Lightning Bolt, Sonic Citadel, 2019
Lightning Bolt, Sonic Citadel, 2019
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Si los Can, Philip Glass y Slayer, pudiesen algún día
reunirse en un idílico jam dentro de mi mente, el resultado sería seguramente
muy parecido a escuchar a los Lightninig Bolt, otra de esas fabulosas bandas
estadounidenses que consiguen sonar como nadie más en el mundo, ok, tal vez un
poco a algunas atléticas bandas japonesas de lo que yo suelo llamar Japanoise,
aunque si los japoneses suenan "atléticos", los LB abusaron en
demasía de los esteroides anabólicos, ya que no sólo alcanzan los niveles de
dinamismo radical de los nipón, también los rebasan en cuanto a la densidad del
sonido.
No podría decir que Sonic Citadel es el mejor disco que han
editado los LB, pero si me atrevería a decir que es el más diverso de su
carrera y que la banda se ha arriesgado mucho en lo que pareciera la antesala a
algo desconocido pero bastante estimulante, empezando por Blow to the Head que
podría parecer justamente eso, un golpe a la cabeza (o ambos miembros de la
banda dándonos al unísono en la cabeza, con sus instrumentos tocados de manera
feroz), aunque también me recuerda en cierta forma un viejo tema de Blondie y
el Mother Sky de los Can, hasta aquí los LB nos demuestran que sónicamente no
han perdido nada de su brutal ataque sonoro, aunque a nivel producción hay algo que los termina
dejando un poco unidimensionales en éste tema en particular.
Para Usa is a Psycho, el trabajo en el bajo de Brian Gibson
sigue maravillándonos con su capacidad de mantener el ritmo, y a la vez introduciendo
línea de melodía que me recuerdan a un Cliff Burton en sus épocas de gloria con
Metallica, con un bajo tan furioso como la guitarra más rabiosa que hayamos
escuchado, consiguiendo por momentos convertirse en toda una “pared de sonido”,
permitiendo al otro Brian, Chippendale, soltarse por completo en el tema, manteniendo
un ritmo permanente a la par de sus maniáticas vocales puestas de inmediato en
función del tema, perfectamente empleadas en la demoledora y precisa Air Conditioning,
hasta el momento, uno de los mejores temas del disco, con los feroces ladridos
del bajo de Gibson y las baterías hardcore de Chippendale, en un ejercicio que
nos recuerda simplemente lo mejor de los LB.
Hüsker Dönt es casi espectacular, con la batería de Chippendale
a todo galope, atronadora y brutal, la banda atreviéndose a jugar con una infecciosa
melodía revelada poco a poco, hasta aquí la banda poniendo de manifiesto uno de
sus más grandes talentos, la capacidad de manejar al parejo la brutalidad del
hardcore y un insólito oído para el pop, que sin duda tendrá a más de un
escucha intrigado y que sea la razón por la cual los LB son una de las bandas
más populares a pesar de lo poco accesible de su propuesta musical, pero más
que una banda de metal extremo, los LB son reconocidos por su maniática operación
musical, como en Big Banger, que precisamente suena a que hará reventar algo,
nuestra cabeza posiblemente, con el trabajo Thrash Metal de Gibson y las
baterías de Chippendale que podrían sonar más cercanas a los trabajos de gente
como Magma o a Sun Ra.
Y si de sorpresas se trata, ahí está el sorprendente rango
manejado por el dúo en la espectacular Halloween 3, que no parece precisamente
un tema que los Misfits o que John Carpenter pudieran utilizar cierto día de
finales de octubre, pero aún así contiene algunos tonos siniestros por ahí, o
también hay que considerar Don Henley in the Park, con la banda realmente rompiendo
paradigmas, aunque aún sin la claridad suficiente para hacerlos funcionar en un
contexto más pop, sonando más como una bizarra mezcla de los Slayer y Philip
Glass en un tema por demás extraordinario como Tom Thump.
Bouncy House es otro tema destacable, sonando mucho a los viejos
LB, sumamente flexibles y osados a ejecutar impresionantes cambios de ritmo en
cuestión de segundos, sumamente cohesionados y poseedores de una telepatía
entre ambos, que sin duda los ha convertido en toda una atracción no sólo
sonora, también visual, con temas sumamente adictivos como All Insane, que casi
suena a rock clásico, o la imparable Van Halen 2049, con su despliegue
instrumental llevado a los extremos de los bizarro, la banda apuntando
fuertemente a algo abstracto, a Pollock o a Rothko quizá, salvajes y a la vez
imposibles de clasificar, abrazados fuertemente a una estética que desafía
todas las líneas convencionales, cabe señalar que Sonic Citadel dista mucho de
ser uno de los mejores discos de los LB, tiene momentos memorables, pero
también la banda suena un tanto faltos de enfoque, aún así, no dejan de ser
todo un espectáculo.
WTF???!!!
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