, acompañada de un refresco de naranja. Lo que realmente me desconcertó no fue la pizza ni el refresco, sino que mi padre me dejara solo en un lugar desconocido, en una ciudad y en un país que me eran ajenos.

En aquellos días, Estados Unidos estaba inmerso en un torbellino de paranoia conocido como el pánico satánico. La histeria colectiva, avivada por informes como el del libro Michelle Remembers, había desencadenado temores sobre cultos satánicos secuestrando niños para sacrificios. La narrativa del libro, que describía la recuperación de recuerdos de abusos rituales, se sumó a un caos donde los padres temían por la seguridad de sus hijos en las escuelas y en cualquier otro lugar.

Este clima de miedo se mezclaba con otras fantasías oscuras de la época, como el robo de niños por cultos satánicos, la influencia de juegos como Calabozos y Dragones, y la inquietante idea del adenocromo. Ahora, al mirar hacia atrás, la paranoia parece casi caricaturesca. Sin embargo, el impacto en la mentalidad colectiva era profundo. Esta misma atmósfera de ansiedad es capturada con maestría en la película Late Night With The Devil, una pieza cinematográfica que revive el pánico satánico de los 70s y 80s.

La película, dirigida por Colin y Cameron Cairnes, es un tributo inquietante a esa era. Nos transporta a una época en la que los programas de medianoche de la televisión estadounidense eran considerados portales hacia lo prohibido y lo sobrenatural. Similar a La Bruja de Blair, Late Night With The Devil utiliza un estilo de falso documental para capturar la esencia del miedo que predominaba en aquellos años.

Para quienes vivieron la fascinación y el terror de esa época, esta película es un espejo de los miedos que marcaron nuestra infancia. Representa una época en la que la paranoia y la especulación eran tan palpables que incluso el simple acto de comer una pizza podía parecer un acto de valentía. La historia de esa pizzería, combinada con el auge del pánico satánico, ofrece una perspectiva única sobre un período que ahora parece casi surrealista.

La cinta es más que un simple relato de terror; es una cápsula del tiempo que captura el espíritu de una era desquiciada. Late Night With The Devil es una fascinante inmersión en los miedos colectivos que definieron una década. Para quienes recuerdan los ecos de esa paranoia, la película ofrece una experiencia visceral que resuena con los temores y las fantasías que alguna vez dominaron nuestra realidad.

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