El Nacionalismo Hipócrita de Putin

El Nacionalismo Hipócrita de Putin

“El nacionalismo es hambre de poder atemperada por el auto engaño”

George Orwell

“El nacionalismo es una enfermedad infantil, es el sarampión de la humanidad”

Albert Einstein

En nombre de la defensa étnica hemos presenciado como Rusia se ha anexado el territorio de Crimea, previamente perteneciente a Ucrania (cedido durante la época de la USSR a Ucrania), Vladimir Putin en una astuta jugada ha dejado ir Ucrania, luego del estira y afloja con la UE y la NATO, pero no se ha ido con las manos vacías, en su afán de revivir el imperio ruso y reafirmar su poder, ha jugado al Monopolio Mundial y se ha hecho de nuevo territorio para su país, algo que sin duda habrá de valerle popularidad dentro de Rusia, un triunfo en nombre del nacionalismo, si, ese mismo, del cual acusó al gobierno provisional que arrebató el poder a su títere pro ruso Yanucovich, Vladimir Putin practica el nacionalismo a su favor, pero lo denuncia como dañino cuando otros lo practican, igual que cuando Nicolás Maduro en Venezuela acusaba a el opositor Capriles de ser títere del sionismo por sus raíces judías, ignorando sus propios orígenes judíos (¿Irónico no?, pero bueno, Maduro es bueno inventando fantasías, tanto que Disney no tardará en contratarlo), Putin, gracias a uno de sus ideólogos, Aleksandr Dugin, ha ido construyendo una poderosa identidad, cultivando las semillas del nacionalismo en Rusia, pero practicándolo de manera hipócrita, valiéndose de él, como el mismo Hitler hiciera años atrás para invadir Checoslovaquia y Polonia, Putin lo uso para invadir Crimea, alegando la defensa de la población étnica rusa, la población de Crimea “sometió a votación” el permanecer o no con Ucrania, decidiendo por independizarse y anexarse a Rusia, probablemente la última vez que el voto de estos ciudadanos sea tomado en cuenta en sus vidas.          

El nacionalismo en Europa, tan dañino como el populismo en Latino América, un opio que adormece el intelecto y somete la voluntad, el mismo que no tardará en cobrarle la factura a Putin con posible alzamientos en Chechenia o Daguestán, poblaciones principalmente musulmanas, que desde años atrás han luchado de manera violenta por su libertad, aquí sería interesante ver si el nacionalista Putin les otorgará finalmente la libertad a estas regiones en “honor” al respeto étnico que tanto predica.

Hoy Europa se ve lenta, y los Estados unidos de América albergados, su propia situación económica empantanada, facilita a Putin hacer hábiles y agiles movimientos que en otras épocas significarían un verdadero suicidio, décadas atrás, Rusia hubiese sido repelida de dura forma, hoy en día, la Unión Europea es lenta en sus reacciones, tanto bélicas como económicas, el proceso de toma de decisiones es lento y burocrático, y eso da ventaja a Putin, mientras que los Estados Unidos de América (en plena competencia, como diría Paul Krugman, por ver quien hace las cosas peor), han decidido tomar un camino más cerebral, aunque poco dinámico, sancionar de manera económica a Rusia, lo cual lejos de buscar un acuerdo, sólo conlleva a fortalecer la decisión de una separación, y una nueva guerra fría, si bien, las sanciones económicas son una buena decisión, estas parecen ser tibias hasta ahora, dado que la economía de la Rusia de Putin (muy parecida a la de México) se basa en un grupo de “oligarcas”, amigos y familia de Putin que se han  beneficiado del desorden en el país y de la fuerza del estado, se han enriquecido a costa del pueblo ruso y hacen fuerte a Putin, muchos de ellos con negocios fuera de Rusia, serían blanco fácil de la inteligencia bien aplicada, cayendo los amigos de Putin, Putin queda sobre un sólo pie, su poder energético, basado entre el gas y el petróleo, mismas armas que en el pasado esbozó la USSR, y que los árabes amigos de Norte América supieron boicotear, por lo que la fuerza de Putin es mínima en realidad, y la agilidad que le da el no depender de nadie para tomar decisiones es lo púnico que la ha ayudado a materializar tan osadas acciones, un gran líder, si, tan deseable como Hitler que probablemente ha llegado demasiado lejos para su capacidad real y cuya suerte ya está sellada, y cuyo fin realmente termine cumpliendo el anhelo de Putin, uniendo fuertemente Rusia el día que finalmente este caiga.