¿De Guatemala a Guatemejor? Ojalá
¿De Guatemala a
Guatemejor? Ojalá
“Guatemala está dando a México un ejemplo de cómo la apertura y las
instituciones fuertes son dos de los mejores aliados de un país, para creer en
la democracia.”
Erreh Svaia
Por: Lorenzo Meyer
Tomado de: El Norte
Increíble
Un general y Presidente ve cómo su vicepresidenta y
cercanísima colaboradora es encarcelada por corrupción y acto seguido él mismo
es despojado de su fuero por el Congreso y acusado de encabezar una enorme
estructura de corrupción. Acto seguido, la justicia le niega el amparo que
solicitó y finalmente se ve obligado a renunciar para enfrentar los cargos y
ser testigo de la celebración popular de su caída. Lo anterior, que pareciera
trama de una obra de ficción, es lo que ha ocurrido en Guatemala. Por la
vecindad y, sobre todo, por las causas y desarrollo del inédito episodio, los
mexicanos debemos conocer y seguir lo que está ocurriendo al sur del Suchiate.
Ejemplo
El "caso Guatemala" encierra lecciones sobre cómo
enfrentar dos grandes problemas: la corrupción y la impunidad. Sin embargo, ese
ejemplo no es fácil de seguir debido a sus peculiaridades. La primera surge de
una gran tragedia: las fuerzas e instituciones que llevaron al sorpresivo
desenlace surgieron por la necesidad de restañar las heridas de una terrible guerra
civil.
Entre 1945 y 1954, bajo los gobiernos reformistas de Juan
José Arévalo y Jacobo Árbenz, Guatemala intentó poner al día sus estructuras
sociales. Desafortunadamente la Guerra Fría cortó de tajo ese proceso y en
1954, con el abierto apoyo de Washington, se inició una larga cadena de
gobiernos militares y reaccionarios que entre 1960 y 1996 llevaron al país a
una guerra interna brutal y prolongada. La cifra global de
"desaparecidos" en ese conflicto ronda en los 200 mil (véase lo publicado
por la "Comisión para el Esclarecimiento Histórico" de Guatemala).
Una de las consecuencias de los acuerdos de paz en Guatemala
fue el surgimiento y permanencia de numerosas organizaciones civiles y una
disposición de la sociedad a movilizarse para exigir cuentas a los responsables
de los inconcebibles crímenes del pasado -de ahí el juicio al ex Presidente
Ríos Montt- y actuar contra la corrupción encarnada por el ex Presidente Otto
Pérez Molina y su ex vicepresidenta, sospechosos de estar envueltos en esquemas
de corrupción en aeropuertos, puertos, aduanas, contratos de obra pública y
compra de medicamentos para instituciones públicas y de beneficiarse de
programas contra la pobreza. No deja de llamar la atención que la ex
vicepresidenta manejara una oficina contra la corrupción que en realidad servía
para atacar a la oposición e intimidar a otros.
Una investigación a la vicepresidenta desembocó en la
necesidad de llegar a la cabeza de la organización criminal llamada "La
Línea" y que resultó ser el propio Presidente.
El Factor Peculiar
Un elemento vital en la lucha de Guatemala contra su
corrupción y ausente en México y en otros países con problemas similares es el
factor externo. Históricamente, en Guatemala ese factor ha sido el
norteamericano, pero ahora es otro, diferente y benéfico: la Comisión
Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG). La existencia de la
CICIG implica una sesión temporal de soberanía de Guatemala, pero con un
objetivo político y moral absolutamente legítimo: el combate a la corrupción y
la impunidad.
Hoy a la CICIG la encabeza un juez colombiano, Iván
Velásquez, a quien en su propio país se le impidió perseguir a funcionarios
corruptos (El País, 4 de septiembre). La CICIG fue creada por un acuerdo entre
Naciones Unidas y el Gobierno de Guatemala en 2007, legitimado por la Corte de
Constitucionalidad y ratificado por el Congreso.
El mandato del organismo de la ONU implantado en el corazón
jurídico y político de Guatemala fue colaborar con el Ministerio Público y con
la policía para castigar los crímenes del pasado y actuar contra las
estructuras de corrupción. Su acción ya fue decisiva para castigar a otro ex
Presidente, Alfonso Portillo, pero más espectacular ha sido su papel actual:
acompañar al Ministerio Público de Guatemala -encabezado por la fiscal Thelma
Aldana- para desvelar y destruir la trama de "La Línea".
Coyuntura Espectacular
La caída del Presidente de Guatemala es resultado de la
combinación de una sociedad cansada de los abusos de su clase política y que
optó por tomar las calles durante cuatro meses para exigir la renuncia del
Presidente, de la entereza de la fiscal general, el profesionalismo de la
CICIG, la cercanía de las elecciones, la negativa de varios ministros a
continuar en sus puestos y el abandono del barco que se hundía por los
empresarios y los diputados del partido del Presidente.
La Buena y la Mala Noticia
Para los mexicanos la buena nueva que llega de Guatemala es
que sí se puede destituir y llevar ante la justicia a los gobernantes
corruptos. La mala es que para lograrlo se necesita una sociedad dispuesta a
movilizarse e instituciones anticorrupción realmente autónomas y conscientes de
su deber. Ninguna de estas dos condiciones se dan hoy en México.
¿Cómo Concluirá?
El final de las primaveras árabes obliga a ser cauto frente
a triunfos como el actual de la sociedad guatemalteca. El triunfo aún debe
consolidarse e institucionalizar la rendición de cuentas. Sólo entonces el
avance democrático será definitivo. Ojalá se logre, pues ninguno de los dos
candidatos en la elección presidencial de octubre pareciera estar a la altura
de la ocasión.
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