Sueños y Pesadillas
Sueños y Pesadillas
Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina
En mi infancia como muchos niños, tenía un enorme miedo a
las inyecciones, ver una aguja era algo terrorífico para mí, la primera vez que
me extrajeron sangre durante mi adolescencia, estaba tan aterrado que inconscientemente
provocaba que muy poca sangre saliera de mi brazo, de alguna manera la lógica y
la curiosidad, me hicieron perder ese miedo, la lógica de poder con una sola
inyección acabar con mi malestar y no sufrir un padecimiento incomodo por días,
además de la curiosidad que siempre he sentido por temas como la biología o la
medicina que desarrollaron una fascinación en mi por ver como salía la sangre
de mi brazo a través de un delgado tubo de plástico, pero no todo se resolvía
ahí, alguna vez necesitamos unas pruebas de sangre de uno de mis hijos cuando
aún no cumplía ni un año de vida, ver como enfermera tras enfermera fracasaba
en extraer sangre de mi bebe, usando la aguja varias veces fue un proceso
doloroso, ciertos análisis para encontrar la causa de muchos de nuestros
padecimientos requieren una cantidad considerable de sangre mientras que algunos
otros exámenes como los del azúcar o los del colesterol pueden realizarse con
sólo algunas gotas, así que el potencial de aliviar el doloroso “tramite” de
extraer una cantidad considerable de sangre y usar solamente unas cuantas gotas
de ésta para numerosos análisis y exámenes con el fin de prevenir la evolución
de ciertos padecimientos debió ser una oportunidad de negocio enorme, que en su
momento Elizabeth Holmes debió concebir, un aparato de alta tecnología capaz de
realizar numerosos análisis con sólo unas cuantas gotas de sangre, puesto al
alcance del consumidor a un precio accesible debió ser algo tan tentador que la
gran cadena de farmacias Walgreens no pudo resistir, tenía que ser suyo aquel
aparato antes que de cualquier otro de sus competidores lo tuviera, sin duda la
ambición les ganó y los cegó, así que apostó fuertemente a Holmes y fue así
como Theranos (que llegaría a estar valuada en 10 billones de dólares) nació en
EEUU y se convirtió en una empresa tecnológica “milagro” y su directora, Holmes,
llegaría a ser nombrada la próxima “Steve Jobs” a partir de su revolucionario
descubrimiento a tan temprana edad (apenas en sus 20s), convirtiéndose en la
millonaria auto creada, más joven de la historia, amasando una considerable fortuna
en base a inversiones realizadas a su empresa.
La clave del éxito de Holmes, se debió en gran parte a que su
“historia” tenía un atractivo que de inmediato rivalizaba con las de Bill
Gates, Steve Jobs, Elon Musk o Mark Zuckerberg, tal vez por ello logró capturar
de manera casi hipnótica la atención de muchos inversionistas y personajes de
renombre como el mismo Henry Kissinger o George Schultz, que vieron en el “descubrimiento”
de Holmes la manera de llevar la salud a todos los hogares a muy bajo costo,
una revolución médica que se enfocaba en la medicina preventiva, en entrevistas
Holmes narraba su admiración desde la infancia por personajes como Edison o
Tesla (llamaría a su “revolucionario” aparato “Edison”, diseñado con una
tecnología secreta para ser un “laboratorio en un chip”), su deseo de construir
una maquina del tiempo, pero no una ficticia como muchos hemos hecho de niños,
sino una real, después, relata la historia de un pariente que murió de un cáncer
detectado tardíamente y que se convirtió en la inspiración para su temprana vocación
por encontrar una manera de detectar éste y otros padecimientos de manera
práctica y accesible, lo que le llevaría a iniciar su propia empresa a los 19 años
de edad aún como estudiante de Stanford, utilizando sus ahorros y dinero
aportado por sus familiares, Holmes relata como sin grandes conocimientos de
biología, tecnología o medicina pudo convencer a uno de sus maestros, un ingeniero
químico, para que la apoyara en su emprendimiento, abandonando la universidad
para dedicarse a éste de tiempo completo, claro, suena como el tipo de historia
que Bill Gates, o Steve Jobs quisieran o podrían contar, no es sorpresa que
Holmes cautivara a más de uno y los convenciera de embarcarse con ella en su
aventura, al final, ese podría ser el talento más grande de Holmes, inspirar y
convencer a otros de su revolucionaria idea, en la misma forma en que Gates o
Musk hicieron en su época, Holmes no podría ser considerada una embaucadora
profesional con un fraude fraguado a sus 19 años, el sueño y la visión de Holmes
sin duda fue uno real, y Theranos sería el medio para alcanzarlo, muchas veces
hemos visto como Elon Musk ha tropezado duramente en el camino por alcanzar su
visión, lo hemos visto caminar por esa delgada línea que delimita a los grandes
visionarios de los grandes defraudadores, y sin embrago ha podido salir bien librado
tras algunos descalabros, su sueño de llegar a Marte o de los viajes a
velocidades sorprendentes sigue en pie, en el caso de Holmes la realidad
estrujó su sueño, los diminutos aparatos Edison no probaron ser más efectivos
que los viejos métodos de análisis, pero Holmes no cesó, buscó más financiamiento
y replanteó su estrategia, después, cuando buscó enfocarse en los laboratorios
como su nuevo mercado, su idea nuevamente se estrelló, Holmes al igual que Gates
o Musk trató de estirar la verdad al extremo, incluso al grado de distorsionar
la realidad, pero no pudo salir adelante y Theranos se vino abajo, tal vez el
gran error de Holmes fue no admitir que su sueño se había vuelto inalcanzable,
y la falta de auto crítica y de transparencia la llevó a crear una enrome “bola
de nieve” que terminó por arrollarla en medio de millonarias acusaciones de
fraude, su sueño se había convertido en una pesadilla, su hermoso cuento de superación
se había convertido en una historia de terror con graves consecuencias legales.
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