Las Trampas del EGO en Bolivia
Las Trampas del EGO en Bolivia
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
Por cuarta ocasión consecutiva, el presidente Evo Morales se
presenta como candidato a la presidencia de Bolivia, al frente del partido MAS
(Movimiento al Socialismo), para Evo, pareciera que el poder se ha vuelto su
prioridad antes que cualquier proyecto de gobierno, y al tiempo que su
popularidad comienza a reducirse, evidenciado el claro populismo que ha usado
para mantenerse en el poder, por primera vez desde el 2006 empiezan a surgir
dudas sobre la permanencia del mandatario al frente del país luego de las
elecciones del 2019, la caída de sus contemporáneos de la llamada “ola rosa”,
los Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador, Lula y Dilma en Brasil, además de
los fracasos democráticos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela y de
Daniel Ortega en Nicaragua, al igual que en Uruguay, pareciera que los tiempos
empiezan a cambiar, la demanda por un gobierno más pragmático, menos populista
y demagógico comienza a convertirse en un clamor popular, claro, el gobierno de
Evo ha conseguido notables porcentajes de crecimiento en el país montados en el
auge de las materias primas, pero ante un panorama de dura caída en la demanda
y por consecuencia en los precios de éstas, se antoja difícil que Evo pueda
mantener el crecimiento de manera sostenida en años por venir, una señal
alarmante para Evo sin duda ha sido el reciente refrendo o consulta en el que a
diferencia de años anteriores su popularidad se encuentra disminuida y el
resultado le ha sido desfavorable, como en muchos gobiernos autoritarios, sus
números caen en las grandes urbes y se sostienen gracias al “gran apoyo” en zonas
rurales, en las cuales la oposición no tiene manera de vigilar que éstas
consultas se realicen de manera adecuada.
Para el 2019 Evo no debería estar contemplando su
candidatura nuevamente de acuerdo a la constitución, pero a través de un
argumento que se antoja polémico, Evo alegó a su favor que la exclusión
lesionaba sus “derechos humanos”, en un claro intento de manipular nuevamente
la democracia a lo que el Tribunal Parlamentario con mayoría del partido de Evo
concedió, aunque ésta vez, a diferencia de ocasiones anteriores, el recurso ha
erosionado fuertemente la imagen de Evo y ha creado inconformidad en el país,
que comienza lentamente ha darse cuenta de la sed de poder y culto hacia su
persona del que Evo ha hecho una forma de gobierno, convirtiéndose en
protagonista absoluto de la política nacional y llegando a extremos absurdos
como la creación de un museo con un costo de más de 7 millones de dólares dedicado
a la “vida del mandatario”, el absurdo sigue persiguiendo a Evo, quien tras su
primer período cambió el nombre del país, y que alegaría al buscar la
reelección que “Bolivia ya no era Bolivia, sino otro país”, ahora que el último
referendo no le favorece, ha alegado que el referendo no es vinculante y que no
debe ser impedimento para la postulación, y que cualquier impedimento contraviene
al constitución que señala que “todo el mundo tiene derecho a aspirar a cargos
públicos”, cada vez cayendo en argumentos más ridículos para no ceder el poder.
A medida que los argumentos y la popularidad se escapen de
las manos de “Ego” Morales, sus métodos se irán volviendo, como en el caso de Hugo Chávez en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua, cada vez más agresivo y represivos, la popularidad fue la base
de sus primeros períodos, sumados a el “boom” de los precios de las materias
primas, ahora que ambos factores van en picada, aún es posible que Evo gane los
comicios del 2019, pero no es garantía que su próximo período sea uno exitoso,
lo que se pronostica es una fuerte resistencia por parte de la oposición que se
sume al reclamo de la sociedad obras de más relevancia para el país y menos
para el ego del mandatario, los subsidios que han hecho popular al mandatario
empezarán a comprometer fuertemente la economía de Bolivia al perder el
respaldo de los precios de las materias primas, cada vez más disminuidos en
América Latina, dejando claro que el encantamiento de Evo en Bolivia y en el
resto del continente empezará a menguarse lentamente y poco a poco iremos
viendo cada vez más claro el talante autoritario de éste mandatario que ha
abusado de la constitución, de la democracia y del poder en éste país
Latinoamericano.
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