Fishbone: Genes mutantes que infectaron al rock alternativo desde las sombras



Fishbone naci贸 pr谩cticamente con los a帽os 80. Pero su m煤sica, lejos de diluirse en la marea comercial, se incrust贸 como una espina brillante en el coraz贸n del underground. Junto a bandas como King's X y Prong, formaron parte de ese linaje extra帽o: los que nunca conquistaron la cima, pero terminaron sosteni茅ndola desde abajo. Su influencia fue el cimiento secreto de lo que despu茅s se conocer铆a como la explosi贸n alternativa de los 90.

El linaje de Fishbone no se improvisa. En su ADN est谩n incrustados The Clash, Curtis Mayfield, Parliament Funkadelic, The Specials y, por supuesto, los imbatibles Bad Brains. De ah铆 viene su caos medido, su energ铆a at贸mica, su habilidad para colapsar g茅neros y renacer entre los escombros. Padres indiscutibles de la fusi贸n de g茅neros que cobr贸 fama en los 90.

No es casualidad que Red Hot Chili Peppers, Jane’s Addiction, Living Colour, No Doubt, Mr. Bungle, The Aquabats, Primus y Faith No More —todos ellos alquimistas del sonido— los nombren como referencia directa. Fishbone no hace m煤sica: desata tormentas. Su sonido es una mezcla radioactiva de funk, rock, ska, punk, soul, reggae y heavy metal. Una bomba emocional que nunca termina de estallar. Escuchar discos como Truth and Soul, The Reality of My Surroundings o Give a Monkey a Brain... es como recibir una descarga el茅ctrica y pedir otra m谩s fuerte.

Hoy, Stockholm Syndrome contin煤a esta saga impredecible y feroz. El primer disparo, Last Call in America, eleva las expectativas desde el primer segundo. George Clinton aparece como una aparici贸n sagrada, fusionando la intensidad de Living in America de James Brown con la irreverencia funk-punk de The Magnificent Seven de The Clash. El mensaje es claro: Fishbone no est谩 jugando.

El ataque sigue con Adolescent Regressive Behavior, una pieza que se lanza de cabeza al ska y al funk, salpicada de punk, para disparar una cr铆tica abrasiva a la sociedad actual. Nada es sutil. Todo es necesario.

Dog Eat Dog prende fuego al 谩lbum: rock y funk combinados en una mezcla incendiaria que recuerda por qu茅 los Red Hot, Faith No More y Rancid deben tanto a estos pioneros. Luego viene Suckered by Sabotage, un viaje alucinado entre el punk y el reggae que apunta directo al esp铆ritu de los Bad Brains. Porque entender a Fishbone sin hablar de Bad Brains es como intentar leer sin conocer el alfabeto.

Temas como Secret Police revelan las ra铆ces de las ideas m谩s salvajes de Mike Patton, Jonathan Davis y compa帽铆a. No hay misterio: ellos escucharon atentamente. En Why Do You Keep on Dying, la banda se sumerge en un reggae furioso, hipn贸tico, devastador. Aqu铆 no hay pose: s贸lo maestr铆a.

Hellhounds on My Trail es una pieza de ska imponente, capaz de poner en aprietos a titanes del g茅nero como Operation Ivy o Rancid. Luego llega Racist Piece of Shit, que contin煤a la l铆nea sonora con una carga de cr铆tica social que arde como 谩cido, empujada por una secci贸n r铆tmica que aplasta sin piedad.

Y cuando crees haberlo escuchado todo, aparece Living on the Upside Down. Es el punto de quiebre. Un tema profundo y provocador que suena como una actualizaci贸n brutal del sonido Fishbone, tocando temas tecnol贸gicos con una lucidez pasmosa. Es una sacudida. Un manifiesto disfrazado de canci贸n.

Stockholm Syndrome es un disco descomunal. Otra joya en el arsenal de una banda que, contra todo pron贸stico, sigue creando como si el tiempo no existiera. Su influencia es innegable. Su potencia creativa, intacta. Y si tienes dudas, escucha c贸mo cierran: una pieza que suena como Free Bird tocada por Procol Harum en un universo paralelo. ¿Cu谩ntas bandas pueden hacer eso?


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