La Canción Maldita que Destruyó a un Genio y Redefinió el Pop: La Obsesión de Brian Wilson con "Heroes and Villains"

"Heroes and Villains." Tan solo el título evoca el susurro del gran secreto que ha esperado décadas para ser desvelado en su forma deseada. Imaginarnos en 1967, el epicentro del remolino cultural, y en su corazón, un genio en la cuerda floja, Brian Wilson, tejiendo una sinfonía pop que desafiaría toda lógica. Esta no era una canción más; era, en esencia, una ópera vanguardista disfrazada de pop, un laberinto sonoro con la ambición de alterar toda percepción musical.

"Heroes and Villains" no solo se adelantó a su tiempo; lo trascendió. Con sus múltiples secciones y cambios de ritmo, la pieza era un rompecabezas sónico, cada fragmento una pieza intrincada de un diseño mayor. ¿Y las letras? Ah, las letras. Van Dyke Parks, un poeta con la mente retorcida de un mago, fue el cómplice de Wilson en esta odisea lírica. Después de colaborar con un escritor de jingles (Tony Asher) para el icónico Pet Sounds, Wilson anhelaba escalar el Everest artístico. Y Parks, con su peculiar paleta de referencias al Viejo Oeste, a los pioneros americanos y al surrealismo más puro, fue la clave. Sus versos, crípticos como jeroglíficos antiguos, desquiciaron al resto de los Beach Boys, quienes simplemente no podían descifrar el eco de su significado.

Durante casi dos años, Wilson se sumergió en la grabación de cada segmento de "Heroes and Villains," usando distintos estudios como si fueran lienzos para darle a cada sección una personalidad única. Pocos saben que, para ciertas bases rítmicas, Wilson se atrevió a experimentar con una caja de ritmos primitiva y electromecánica, algo inaudito en el rock de la época. Después, como un alquimista sonoro, unió cada pieza en un proceso de edición extenuante, buscando la perfección en cada transición.

Pero la obsesión tuvo un precio. La frágil mente de Wilson, ya al límite, se fracturó al escuchar a The Beatles irrumpir con sus propias innovaciones vanguardistas en tenas como Strawberry Fields Forever. El sueño de SMiLE se desvaneció. Temas de ese álbum, incluyendo versiones incompletas de "Heroes and Villains," encontraron su camino en discos posteriores, pero no era el SMiLE que Brian había conjurado. Cuando Smiley Smile vio la luz en 1967, "Heroes and Villains" era solo una sombra de su glorioso anhelo, una versión abreviada que apenas insinuaba la majestuosidad de la visión original.

No fue sino hasta 2004 que Brian Wilson nos regaló la revelación. Con Brian Wilson Presents SMiLE, el mundo finalmente escuchó "Heroes and Villains" tal como había sido concebida, sus partes originales intactas, un testimonio de una genialidad que había sido silenciada por décadas.

Esta obra lo llevó al límite, consumiéndolo intelectual y emocionalmente. Mientras sus compañeros lo veían como una pérdida de tiempo, como un descenso a la locura, hubo una mente visionaria que entendió su magnitud. Frank Zappa, un vanguardista por excelencia, fue uno de los primeros en reconocer "Heroes and Villains" como una obra maestra de la composición moderna, señalándola repetidamente como una de sus favoritas.