Skullflower-Fucked On A Pile of Corpses
Es un nuevo mes, el noveno del año, y en un día tan pesado como hoy, recibimos la grata noticia del regreso de los Skullflower, si esos cuates ultra heavies y bien metidos en los rollos desde el drone y hasta la electrónica extrema.
Skullflower es básicamente Matthew Bower, un tipo bastante inconformista que ha llevado a este grupo o proyecto, a lugares inimaginables; desde sus inicios, salidos de los Ramleh (un grupo que combinaba el ruido, la electrónica y la psicodelia) pasando por épocas bien sumergidos en el noise con una extraña y bizarra influencia del buen Wagner, ya saben esas canciones densas y volátiles que pareciesen querer salirse por el techo; Skullflower ha crecido y se ha convertido en el vehículo personal de Bower, quien en últimas fechas juraba que lo único que escuchaba era death metal y Wagner…bonita combinación! traiganme otros disco de los Cannibal Corpse por favor que les extraño mucho!
Fucked On A Pile of Corpses es un bonito título, tal vez, too much para los que hemos andado un tanto resentidos y sensibles con los sucesos que han ocurrido en esta ciudad, pero bueno, esto es arte, una manera de escaparse de la realidad, nada se condena, ya ven que ni siquiera el ultra perverso del marqués de Sade no mató nu una mosca durante su existencia (una prueba más de que la gente que no deja salir estas cosas es en realidad la más peligrosa).
Si bien Bower es un ultra fanático de los rollos Wagnerianos, aquí lo demuestra una vez más con un sonido MASIVO que pareciera en momentos salirse de las bocinas y rebasar cualquier limite que pudiésemos ponerle, básicamente podríamos llamarle a esto un disco en tercera dimensión, una vez que lo escuchen me darán la razón, pareciera que el abrasivo sonido se escurriese por los hoyitos de las bocinas, quien dijo sludge?, esto es más extremo.
Bower abandona un poco su ya conocido minimalismo y nos da un disco hiriente, abrasivo pero que gratamente agrega un elemento de melodía, si, aunque no lo puedan creer Bower nos da el que hasta este momento pudiera ser su disco más melódico, perversamente, esas melodías se ven envueltas de baños sangrientos de maldad y distorsión.
Si alguno de ustedes es adepto al black metal, no se sentirá fuera de cancha aquí, ya que uno de los elementos, además del ya mencionado drone, que suele manejar Bower es el sonido necro, y no precisamente que Skullflower sea un grupo de black metal, nada que ver, pero Bower y quienes en esta ocasión lo acompañen, consiguen aderezar su sonido con esa característica putrefacta y psicodélica que habita en los mejores discos de Burzum, Mayhem o Emperor, algo que ya no nos resulta extraño, después de escuchar por ejemplo a los SunnO))).
Un referente más que no podríamos dejar fuera es el que se puede detectar cuando los Skullflower se acercan por completo al freak out y simplemente dejan que el ruido fluya de manera libre, es aquí dónde pudiéramos encontrar algún paralelismo con aquellos clásicos discos de los Whitehouse, concebidos por William Bennett.
Sleipnir se queda en mi mente, esas atmósferas wagnerianas simplemente son imposibles de ignorar, y nos da un escabroso acercamiento a lo que pudo sonar aquella invasión de Polonia, perpetrado criminalmente por la Alemania Nazi , la marcha de las valkirias? Si, pero en la versión y visión tan original de Bower.
Skullflower esta de regreso y hay que festejarlo!
Comments
Post a Comment