Los Discos de Rick Rubin

 


Los Discos de Rick Rubin

Por: Rock N Roll Animal

Rick Rubin me recuerda mucho a Alan Moore, el célebre autor (quizá el mejor que existe) de novelas gráficas como The Watchmen (nombrada por muchos, la mejor novela gráfica de la historia), V for Vendetta, The League of Extraordinary Gentlemen y From Hell, entre otras, ambos llevan una muy espesa barba y tienen una mirada penetrante, eso además de la mística que les suele rodear, uno incluso podría confundirlos un poco con Charles Manson, o con Joaquín Phoenix cuando realizó aquella alucinante farsa llamada I´m Still Here, la gran diferencia es que Rubin no es ni escritor, ni actor, es productor de discos, y a él debo algunos de mis discos favoritos de los 80s, como el Raising Hell de los Run DMC, el Reign In Blood de los Slayer, el Licensed to Ill de los Beastie Boys, el Electric de The Cult, el It Takes a Nation of Millions to Hold Us Back de los Public Enemy y el debut de Danizg, todos ellos producidos entre 1986 y 1988, adicional a esto, cabe mencionar que gracias  Rubin bandas como Aerosmith pudieron regresar a los escenarios, gracias a la fusión entre rock y hip hop surgida de reunir a Steven Tyler y a Joe Perry con los Run DMC, los Red Hot Chilli Peppers salieron del “underground” con su mejor disco, el Blood Sugar Sex Magik, y por si fuera poco, trajo de vuelta a Johnny Cash a los escenarios con sus discos American Recordings y a Black Sabbath con el disco 13.

En los 80s, Rick Rubin fue uno de los pioneros en acercar el mundo del rock n roll y el mundo del hip hop, al trabajar con bandas como Slayer y The Cult, los Beastie Boys y Run DMC, Rubin estaba listo para poder fusionar ambos géneros, como quedaría patente en discos de Run DMC y los Beastie Boys que incluirían guitarras feroces, intensas voces y ritmos duros, con el remake de Walk This Way, original de los Aerosmith, Rubin dejaba patente la posibilidad de que ambos géneros pudieran funcionar como uno sólo,  abriendo la oportunidad para bandas como Faith No More y Rage Against the Machine, que usarían aquellas bases para lanzar sus carreras, no sería casualidad que los Red Hot Chilli Peppers, pioneros en las fusión del rock, con el funk y el hip hop, grabaran sus mejores discos junto a Rick, pocos como él, podrían entender tan profundamente los mundos del rock n roll y del hip hop.

Pero para Rubin, el rock n roll era el ritmo más cercano a su corazón, en el hip hop había encontrado ese sentido fundamental del ritmo, no por nada, su banda favorita eran los AC/DC, una banda cuya principal fortaleza yace en el sólido ritmo de la batería de Phil Rudd, para Rubin, la sección rítmica de los AC/DC y sus guitarras descarnadamente blueseras podrían ser la base para la mejor banda de la historia, o el mejor disco de rock del mundo, adicional a ello, soñaba con poder incluir a un vocalista que pudiera transitar en los territorios de un Elvis Presley y uno de sus más grandes fans, Robert Plant, algo nada sencillo, pero que durante su breve alianza con los The Cult, específicamente durante las grabaciones del disco Electric, Rubin vería su sueño casi materializado, luego de convencer a la banda inglesa de dejar el enigmático post punk de sus inicios y transformarse en una banda de hard rock, lista para las grandes masas.

Después del Electric (y luego de jugar un poco con el heavy metal, produciendo a los Wolfsbane, una extraña mezcla entre Iron Maiden y Van Halen, no por nada, Blazer Bayley, vocalista de la banda terminaría al frente de los Iron Maiden en unos años), Rubin centró su atención en el proyecto en un veterano de la música punk rock, los Samhain de Glen Danzig, aunque Rubin no estaba del todo interesado en la banda como un todo, sabía que Glenn podía ser el tipo de vocalista para su banda ideal, una con las guitarras de AC/DC y las vocales de Presley, pero los Samhain no eran esa banda, por ello, Rubin insistió a Danzig formar una nueva banda, así, el sonido de esa nueva banda, conocida como Danzig, llevaría el sello de Rubin, un sonido casi desnudo, basado en el ritmo persistente de la batería, riffs de guitarra blues y las vocales de Glenn, el sonido resultaría innovador (Twist of Cain bien podría ser Elvis con los AC/DC), y pudiéramos inferir que muy cercano a la banda de los “sueños” de Rubin, aunque para muchos amantes del heavy metal y del punk rock, escuchar a Glenn Danzig con un sonido tan básico resultaba un tanto confuso, pero que presentaría a la banda ante nuevas audiencias.

Más tarde Rubin y Danzig partirían en caminos separados, Glenn llevando a su banda a terrenos más experimentales y Rubin con la gran oportunidad de producir a su adorada banda para el disco Ballbreaker de 1995, algo que no resultó una experiencia positiva, considerando que tanto Rubin, como el principal compositor de los AC/DC, el guitarrista Malcolm Young no pudieron llevar una buena relación, al tiempo que Rubin supervisaba otro difícil proyecto al mismo tiempo, el disco One Hot Minute de los Red Hot Chilli Peppers, disco que también resultaría controversial tras la integración del guitarrista Dave Navarro de los Jane´s Addiction a la banda, algo no tan bien recibido por los seguidores del grupo, además de que el disco resultaría algo muy diferente al anterior de la banda.

Al final, Ballbreaker no sería un disco malo, con los AC/DC eso resultaría imposible, no había canciones malas, pero tampoco unas realmente memorables, y cabe destacar que Rubin había podido rescatar el sonido clásico de la banda, gracias al regreso de Phil Rudd, con los Chilli Peppers el resultado no sería el mismo, One Hot Minute, por su naturaleza sombría e intensamente agresiva, no sería recibido de buena manera por los fans del grupo y Navarro pronto dejaría la banda, al tiempo que Rubin partiría a nuevos proyectos, aunque posiblemente sin la misma mística de los 80s y parte de los 90s, fungiendo más como un "gurú", produciendo discos para bandas que tratan de "recuperar su esencia", como Metallica, ZZ Top, Black Sabbath, Santana y los Strokes, aunque con resultados interesantes, más no memorables.  


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