Smashing Pumpkins, Aghori Mhori Mei, 2014



Una banda decidida a no quedar en el pasado.

Smashing Pumpkins, banda legendaria de la llamada nación alternativa, emerge una vez más con Aghori Mhori Mei, su decimotercer álbum. Este disco no es solo música; es una declaración de intenciones, un grito desafiante contra el olvido que vale la pena atender.

Billy Corgan, el capitán de esta nave sonora, ha decidido alejarse de los excesos experimentales de ATUM para regresar a las raíces rockeras que catapultaron a la banda a la fama. Pero no nos equivoquemos, esto no es un simple viaje nostálgico. Es una evolución, un paso audaz hacia adelante que resuena con parte de la energía cruda de sus primeros días.

Desde el primer acorde de Edin, el álbum busca atraparnos con la fuerza de un torbellino. Los riffs pesados evocan el espíritu del stoner rock, transportándonos a un universo donde Black Sabbath y Smashing Pumpkins colisionan en una explosión sónica. Es un inicio para dejar a cualquiera sin aliento, ansioso por más.

Pentagram continúa el asalto auditivo, recordándonos por qué nos enamoramos de Smashing Pumpkins en primer lugar. El dramatismo característico de Corgan se entrelaza con melodías que resuenan buscando un lugar en el alma, creando una experiencia casi catártica, algo característico de la banda.

La batería de Jimmy Chamberlain es el corazón palpitante de este álbum. Cada golpe, cada redoble, es un testimonio de su maestría indiscutible. James Iha complementa con sus guitarras, aunque la presencia dominante de Corgan en la producción es innegable.

Sighommi y Pentecost muestran la versatilidad de la banda, alternando entre momentos de pura adrenalina y pasajes más contemplativos que recuerdan a Pink Floyd. Es un viaje musical que te mantiene al borde de tu asiento, nunca sabiendo qué esperar a continuación.

Lo más refrescante de Aghori Mhori Mei es la ausencia de pretensiones. Corgan ha optado por dejar que la música hable por sí misma, una estrategia que permite al oyente sumergirse completamente en la experiencia sin distracciones externas.

Este álbum no intenta recrear la magia de Siamese Dream o Mellon Collie. En su lugar, nos ofrece algo igualmente valioso: una banda en su mejor momento, negándose a ser relegada al pasado. War Dreams of Itself es un testimonio feroz de su determinación por mantenerse relevantes.

Aghori Mhori Mei merece ser escuchado a todo volumen, permitiendo que cada nota, cada matiz, nos envuelva por completo. Es una invitación a redescubrir a Smashing Pumpkins, a apreciar su evolución y a maravillarse con la persistencia e insistencia de temas como Sicarus, que siguen manteniendo al universo de los Smashing Pumpkins en movimiento.


Comments

Popular Posts