Happiness is a Warm Gun, for some…

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En algo que ya raya en el surrealismo de un libro de Gogol o de una película de Luis Buñuel, las llamadas autodefensas continúan su avance por el estado de Michoacán, dónde al parecer el ejército ha dejado en sus “manos” la seguridad del estado, tristemente rebasados tanto el gobierno local, como federal, es ahora “el pueblo” el encargado de defenderse a ellos mismos, ¿Pero, se habrá tomado el gobierno la molestia de investigar quienes son las llamadas “autodefensas” y Porque varios de los “cabecillas” son personas relacionada con el tráfico local de drogas? 

La historia pareciera decirnos que Michoacán es in estado fuera de las manos del gobierno, con agricultores y traficantes de mariguana locales que se organizaron para defender “su negocio” de las invasiones de los zetas y de los nuevos negocios de los llamados templarios, como la extorsión o el secuestro, es decir: “Que otros no vengan a hacer, lo que nosotros ya hacíamos muchos años antes”, empuñando armas que muchas veces deberían estar solamente en poder del ejército, me hacen pensar que la idea de ver al pueblo armado es la loca extensión de la industria del miedo y la seguridad, ¿Cuántas empresas han florecido en el tema de la seguridad? Guardias privados que se encargan de resguardar colonias, casas, negocios, calles y personas, ¿No son estás también una suerte de autodefensas? Lo preocupantes aquí, es que muchas de estas personas ni siquiera están capacitadas en tácticas de protección, pero el gobierno ha hecho oídos sordos a esto y a las regulaciones de estos negocios, a fin de cuentas están “creando” empleos, no dudo que en un futuro no muy lejano estemos como nuestros vecinos del norte, armados hasta los dientes y atrincherados en nuestras casas, el miedo, al igual que el sexo vende y vende mucho, ¿Será que ya se dieron cuenta lo lucrativo que es el mercado de las armas en el vecino país y ahora quieren explotarlo? ¡Cuidado!, porque ante tanta inseguridad, cualquiera armado y lleno de miedo no vacilará en disparar a una sombra a mitad de la noche que se aproxima a su hogar o a su auto, ¿Se imaginan las partes participantes en un accidente automovilístico, molestas ya armadas? ¿Queremos que una de estas armas termine en manos de un niño que la lleva a la escuela? Tenemos problemas de bullying, ¿Quién dice que no estemos poniendo sobre la mesa todos los elementos para una volátil mezcla?

Urge que el gobierno ponga manos a la obra, que sea el estado y por ello me refiero al gobierno que se pongan a trabajar, que se encarguen verdaderamente de darnos la seguridad que como ciudadanos honestos merecemos, déjense de autodefensas, de guardaespaldas, de agencias de seguridad privadas, los únicos encargados de proveedor seguridad es el estado, y si no lo están haciendo esto se vuelve un estado fallido, seguridad en cada rincón del país, seguridad urgentemente en Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Morelos y otros estados con graves problemas de esta índole, desarmar a la población civil es prioridad, la población civil no debe usar este tipo de armas, se habla mucho de las cifras de muertos en el sexenio del Calderón ¿Pero porque no nos dicen que porcentaje de estos eran traficantes, secuestradores, asaltantes, etc? Si, eran civiles, pero dedicados a actividades criminales, y la verdad, mejor que ya no estén entre nosotros, ya que ni en las cárceles es capaz el gobierno de mantenerlos, y aunque así fuera, ¿Por qué mantenerlos como reyes con nuestros impuestos mientras ellos nos extorsionan desde los mismos penales por teléfonos celulares?  

El gobierno se debe poner a trabajar, es un trabajo duro, extenso, complejo, arriesgado y retador, sí, pero las autoridades hicieron muchas promesas durante sus campañas y es tiempo de que las cumplan, es tiempo que las guerras civiles termine y que las armas queden lejos de la población, que regresemos al estado de derecho y que los criminales sean confinados y los pongan a trabajar en beneficio de la sociedad a la que han ofendido y no que sean los civiles honestos los que trabajen para ellos.

Fuera las armas de la vida civil, que actúe el estado y que nos de la seguridad que tanto ha reclamado el pueblo por ya casi más de 7 años, que las calles vuelvan a ser seguras y que los niños y niñas puedan volver a jugar a ellas, hay que poner fin a la guerra y resolver esto con fuerza e inteligencia.