Lee Ranaldo-Between The Tmes & The Tides

De inicio Waiting On A Dream inicia con una secuencia un tanto onírica, y después una línea de bajo que nos transporta directamente (y descaradamente al tema de Peter Gunn), y después se desvía a otras cosas, a un ritmo más parecido al krautrock que inspiraba las primeras aventuras de R.E.M. (R.E.M.? krautrock? Si claro, porque creen que los de Atenas, Georgia tomaron a Mitch Eastern como productor de sus primeras andanzas?, Eastern entre otras cosas fue líder de Lets´s Active, banda que cultivaba el culto al kraut), con un Ranaldo sonando sospechosamente parecido a Stipe, pero no desmayen, que esperaban? Por lo general Ranaldo ha sabido cultivar una línea bastante estética y mesurada entre ritmos vanguardistas y el pop, porque no tomar a los R.E.M., como una fuerte referencia para este Between The Times & The Tides, las guitarras, de inmediato se van al jangle pop que ya le conocemos a la banda de Stipe y compañía, heredadas directamente de bandas como The byrds, mientras que el ritmo, mecánico, como latir de corazón se va directo a la otra gran influencia de los R.E.M. los Velvet Underground.

Ranaldo sufre y a la vez goza un estatus similar al que tenía George Harrison en los Beatles, por un lado es fácil ignorarlo ante la presencia de Kim Gordon y Thurston Moore, después de todo ya saben, la enorme personalidad de Gordon y la siempre existente presencia del inquieto Moore en la escena independiente, pero lo que podría ser una desgracia para muchos, para Ranaldo resulta una bendición y es que, como es de esperarse, podríamos estar deseando que este disco sonara a Sonic Youth, tenemos la certeza de que no sonará como uno de los discos de Thurston Moore o a los experimentos de Gordon con las Free Kitten.

Between The Tmes & The Tides es un disco introspectivo, que invita a la reflexión, que se aleja del torbellino sónico de los Sonic “ya no tan”Youth, y que nos transporta un poco a esa bizarra rebanada de folclore estadohundidense que ya alguna vez hemos conocido, Xtina As I Knew Her nuevamente nos remite a los R.E.M, y la voz de Ranaldo hace muy, muy poco por evitar estas comparaciones, y las guitarras parecieran seguir un equilibrio acústico-eléctrico, que no hace otra cosa que confirmar lo ya mencionado, pero ojo, no es para echar por la borda el esfuerzo de Ranaldo y mejor irnos a conseguir el más reciente disco de Stipe y compañía, Between The Tmes & The Tides no hace otra cosa que confirmarnos que Ranaldo no da paso a tras, y que producción tras producción, tema tras tema se va consolidando como un excelente compositor de pop, que sin duda alguna, siempre estará disponible a sorprendernos.

Angles se acerca bastante a aquellos ritmos inquietos y adictivos del Goo, cuando los SY aprendían a convivir con el mainstream, unas guitarras que brillan y rechinan con peculiar gusto (a cargo del mismo Ranaldo y de Nels Cline!!!) y esa batería que suena más como un latido que como un marca pasos (cortesía de su camarada en SY Steve Shelley), y después nos lleva en una desviación inaudita directo a las tripas del corazón de los Estamos Hundidos de América con Hammer Blows, que puede tomar nuestro corazón y tratar de hacerlo tiritas con estas melodía desnuda e intima, acercándose a Neil Young o a los Byrds (escuchen Tomorrow Never Comes, que referencia fuertemente lo mismo a los Beatles que a los Byrds de una manera sobresaliente), para después al más puro estilo Young meter un cuchillo filoso, vía sus seis cuerdas a través de nuestra piel, Fire Island sigue la misma línea de Neil Young, sólo que esta vez en su fase eléctrica, cuanto debió disfrutar y aprender Ranadlo en esas giras de los SY con Neil Young, pues bien, aquí se ponen de manifiesto, con unos pasajes increíbles, lentos y encantadores que lo acercan inclusive a la sutil belleza de unos CSNY, todo un viaje desde la escena noise al folk rock, si señor, Ranaldo va enterrando su pasado anárquico eléctrico y empieza a sacar el corazón, y para no abandonar tanto a los fans de SY, la termina en un plan demoledor.

Lost (Plane T Nice) es precisamente el Ranaldo que rockea duro con los SY, cuidosamente esta pieza es la que menos me resulta sorprendente del disco, ahí la desgracia de ser Ranaldo de SY, y que provoca que cuando es el mismo, no nos cause sorpresa.

Un disco para disfrutarse en una noche oscura y fresca, pasada la lluvia, para sentirnos nostálgicos, pero sin querer tirarnos al piso, sólo para dolernos un poquito del día, Ranaldo se convierte en un bastante agradecido bálsamo, nada de aquí nos hará estremecernos con una descarga eléctrica, pero si nos dará un pequeño buen apretón de corazón.

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